La calidad ambiental de Extremadura, entre las mejores de España según Greenpeace
Extremadura es una de las cuatro regiones con mejor calidad ambiental, según se afirma en un estudio que ha elaborado la organización ecologista Greenpeace. La calidad ambiental de la región según este informe está solo por debajo de La Rioja, Navarra y Madrid.
El índice, que compara unas comunidades con otras, se ha elaborado a partir de una serie de indicadores en los temas de agricultura, calidad del aire, costas, pesca, energía y cambio climático, protección y gestión del territorio, y residuos.
El ranking, por este orden, es el siguiente: La Rioja, Navarra, Madrid, Extremadura, Castilla y León, Galicia, Andalucía, Cataluña, Baleares, Murcia, Canarias, Castilla-La Mancha, Asturias, Euskadi, Comunidad Valenciana Cantabria y Aragón.
Julio Barea, coautor del informe, ha señalado que no existe mucha diferencia entre las puntuaciones ya que todas las autonomías se sitúan en un nivel medio y bajo: La Rioja tiene una puntuación de 9/17 y Aragón un 6/17 lo que demuestra que en todas existe una gran margen de mejora medioambiental. En este estudio se señala que España se sitúa en un nivel de calidad ambiental medio y bajo.
El medioambiente ha sido el “gran olvidado” de la crisis y no goza de buena calidad en España con más de 400 puntos negros identificados aunque existen ejemplos positivos a seguir, ha explicado hoy en rueda de prensa, María José Caballero, directora de campañas de Greenpeace, durante la presentación del informe “Radiografía social del medio ambiente”.
Entre los impactos negativos que detecta la “radiografía social”, se citan los daños colaterales sufridos por la salud de la ciudadanía, la corrupción donde la costa ha sido el primer escenario de destrucción, los recortes medioambientales y las grandes infraestructuras que suponen un gran despilfarro e impactos al medioambiente.
Otros aspectos negativos inciden en la pobreza energética, fruto de unos “bajos ingresos, baja eficiencia energética de las viviendas y el exagerado aumento de las tarifas”, entre varios factores.
“En 2012, el 17 por ciento de los hogares en España (unos siete millones de personas) destinaba más del 10 por ciento de sus ingresos en la factura de energía doméstica, además un 9 por ciento de los hogares se declaraban incapaz de mantener su vivienda a una temperatura adecuada durante los meses fríos (4 millones)”.
Asimismo el informe señala la salud como un daño colateral del maltrato medioambiental con numerosas instalaciones contaminantes y obsoletas que ponen en riesgo la salud de los ciudadanos cada día.
En un país con un potencial de cubrir 56 veces la demanda de energía eléctrica con renovables, el Gobierno apuesta por alargar la vida de “viejas centrales térmicas”, proyectos de incineradoras de residuos o prórrogas a nucleares que han superado su vida útil, ha detallado Barea.
En cuanto a las actuaciones respetuosas con el medioambiente, Greenpeace ha distinguido las movilizaciones ciudadanas, muchas veces con gran éxito, en defensa del medioambiente como las protestas por el fracking, el almacén Castor y las prospecciones petrolíferas.