“Feijóo quiere un banco zombi en Galicia que compre la deuda de la Xunta y que evite el rescate”

Clodomiro Montero, responsable de CIG-Banca, conoce como pocos la situación del sector financiero gallego y, sobre todo, de Novagalicia. Con el inicio de la negociación del ERE previsto, y que supondría el despido de unos 2.500 trabajadores, este representante sindical insiste en la “continua provocación” de la entidad y en la “estrategia” de Xunta y Gobierno central para acabar entregando el banco “a un fondo de inversión buitre y especulativo”.
Los sindicatos denuncian a todas horas la “tomadura de pelo” por parte de Novagalicia Banco en las negociaciones del ERE...
Ya en el período previo de negociación del ERE asistimos a una continua provocación por parte de la entidad, con falta de documentación, con información en inglés... Una auténtica provocación con el único objetivo de que hubiera una ruptura de esta negociación para poder poner el ERE en marcha lo antes posible y justificar en base a la actuación de la parte sindical. Siempre fuimos conscientes de esto y por eso mantuvimos nuestra intención de negociar. Esto llevó a que la empresa diese por rotas estas consultas incumpliendo el convenio colectivo.
¿Y cómo empezó la propia negociación del ERE?
Pues el martes volvimos a asistir a la misma actitud. La dirección de la empresa no aceptó la mediación y volver al período anterior de consultas, y en esta primera reunión del ERE sólo se dio cumplimiento a lo legal, pero la negociación es nula. Se entrega una documentación en un CD y no se da ningún tipo de alternativa al plan de reestructuración.
José María Castellano dice que habrá menos despidos de los previstos inicialmente...
En contra de lo que se está diciendo, lo cierto es que siguen siendo 2.500 despidos porque se va a abrir un ERE paralelo a los trabajadores de la corporación, mientras que en las oficinas de fuera del Estado tendrán que ir a procedimientos en base a la legislación de cada país. En definitiva, siguen sumando 2.500 despidos. La posición de la empresa, y por lo tanto del Gobierno, sigue siendo inamovible. Su idea no es más que aplicar en las entidades nacionalizadas una reforma laboral que el mismo Gobierno aprobó y que se basa en que cualquier reestructuración tiene que realizarse a través de despidos baratos y favoreciendo a la parte empresarial. La sensación es de pesadumbre. Son 2.500 personas despedidas, millares de familias y casos humanos muy tristes y preocupantes.
¿Aporta la documentación que les facilitaron algo nuevo?
Lo que ya es público. Que las cuentas se van a cerrar con 8.000 millones de euros de pérdida, pero ya llevamos cuatro ERE, cuatro planes de viabilidad, auditorías previas a la fusión... Y ninguno de ellos se ha cumplido. Que el rescate sea más gravoso tiene que ver con esas políticas que están aplicando en el conjunto de la sociedad y que se basan en los recortes. Cuanto más se recorta en la empresa, en peor situación se queda. La situación que vive ahora la entidad viene dada por una mala gestión anterior, con las complicidades de todos los organismos supervisores, pero también por la situación en la que se deja a la empresa a través de los continuos procesos de reestructuración y de los ajustes.
¿Estamos en un túnel sin salida?
Cuanto más se recorte la empresa, en peor situación queda y más dependiente se hace de las ayudas públicas. Estamos metidos en una bola en la que se desmantela cada vez más la entidad y cada vez más precisa de ayudas públicas. Es parecido a lo que ocurre en el conjunto de la economía.
¿No ve en Novagalicia Banco intención alguna de modificar el plan de reestructuración?
Por parte del FROB y del Estado no hay intención alguna de negociar, sino de aplicar la reforma laboral que para eso la han aprobado. En ese camino no nos vamos a encontrar nunca y por eso estamos en conflicto. Además, no hay ni un solo colectivo implicado en Novagalicia que no salga perjudicado. La clientela, los trabajadores, la obra social... Están convirtiendo deuda privada en deuda pública.
¿Cuál cree que es el objetivo final de esta estrategia?
Lo que se pretende es vender la empresa en 2015 y todas estas pérdidas salen porque hay que provisionar, incluso a préstamos que están a corrientes de pago se obliga a provisionalos por el 100%, algo inédito en el sector. Préstamos sanos también pasan al Sareb, el banco malo. Lo que vemos es que hay un vaciado de la entidad para reducir en un 60% la entidad, y no para que sea más viable, sino para reducir las necesidades de capital en el futuro y para que en 2015 alguien pueda comprarla más barata.
¿Y quien la comprará?
O se vende a un gran banco o se aplica la solución de Castellano, y que apoya Núñez Feijóo, que es entregar casi la mitad del sistema financiero gallego a un fondo de inversión buitre y especulativo norteamericano. Esto supone convertir a Galicia en un país bananero, algo que ningún gobierno del mundo ha permitido, pero que aquí está avalado por el Gobierno central y apoyado por la Xunta. Es gravísimo.
¿Qué pretendería la Xunta con esa venta?
