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El SES teme que falten médicos si no se les deja jubilarse a los 67 años y excepcionalmente a los 70

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En los próximos diez años se jubilarán 1.232 médicos en el Servicio Extremeño de Salud (SES), y en medicina de familia, y en algunas especialidades hospitalarias, el número de los nuevos que se formen no será suficiente, por lo que ese servicio intenta flexibilizar la edad de jubilación para poder retrasarla hasta los 67 y los 70 años, para que los puestos en los que se necesite estén siempre cubiertos.

Pero mientras unos sindicatos lo ven con buenos ojos, otros se niegan a abrir un ‘coladero’ de jubilaciones tardías que impediría a los facultativos con contratos temporales e inestables, y a los nuevos titulados que acaben su período de prácticas profesionales, acceder a un puesto de trabajo.

Con el anterior gobierno regional del PP la jubilación, tanto de los médicos como del resto del personal del SES (son 16.000 personas en total) estaba marcada con arreglo a la legislación general, que en este año 2016 la fija en los 65 años y cuatro meses. Eso decía un plan de personal (oficialmente, Plan de Ordenación de Recursos Humanos) que el nuevo gobierno socialista paralizó para su reforma.

En una primera propuesta del pasado 9 de junio, establecía facilidades para que también con carácter general la jubilación se pudiera aplazar hasta los 67 años, y por necesidades del servicio hasta los 70; el documento fue rechazado por la mesa sectorial de sanidad en la que están los sindicatos, y este martes el director gerente del SES, Ceciliano Franco, ha hecho una propuesta distinta.

Según la misma la jubilación en principio será la misma que establece la legislación general, 65 años y cuatro meses en este momento (progresivamente se camina hacia los 67), pero podrá postergarse a los 67 si oficialmente el SES aprueba que el servicio público de sanidad extremeño lo necesita, y solo llegaría a los 70 si además de esa necesidad el interesado demuestra que conserva todas sus capacidades funcionales y habilidades.

Por ahora no es problema

Realmente no es un problema para el SES en este momento, puesto de que de los 16.000 trabajadores solo 170 siguen en activo tras decidir prolongar su jubilación, y de ellos únicamente 50 son médicos.

Sin embargo el problema está por venir según Ceciliano Franco, ya que entre 2017 y 2026 les toca jubilarse a 1.232 médicos, y se prevé que en ese período estén formados 1.242 nuevos; pero mientras en atención especializada no hay problemas, pues habría más formados que jubilados, en medicina de familia habría un déficit de 145.

Y es que mientras se jubilarían 655 especialistas y 577 de cabecera, los médicos jóvenes formados serían 810 y 432 respectivamente.

En asistencia especializada en los hospitales el balance jubilación/formación sería negativo según Franco en determinadas especialidades en las que ahora hay carencias como pediatras, cirujanos vasculares, radiodiagnóstico, etc.

Aunque sea poco el número de jubilaciones en los próximos años, si a esto se une un número de plantilla menor y una escasez crónica de estos especialistas “hace que determinados servicios su permanencia pueda verse en peligro”.

El director gerente del SES ha asegurado que no hay ningún interés por parte de la Administración en prolongar la jubilación y hacerla forzosa hasta los 67 años. “Nosotros lo que pretendemos es, con el consenso de los agentes sociales, darle cierta flexibilidad para que en determinados casos, cuando así sea necesario, ya se trate de un médico de familia en la zona de Sierra de Gata o de un superespecialista en el Complejo Infanta Cristina, la Administración y la sociedad tengan un escape o una salida a la posible demanda o falta de facultativo por el exceso de jubilaciones”.

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