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Esperanza entre los preferentistas de Novagalicia porque el nuevo dueño “no es de este país de chorizos”

Protesta de preferentistas en Santiago

Miguel Pardo

Juan Carlos Escotet, presidente de Banesco, el nuevo dueño de Novagalicia Banco, prometió solucionar el problema de las preferentes en noventa días. Nada más llegar a Galicia después de confirmarse la adjudicación de NCG a su grupo, el banquero venezolano aseguró tener la salida a un conflicto en el que docenas de millares de gallegos llevan atrapados dos años y al que las autoridades gallegas y estatales no han dado ninguna respuesta satisfactoria. Los preferentistas, después de tantas decepciones, no se fían, reciben “con prudencia” las noticias pero reconocen que estos anuncios les hacen recuperar la esperanza que en muchos casos ya estaban perdiendo.

“No tengo la solución totalmente acabada, la estamos trabajando. Pero el compromiso es que tendremos en 90 días una solución satisfactoria para esta gente que ha pasado por una situación que nunca debería haberse producido”, acaba de afirmar Escotet en una entrevista en El País, tal y como ya había hecho antes en declaraciones públicas. Faltan unos 500 millones por recuperar por los afectados, según los cálculos de la Coordinadora Gallega de Plataformas de Afectados por Preferentes, cifra que coincide casi exactamente con la diferencia entre el precio inicial marcado por el FROB (1.500 millones) para Novagalicia y el importe final de la venta (1.003).

“No tenemos ni idea si esto fue fruto de un pacto o no, porque si algo caracterizó a esta subasta es su secretismo total”, dice Xulio Vicente, de la plataforma de afectados de la comarca del Baixo Miño y portavoz de la Coordinadora Gallega, que recoge “con prudencia” el anuncio de Escotet que, recuerda, “no deja de ser una promesa más de entre las docenas de promesas que hemos escuchado en los últimos años”. “Lo que queremos son hechos”, insiste el portavoz, que recuerda que “nada ha cambiado” en el discurso de los afectados: “devolución del 100% de todos los ahorros”. “Si este señor va por ahí, adelante; por pura coherencia, y si quiere comenzar con buen pie, no tiene otra opción”, añade.

Xulio Vicente anuncia que este mismo lunes los afectados por las preferentes pedirán una reunión urgente con la nueva dirección de Novagalicia Banco. Quieren saber cuál es la solución prevista y si, como se espera, supondrá la resolución del conflicto y la devolución íntegra del dinero. “Suponemos que le interesará acabar con esto y lo tiene fácil”, asegura el portavoz de la Coordinadora, que da un voto de confianza a Escotet. “Igual, al ser de fuera de este país de chorizos, este señor tiene palabra y nos ayuda; los que nos gobiernan aquí no tienen palabra ninguna”, insiste quien se pregunta “si nuestras administraciones han dicho alguna vez alguna verdad a los preferentistas”.

Los preferentistas insisten en que esperarán acontecimientos y que Escotet tendrá su “respeto” si consigue una solución, pero también advierten de que “puede tener un primer trimestre de año complicado” si sus promesas no cumplen lo esperado. En cuanto a la reacción de los afectados, Xulio Vicente tiene claro que él quitará el dinero de Novagalicia en cuanto recupere el dinero atrapado, pero no cree que sea algo generalizado. “Este hombre tiene mucho más que ganar que que perder si da el paso que prometió, porque no tiene culpa ninguna de todo lo que pasó; si hace justicia, claro está que tiene mucho ganado en cuanto al futuro de la entidad”, reconoce.

Vicente tiene bien claro que “igual que se legalizó por decreto un robo”, también se le puede “dar la vuelta”. “Todas las administraciones han reconocieron que esto ha sido una estafa, pero todos nos han engañado masivamente; ahora la solución es fácil”, insiste quien confía en las palabras del presidente de Banesco, pero recuerda también que los afectados por las preferentes continuarán las movilizaciones hasta que haya una solución y que han “demostrado” que, de no encontrar salida, pueden “poner en muchos problemas” el aterrizaje de Escotet en Galicia. En sus manos queda.

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