Se nos ha mantenido como una entidad zombi, lo que ha perjudicado a clientes con deuda subordinada y a los trabajadores, pero por el camino se ha beneficiado una estrategia. El objetivo es que a partir de 2015, con las provisiones hechas y en período de privatización, la entidad tendrá capacidad para comprar deuda pública, tal y como se nos expuso. Lo que pretende Feijóo es evitar el rescate manteniendo una entidad zombi que tendrá capacidad para comprar deuda de la Xunta de Galicia. Este es el plan real del Gobierno gallego: evitar el rescate manteniendo una entidad zombi que le adquiera su propia deuda. Así podrá seguir diciendo que Galicia es la autonomía más solvente del Estado. Nos da miedo escucharle esto a Feijóo porque recordamos también cuando decía que Novacaixagalicia era una entidad solvente. Si la solvencia de la Xunta es la misma que la de NCG, el panorama es terrorífico.
¿Cree de verdad que este será el destino final de Novagalicia?
Estamos convencidos de que esto es un fraude social. Se va a llevar a cabo una reestructuración con un gran coste social y para el beneficio de quien se quede con la entidad en 2015. Atrás hay una maniobra para que se queden con ella fondos de inversión norteamericanos. El mayor acreedor que tiene Novagalicia Banco es la Xunta de Galicia y lo que quieren es que siga siendo así porque se garantiza tener cuenta con una entidad que sí o sí pueda seguir en disposición de comprarle la deuda que emita la Xunta. Así da imagen de gran gestor económico y de solvencia, esa imagen que constantemente vende el presidente.
Los sindicatos llegaron a pedir que se vendiera la entidad lo antes posible si no variaban las intenciones...
La CIG siempre matizó esa afirmación. Hoy la entidad tiene una cuota de negocio del 40% en Galicia y es muy apetecible para los grandes grupos bancarios del Estado. Lógicamente, una entidad minimizada y empeorada imposibilita una alternativa que no sea su venta a los fondos de inversión, si se deciden a entrar. La empresa pasa a tener menos valor hacia el futuro y Joaquín Almunia ya dijo que o se vendía o se liquidaba. Así que, ¿qué ocurrirá si no llegan los fondos norteamericanos? ¿En qué situación quedamos? Por eso manifestamos que casi era preferible una subasta actual sin recortes, entendiendo como recortes la merma del valor de la empresa. Quedará una entidad saneada con más depósitos que préstamos y esto es lo que va a permitir seguir comprando deuda pública.
Usted lleva años alertando de que esto podía ocurrir...
En 2005, José Luis Méndez presentó un plan de expansión brutal que pretendía llegar a los 1.000 millones de beneficio para Caixa Galicia en 2010, y mira donde estamos. Siempre le dijimos que eso era el cuento de la lechera y advertimos de la situación. En tiempos del gobierno de Emilio Pérez Touriño nos reunimos con el director general de Política Financiera, que nos acusó de deslealtad con los directivos de las entidades porque ellos lo estaban haciendo muy bien. También hablamos con grupos políticos para advertirles del que se nos venía arriba. El BNG insistió en la necesidad de una reforma de la ley de cajas e incluso Xaquín Fernández Leiceaga aseguró que el PSdeG defendería esa propuesta, pero cuando llega al Parlamento, los socialistas hacen una defensa numantina de los directivos por motivos electorales y localistas.
Y ahora, ¿hay plan alternativo?
Estamos convencidos de que hay un plan alternativo a lo que se nos presenta. Estamos ante la última oportunidad. La entidad tiene que tener vocación de servicio hacia la ciudadanía y mantener oficinas que den servicio al pueblo. El plan pasa por que esta entidad sea pública y dependiente de la Xunta. Lo lógico es que en el momento que tienes una tasa de morosidad y hay clientes que no te pueden pagar, tú mismo vayas a una quita, te sientes con los acreedores de la entidad, vayas a un plan de reestructuración de la deuda y la minimices, y no que el conjunto de la sociedad se tenga que hacer cargo del 100% de una deuda derivada de la mala gestión. Defendemos un plan alternativo sin tanto coste social ni laboral y que permitiría a Galicia contar con un sector financiero que no fuera bananero.
Han pedido reuniones con el FROB y con Feijóo. ¿Sigue sin haber respuesta?
Quien está detrás de los despidos es la entidad, la Xunta y el Gobierno central, y no Bruselas como se nos vende. Es normal que no nos reciban porque son ellos los que nos quieren echar. No quieren dar la cara, pero los trabajadores y sus familias ya tienen claro quien los quiere despedir.
¿No descartan un paro total en la entidad?
Un conflicto de estas características irá evolucionando. Si no hay un avance en la negociación, no nos quedará más remedio que ir aumentando las jornadas de paro y las jornadas de huelga, sin descartar un paro indefinido. También es cierto que estamos en una unidad de acción sindical y que también tenemos una visión sectorial, porque esto afecta a otras entidades del Estado. Iremos a un conflicto sectorial en el que se convocarán huelgas a nivel estatal.