“Es difícil mantener talento en la universidad con los salarios que se pueden ofertar”
La reducción de 20 millones de euros que la Xunta impuso en el plan de financiación a las universidades gallegas, y que supondrá una rebaja de alrededor del 5% en la masa salarial, unido a otros ajustes y a los recortes brutales en los fondos dedicados a la investigación dejan la enseñanza superior gallega en una difícil situación. Xosé Luís Armesto, rector de la Universidade da Coruña (UdC), analiza los cambios que afronta la institución y reconoce que puede haber “problemas de tesorería”. A pesar de los temores a una reforma a fondo aplicada desde el Gobierno central, observa “un cambio de discurso” en el Ministerio de Educación, pero advierte de que la subida de las tasas ya está aumentando los índices de renuncia en la universidad coruñesa, lo que evidencia el riesgo de “privatización” de facto de la enseñanza superior en todo el Estado.
¿Cómo ve el diálogo con la Xunta sobre de los ajustes en las universidades?
El diálogo prácticamente ya ha terminado. Si el Gobierno gallego toma la decisión de reducir, ahí ya no hay margen de maniobra. Lo que tratamos es suavizar los efectos de esos ajustes para que no acaben por obligar a la reducción de personal. El activo principal que tiene la Universidad es la capacitación y el talento de las personas que trabajan en ella y pensamos que, por algo que puede ser coyuntural, no podemos deshacernos de ese talento porque cuesta mucho tiempo prepararlo.
Como dijo usted en una ocasión, ahora el importante es “retener el talento” y no tanto incorporarlo...
Es inviable traer talento porque tendrías que tener capacidad de fichaje. Podemos compararlo con la situación del Deportivo [de A Coruña], si me apuras... Puedes traer cedidos si vienen voluntariamente, por razones familiares o de otro tipo, pero... Nuestro objetivo es retener el talento que tenemos, pero cuesta retener a la gente que está destacando y que, a la hora de, por ejemplo, conformar un equipo de investigadores, tiene problemas para captar gente por los salarios que puede ofertar. Si no configura un equipo, no tendrá los resultados que se quieren.
¿Hay peligro de privatización en la Universidad pública?
Hay problemas en el decreto que aprobó el Gobierno sobre las tasas porque en la exposición de motivos se habla de que cubran entre un 10 y un 15% del costo del servicio, pero que hay que aumentarlo progresivamente hasta aproximarse al costo real. Si las familias tienen que pagar el 50 o el 75% del costo del servicio, la Universidad deja de ser un servicio público. Eso es privatizar porque las familias pagarían doblemente la enseñanza superior: con los impuestos, financiando los servicios públicos generales, y luego los propios usuarios sufragando el 100% del servicio.
Pero en Galicia se congelaron las tasas...
En Galicia se consiguieron paliar esos efectos yendo a la parte baja del abanico que se marcó, congelando las primeras matrículas, pero puede ser algo coyuntural. Habrá que ver lo que sucede el curso que viene. En la UdC estamos viendo ya cómo hay gente que renuncia a la matrícula cuando llegan al segundo o tercer plazo de pago porque no pueden asumir el costo. Tenemos un índice de renuncias un 40% superior al del año anterior. Claro que se nota la crisis porque las familias, aunque las tasas no sean muy altas, si tienen unos ingresos bajos nada pueden hacer. Quien acaban pagando las consecuencias son las clases bajas, pero también empiezan a pagarlas las clases medias.
¿Se está 'elitizando' la Universidad?
Corremos el riesgo de que la Universidad sólo sea para aquellos que puedan pagar el acceso a ella, y eso es tremendamente injusto. La libertad está en la igualdad porque se no tenemos igualdad de oportunidades, ¿qué libertad de elección tenemos? Para mí, como rector, esta es una de las grandes preocupaciones porque somos un servicio público de la enseñanza superior.
¿Cómo afectan los ajustes a la investigación?
La investigación se nutre de la convocatoria de fondos competitivos de tipo autonómico y estatal y los recortes, en ambos lados, son brutales. En la práctica, nuestros grupos de investigación, que hace unos años tenían un éxito en las convocatorias de un 30%, ahora con los recortes lo tienen del 10%. Al haber menos recursos, se financian menos proyectos y ya lo estamos notando. Los grupos de investigación sin financiación no funcionan.
