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La denuncia de la trama Zeta que nadie escuchó en 2010

El empresario Gerardo Crespo, imputado en la Operación Zeta

Miguel Pardo

Ni en la UE, ni en la Fiscalía, ni en el Ministerio de Trabajo ni, por supuesto, en la Consellería. Todos pasaron por alto las denuncias que el alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, había hecho en 2010 sobre las presuntas irregularidades en la concesión de subvenciones públicas para cursos destinados a desempleados que acababan colocando cantidades millonarias en “empresas amigas del PP” y, concretamente, en las del ahora principal imputado en la operación Zeta, Gerardo Crespo.

El regidor oleirense, del partido independiente Alternativa dos veciños, denunciaba entonces que, mientras ayuntamientos como el suyo recibían ridículas cantidades o quedaban excluidos de los cursos a parados que siempre realizaban, la Xunta concedía “a dedo” un millón de euros a empresas “afines a los populares”. A las de Gerardo Crespo y por cursos “de dudosa efectividad o que directamente no se realizaban”. García Seoane dice sentirse ahora “frustrado” por el hecho de que “nadie dijera nada sobre este escandaloso montaje”, pero “satisfecho también” por comprobar que aquello que él denunciaba está siendo ahora investigado y en manos de la justicia.

La pelea de García Seoane era demostrar que mientras al Ayuntamiento de Oleiros tan solo le habían concedido aquel año 114.000 euros y dos cursos, las empresas de Gerardo Crespo recibían más de un millón de euros para un total de 24 cursos. El alcalde denunció a la Fiscalía, que archivó el caso, y acudió después a la UE y al Ministerio de Trabajo, que también había dado ayudas al empresario ahora imputado, que amenazó incluso con denunciar al regidor oleirense, “algo que no se atrevió a hacer”.

En aquel momento, el desaparecido periódico Xornal de Galicia se había hecho eco de las denuncias que implicaban también una supuesta financiación ilegal del PP, y a las que Gerardo Crespo respondía calificando de “ignorante” al regidor de Oleiros, anunciando que iría “a por todas” contra él y acusándolo de “manchar la honorabilidad de los técnicos de la Administración autonómica”. También atacó el periódico, culpándolo de “no tener más cosas que publicar”.

Noticias sobre las denuncias publicadas en 2010 por el desaparecido Xornal de Galicia

A las pocas semanas, también el BNG, a través de Carlos Aymerich, denunciaba en el Parlamento de Galicia “cosas sospechosas” en torno a las adjudicaciones de la Xunta a las empresas de Gerardo Crespo, apuntando incluso a la “financiación de la campaña del PP en A Coruña”.

“Estoy convencido de que esta operación Zeta surge de mi denuncia”, explica ahora el alcalde, que recuerda cómo hace cuatro años varios empresarios de hostelería le habían confesado que firmaban en nombre de camareros que no tenían para justificar cursos que nunca habían recibido o cómo denunció “un curso de sumilleres en una parroquia de Zas”, una pequeña población de A Costa da Morte. “Todo era un montaje”, recuerda García Seoane, a quien el entonces líder de la oposición en A Coruña y actual alcalde, Carlos Negreira, lo había acusado de hacer electoralismo.

El Ministerio aseguró no apreciar malas prácticas

Especialmente dolido se quedó con la respuesta que le llegó del Ministerio de Trabajo en julio de 2011 y en la que se advierte de que una auditoría de PWC encargada por la Consellería de Traballo, así como las conclusiones de la Fiscalía, “entienden que no se produjeron malas prácticas ni fraude alguno en el reparto de las subvenciones”. “Es alarmante que se nos hubiese contestado aquello y que no observasen nada extraño; se intentó tapar lo que denunciamos y claro está que la justicia funciona dependiendo en las manos en dónde caiga cada tema. Lo que sí claro está es que se el auditor no apreció nada raro, a quien había que detener también era a este auditor”, asegura ahora.

A raíz de aquella denuncia, continúa el alcalde, fueron varios los trabajadores de diferentes empresas que acudieron a su despacho para “denunciar las irregularidades en los cursos”. “Muchos venían porque tenían miedo a verse involucrados también en la trama y lo único que les pedí fue que denunciaran los casos”, explica quien también dice saber de los “conflictos” que hubo en la Consellería de Traballo entre funcionarios dispuestos a llevar los casos ante la justicia por temor la una investigación posterior y los que prefirieron callar.

“La gente empezó a denunciar por miedo la verse involucrada también; fueron varios los que me confesaron que firmaban por cursos que no recibían o que directamente no existían”, añade García Seoane, que recuerda cómo después de aquella denuncia y de las negativas de cualquier irregularidad por parte de Crespo, el PP y la Xunta -el empresario llegó a pactar con el alcalde de A Coruña, Carlos Negreira, la respuesta a dar ante aquellas sospechas que llegaban a la prensa- el trato de la Consellería de Traballo “cambió”. “Sea por lo que fuere, el trato que era muy malo pasó a ser algo mejor; yo sólo pedía que se nos dieran las subvenciones que nos correspondían, nada más”, aclara.

La policía registró las empresa de Crespo en junio de 2012, con la investigación ya en marcha, y la Xunta denunció ante la Fiscalía las irregularidades tan sólo unos meses antes, pero desvinculándola de unas denuncias de García Seoane que se demostraron bien hiladas.

Lo que sí tiene claro el alcalde de Oleiros es que la trama descubierta con la operación Zeta es tan sólo la punta del iceberg. “Había más empresarios amigos favorecidos y tan sólo hay que ver las fotografías que sacaban las revistas de los hosteleros para enterarse; yo desde luego no salía en imagen alguna”, dice con ironía quien cree que “no es la política la que está podrida, sino todo el país”.

“Esto que sale ahora no es nada comparado con el que puede haber por todo el país, porque hay mucha mierda en el PP, en el PSOE y en muchos otros lugares. Hay pocos honrados”, remata

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