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Una segunda oportunidad para los espacios civiles abandonados de la Extremadura rural

Jóvenes venidos de China, Taiwan, México o Eslovaquia han convivido con la gente del pueblo

Jesús Conde

El paso del tiempo y la falta de uso los han deteriorado, algunos hasta entrar en estado ruinoso. Sin embargo son espacios amplios, singulares.

En Salvaleón, en el corazón de una dehesa del suroeste de Badajoz, se han empeñado dar una segunda utilidad a uno de esos lugares. Se trata del antiguo cuartel de la Guardia Civil, hoy propiedad municipal, donde una docena de voluntarios venidos de Taiwan, Rusia, Eslovaquia o Hungría han trabajado duro en su puesta a punto.

Junto a ellos jóvenes de Salvaleón, que se han implicado en un campo de trabajo internacional que se ha celebrado en esta pequeña localidad con el convencimiento de que se puede sacar mucho partido a estos lugares del olvido.

Testigos del paso del tiempo, sus fachadas han adquirido un tono grisáceo y deslucido. Sin embargo suponen 'joyas en bruto' que tienen mucho que aportar al pueblo, a la comunidad. Una reflexión a la reutilización de los espacios y a todo lo que pueden ofrecer.

Antonio Román, uno de los impulsores de este proyecto, destaca las posibilidades de este y otros tantos edificios hoy en desuso. Pero el propio trabajo de recuperación resulta un proceso de experimentación, donde todas las personas participantes deciden juntas qué quieren que alberguen las paredes que hoy vuelven a tener vida.

Aquí también se contagia la magia de ver a un grupo de personas que no se conocían a priori, y que se involucran en un proyecto cuyos beneficiarios son para el propio pueblo. En este caso Salvaleón. El proyecto está impulsado por la asociación La Llave del Zaguán, con la colaboración del Servicio Civil Internacional y el Ayuntamiento.

Un espacio civil abandonado hace más de 15 años

Han sido dos semanas de intenso trabajo donde ha tocado limpiar la suciedad de un espacio que llevaba más de 15 en años en completo desuso, reparando, pintando y retirando toda la suciedad que se había acumulado en el cuartel. Además de la recuperación se introdujo un elemento nuevo, como fue la creación de un horno de leña.

Del cuartel sus impulsores destacan las posibilidades de este amplio espacio, de varias plantas, desde la creación de una granja escuela hasta un espacio de encuentro de artistas o una residencia donde experimentar y hacer creaciones colectivas. En definitiva, un espacio en el que hacer muchas cosas con muy pocos límites.

Los protagonistas tienen que ser los vecinos de esta localidad, y para ello los jóvenes voluntarios y voluntarias han recogido encuestas a pie de calle en el pueblo con el objetivo de conocer qué quiere el pueblo que sea en el futuro cuando termine la rehabilitación.

Finalmente la mayoría desea que sea un espacio para los mayores, y la idea que se plantea al ayuntamiento es la de que todas las actividades que se planteen tenga en cuenta a los mayores.

Resulta una experiencia gratificante observar cómo los lugareños de este pueblo rural han interactuado con jóvenes asiáticos o latinos. Con completa naturalidad.

De hecho supone también un intercambio cultural en el que el inglés se convierte por unos días en la lengua co-oficial de Salvaleón. Porque en sus calles no ha parado de escucharse a voluntarios charlar mientras pasean.

También a los propios jóvenes del pueblo atreverse a practicar la lengua de Shakespeare para poderse comunicar con las personas que han venido desde tan lejos para participar en este trabajo comunitario. Desde la organización comenta Antonio Román que al final quienes más disfrutan son los niños del pueblo, que acompañan curiosos a los voluntarios en todo el proceso, y que acogen a sus nuevos vecinos con los brazos abiertos.

En su primera edición el campo de trabajo se dedicó a la retirada de 6.000 kilos de basura en la dehesa comunal de la localidad, en diferentes batidas. Las brigadas de limpieza además de recoger los desechos, sensibilizaron a los vecinos y vecinas de la necesidad de mantener limpio los espacios comunes.

En esta edición han hecho uso además de un pabellón que se encontraba sin uso desde que se abrieron unas instalaciones más grandes en la localidad, de manera que también es otra nueva reflexión sobre la recuperación de los espacios públicos abandonados.

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