Pero se siguen pidiendo resultados a las universidades españolas...
Es una ingenuidad pensar que podemos hacer lo que se nos reclama y tener los mismos resultados que las universidades de otros países que tienen el doble o triple de financiación. Si esas son las condiciones políticas, que sepan que tendrán consecuencias: habrá menos investigación, menos conocimiento, menos transferencia y menos profesionales altamente cualificados.
¿Y se puede salir de la crisis sin contar con la Universidad?
El ex ministro Ángel Gabilondo, en una junta de rectores y otras figuras en Madrid, aseguraba que podía ser que la Universidad no ayudara mucho a salir de la crisis, pero que es imposible salir de la crisis sin contar con la Universidad. Yo comparto esta reflexión. También comparto otra de Federico Mayor Zaragoza, que dice que la educación superior es imprescindible porque forma personas críticas, libres y responsables. Así que, si estamos recortando estamos impidiendo salir de esta crisis por la vía del conocimiento. Esta es la crítica y la reflexión, pero quien tiene que tomar las decisiones es quien tiene la responsabilidad.
¿Los ajustes obedecen a causas económicas o también hay ideología?
La crisis está resultando ser una coartada perfecta para llevar adelante recortes de los servicios públicos como la sanidad o la educación, universidades incluidas, y que responden a un planteamiento ideológico. Así lo pienso.
¿Pueden desaparecer universidades en el Estado?
A día de hoy no, pero hace un mes la cosa estaba más complicada. En estas jornadas que hemos tenido los rectores en Madrid esta misma semana, el secretario general de Universidades cambió un poco el discurso. Asumió parte de nuestras argumentaciones, como la que dice que si la Universidad española ocupa el noveno o décimo puesto en la producción científica mundial quizás no es necesaria una reforma a fondo, sino ajustes. Estas fueron palabras suyas. Entiendo que el discurso del Ministerio está cambiando para bien.
En este mes se hará público el informe de los expertos encargado por el Ministerio, ¿temen aun así que insistan en importantes cambios o ajustes?
Entiendo que el Ministerio está anunciando que no va a hacer una reforma a fondo de la Universidad porque su valoración del sistema universitario está cambiando. Lo que deduzco de las palabras del secretario general es que, diga lo que diga el informe, el Gobierno no va a tomar decisiones drásticas. También entiendo, por tanto, que no se van a cerrar universidades. Lo que sí está sobre la mesa es que habrá que ajustar el número de titulaciones.
¿También en Galicia?
En el sistema universitario gallego tendremos que resolver este tema por la vía de la colaboración y de la coordinación a través de títulos interuniversitarios, al igual que estamos haciendo con la enseñanza especializada de máster. Tendríamos que hacerlo también con los grados, tanto con los de alta demanda como con los de baja.
¿Hay demasiadas titulaciones universitarias idénticas en Galicia?
Hay algunos casos donde se ofertan titulaciones en las tres universidades y la demanda cayó de forma importante, pero entiendo que esas titulaciones deben seguir existiendo. Lo que hay que hacer es buscar formas de colaboración para optimizar los recursos sin que desaparezca esa oferta. Por poner un ejemplo, la UE advirtió hace años a los estados miembros que había pocos estudiantes de Matemáticas y que había que llevar a cabo medidas de estímulo para aumentar la demanda. El riesgo era no tener técnicos ni profesionales investigadores para que avanzara el conocimiento de aquí a veinte años. Hay que tener una visión mucho más completa. Aunque no haya demanda de Matemáticas, precisamos matemáticos, y el incluso con los filósofos, por poner otro ejemplo. Serán las formas de cooperación y colaboración las que nos permitan salvar la oferta universitaria.
Pues el ministro Wert dijo no hace mucho que los estudiantes tenían que estudiar aquello en el que se aseguraran un trabajo en el futuro...
No comparto esa reflexión, como es obvio en la repuesta anterior. Pero además, si tú te estás formando en una cosa de la que estás convencido, que te gusta, con la que disfrutas... De ahí es de donde salen los buenos profesionales, los buenos titulados, los científicos o los investigadores. Es muy importante tener trabajo, pero debemos ser ambiciosos y pensar en gente apasionada con su labor, que es lo que permite avanzar y mejorar. Además, el mercado de trabajo es muy cambiante y lo que hoy hace falta igual dentro de años, no. La educación superior es algo más que formar profesionales.