'Acampado' delante del banco que le debe 4.000 euros
Manuel Pampín lleva tres días protestando delante de una sucursal del Banco Santander en Arteixo. Pasa allí toda la mañana, desde que abre hasta que cierra la oficina, con un cartel colgado: “Llevo ocho años pagando un seguro de vida con seguro de paro del Banco Santander. Ahora me encuentro en paro y ellos se desentienden de su contrato”. Después de veinte meses de negociaciones, reuniones y reclamaciones varias, este vecino de la localidad coruñesa no encontró otra solución más que la reivindicativa.
“Ni estoy ahogado ni la cantidad que se me debe es alta, pero es mi dinero”, reivindica Pampín, al que el banco le incluyó un seguro de protección en un préstamo concedido hace bastante tiempo. Lleva ocho años pagando día a día los recibos. Entre 90 y 125 euros al mes por un seguro del que abonó todas las cuotas, la última el pasado 23 de octubre, tal y como demuestra con toda la documentación. En los papeles se lee claramente que el contrato incluía un seguro de desempleo por el que se le pagaría una cantidad “durante un año entero o tres alternos” en el momento en el que se quedase sin trabajo.
Su abogado le aclara que, “como mucho”, el banco debería abonarle unos 4.000 euros, pero Manuel no recibió aún un euro a pesar de que la letra pequeña de toda la documentación que aporta es bien clara. Lleva meses reclamando una solución al banco, que asegura que “en Madrid” esa cláusula muy clara en el contrato firmado en la sucursal de Arteixo “no aparece”. En la oficina se desentiende del caso y lo derivan a las oficinas centrales de una entidad que le solicitó una copia del contrato, que aportó mediante fax, y que ahora dice no haber recibido nada. En el comprobante de envío se lee claramente el OK de recibido.
“Pagué mes a mes desde el año 2004 y ahora se niegan a darme lo que me corresponde y me quitan mis derechos a pesar de que ni nunca me redujeron el importe ni nunca les dejé de pagar”, aclara en un descanso de su protesta en el centro de Arteixo. Hay quien le ofrece limosna, y ahí es cuando él aclara que no pide caridad ni lo que no le corresponde. “Hay quien no lee el cartel y piensa que estoy aquí pidiendo una ayuda cuando no es así”, reconoce después de que una señora le ofreciera unas monedas. Desde la oficina, mientras, lo han llegado a amenazar con llamar a la Guardia Civil.
En la sucursal derivan el problema a Madrid -“está todo informatizado allá”, por lo visto le argumentan-, y le ofrecen llamar a un número de teléfono de tarificación adicional que ya le ha hecho pagar facturas “de entre 50 y 60 euros”. Pero ahí sigue, luchando contra la burocracia de quien no da respuesta y el “vuelva usted mañana” de los que no quieren dar soluciones. “Una empleada del banco me llegó a decir que la aseguradora con la que firmé el contrato no tiene nada que ver con la entidad”, asegura mientras muestra un recibo en el que se puede leer el nombre del beneficiario de las cuotas: “Santander Seguros y Reaseguros SANA”.
Manuel Pampín no está en una situación desesperada “ni ahogada”, como él mismo aclara. Su mujer trabaja y él seguirá cobrando el paro hasta el próximo mes de enero, pero asegura también que los 4.000 euros que le corresponderían “es una cantidad insignificante para el banco”, pero no para él, que insiste en que no pide más que lo que se le debe. “Si el banco considera que la cantidad es menor, no hay problema, pero que lo aclaren con mi abogado y que me den lo que me corresponde legalmente”, insiste.
Incluso llegó a proponerle al Santander que accediera a devolverle el dinero que le cobró “de más” por el seguro en comparación con los precios medios de otras pólizas semejantes. “Me conformo con eso ya”, añade. Pero tampoco hay respuesta. Así, Manuel Pampín asegura que seguirá protestando delante de la oficina de Arteixo, a no ser que el tiempo empeore mucho. Tiene una dolencia en los pulmones que le impediría permanecer muchos horas bajo la lluvia y el frío en los próximos días. Pero volverá si no se lo arreglan.
