Un viaje al misterio desde la casa de las muñecas

Depende de cómo se las mire pueden ser tiernas o misteriosas, arrancar una sonrisa de ternura o una mueca de escalofrío, pero lo que está claro es que las muñecas no dejan indiferente. Extremadura reúne en el Museo del Costurero de Mérida una colección con cientos de ellas, “una de las recopilaciones más variopinta y variada de España”, indica su directora, Beatriz Cabrera. Un reclamo perfecto para las visitas en familia, capaz de reactivar los recuerdos de los padres y los abuelos y de estimular la curiosidad de los niños.

Las muñecas donadas por el coleccionista pacense Ramón Cerrato, son uno de los atractivos principales de este museo que se inauguró el verano pasado. Las hay de cera, trapo, cartón piedra, celuloide, biscuit… fabricadas algunas en los siglos XIV y XV, que conviven con la colección específica de una algo más moderna Mariquita Pérez. Vestidos y cochecitos de paseo para ellas, además de otros juguetes antiguos como los de hojalata, completan esta singular exhibición.

Poso de misterio

En ese poso de misterio que esconden las muñecas del que fuera antiguo manicomio de la capital extremeña, está parte de la razón que ha animado a organizar unas atractivas visitas guiadas por la periodista Israel Jiménez Espino, no sólo por las salas de los juguetes sino por el resto del Costurero. Su especificidad está en que ese recorrido se hace bajo el hilo conductor de las leyendas extremeñas que esta investigadora y diseñadora de itinerarios a la carta, lleva recopilando 15 años.

“Cuando empecé a recogerlas pensaba en la suerte que tenían los gallegos con todo su arsenal de historias, pero me fui dando cuenta de que en Extremadura tenemos cincuenta y cien leyendas mágicas. Lo importante es que no se pierdan”, cuenta.

Con su catálogo de leyendas en la memoria, lo que hace Espino es ir aplicándolas al recorrido del Costurero. Por ejemplo, frente al sepulcro de los Amantes de Teruel y la serpiente gigante esculpida por el emeritense Juan de Ávalos (colección permanente en este museo) cuenta la historia de otros amantes extremeños como los de Alburquerque o de serpientes como las del castillo de Trevejoy la Cueva de la Chiquita. Si más adelante se topa con Lope de Vega, echa mano de la popular Serrana de La Vera, que seducía varones para después matarlos. Frente a los cuadros de los dominicos, acude a la Inquisición y las ejecuciones y detenciones de brujas que tuvieron lugar precisamente en Mérida. Incluso ante un molinillo de café de la sección etnográfica, es capaz de rescatar leyendas de contrabandistas y de los seres extraños que veían por las noches.

Visitas organizadas

Las dos visitas organizadas hasta el momento han tenido un éxito rotundo, superando incluso el número limitado de público que se estableció. Después de Semana Santa lo que se va a hacer es adaptarlas al público infantil para que acudan con sus colegios y se acerquen a la cultura, la tradición y la historia de una manera especialmente entretenida.

De todos modos, si le pica la curiosidad, sepa que abre en Semana Santa.