Extremadura alza la voz para derribar las desigualdades entre hombres y mujeres
Extremadura se unió este miércoles en un acto en el que todas las instituciones de la región han alzado juntas la voz para reclamar la igualdad real entre hombres y mujeres.
Las leyes están muy bien y ayudan, pero son solo una parte del problema. “La parte más importante es la de congregar en torno a este día toda una batalla moral contra la desigualdad. Proactivamente, y no reactivamente”. Y eso supone que la 'batalla' no debe librarse en una efemérides, sino día a día.
Estas han sido las palabras del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, en el acto central por el Día de la Mujer.
“A mí militar en ese ejército y en esa guerra me apetece mucho. Pero tenemos que ser muchos los que lo hagamos para conseguir la vitoria final, que no será otra que el día que podamos darnos un abrazo y decir: lo hemos logrado ya somos iguales. Hasta que eso ocurra, tenemos que seguir todos peleando”.
Los actos por el Día de la Mujer se celebraron en el salón de los Pasos Perdidos de la Asamblea de Extremadura, donde la directora del Instituto de la Mujer, Elisa Barrientos, ha destacado que más de 180 municipios de la región han firmado el 'Compromiso de las Entidades Locales de Extremadura con la Igualdad entre Hombres y Mujeres'.
El acuerdo reconoce que la desigualdad de género es una de las principales barreras de desarrollo social, político y económico de todas las sociedades y aboga por la plena efectividad de la igualdad material necesita aún del esfuerzo de los poderes públicos.
Los firmantes se comprometen a dar cumplimiento a dos de los artículos de la Ley de Igualdad entre hombres y mujeres contra la violencia de género en Extremadura, removiendo los obstáculos que impidan o dificulten la plena igualdad mediante medidas de acción positivas.
La incorporación de la perspectiva de género en todas las políticas, la promoción de uso no sexista de los documentos administrativos y la apuesta por la conciliación de la vida personal, familiar y laboral de las mujeres y hombres, son algunos de los acuerdos que los firmantes se comprometen a fomentar.
También la creación de consejos locales, comarcales que contribuyan a la consecución de la igualdad entre hombres y mujeres, y la puesta en marcha de planes territoriales que tengan como objetivo la igualdad de género.
Un pacto de estado
La presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín, ha puesto de manifiesto que el compromiso firmado por los alcaldes debe ser un ejemplo para lograr un pacto de estado contra la violencia machista, al que se adhieran no solo los poderes públicos, sino también los sindicatos, la patronal y los medios de comunicación en general.
Tras 100 años de celebración del día de la mujer las reivindicaciones que hacen ellas siguen siendo las mismas. Porque hoy en día las mujeres siguen muriendo, siguen siendo víctimas de los machismos en su esfera personal y profesional, y éste debe ser un día “en el que no hay nada que celebrar, y mucho que reivindicar”, ha destacado en su discurso.
La voz de las extremeñas
En el acto han tomado la voz dos mujeres en representación de todas las extremeñas, la piragüista extremeña paralímpica Elena Ayuso y la periodista de la Agencia Efe Momi Díaz.
Como deportista y como mujer, Elena Ayuso ha destacado que es un día para reivindicar la figura de todas las extremeñas en mayúsculas. Para todas, sin distinción de sus capacidades. También para aquellas que tienen alguna discapacidad, y que no deben ocupar un lugar diferente.
Una fecha para reivindicar la figura de las abuelas, las madres, las hijas… y el papel de la mujer en el deporte. Para el reconocimiento de las amas de casa y de las que se encargan de los cuidados del hogar.
La periodista Momi Díaz ha lanzado un discurso emotivo que levantó los aplausos de toda la sala y que supuso un alegato al derecho que tienen las mujeres a ser madres y profesionales. Ella, como otras muchas periodistas, tuvo que enfrentarse al ‘tabú’ de la conciliación de la vida laboral y familiar. Ha contado cómo le tocó incluso luchar contra sus propias ‘confusiones’ a causa de un sistema que le hacía poner en cuestión su propia valía personal por querer compatibilizar su amor por el periodismo y por sus hijas.
“Me tocó luchar contra mis propias confusiones, generado por un modelo perversamente machista, que como siempre te hace sentir culpable si no rozas la perfección que se te impone como mujer, como profesional y como madre. Confieso que hasta hubo un momento que llegué a cuestionarme mi valía personal y mi falta de ambición, aunque nunca había descuidado mi trabajo y estaba convencida de que había elegido el camino correcto”.
Las facultades de periodismo están llenas de mujeres, pero los puestos de dirección siguen siendo cosa de hombres. Ellas siguen sufriendo la discriminación laboral y el paro, siguen siendo víctimas de la precariedad.
Ha lanzado un mensaje para todas aquellas periodistas que acaban de ser medres, y a las que ha pedido que destierren sus complejos. Que crean en sus propias capacidades como madres y como profesionales.
Para las extremeñas en general, unas palabras optimistas, para que nunca dejen de ser valientes y optimistas. “Porque el miedo paraliza y deprime”, y en la lucha contra el ‘terrorismo machista’ que las asesina por el simple hecho de ser mujeres la alegría de luchar por transformar esta sociedad debe ser el ingrediente principal.