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Galicia en Fin de Año y Reyes: límite a las reuniones en exteriores e interiores y horario recortado en hostelería

Personas paseando por las calles de Vigo, con las luces de Navidad, en una imagen de archivo.

Beatriz Muñoz

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Tras meses en los que el volumen de normas contra la COVID-19 iba adelgazando y simplificándose, la sexta ola de la pandemia y la irrupción de la variante ómicron vinieron a desbaratar el camino de relajación en las restricciones. Los principales indicadores con los que la Consellería de Sanidade resume a diario el estado de la cuestión no dejan de superar máximos en Galicia y el Gobierno autonómico decidió esta semana tomar algunas cartas en el asunto. Tras comprobar en los días inmediatamente posteriores a Nochebuena y Navidad -para los que la única novedad fue la recomendación de evitar reuniones de más de dos grupos de convivientes- que la escalada de contagios detectados no se frenaba, el lunes se reunió el comité clínico que asesora a la Xunta.

El encuentro, convocado por la tarde, se prolongó y el Gobierno gallego no dio cuenta de los acuerdos hasta el martes, a tres días de los cotillones y las fiestas de Nochevieja. Una semana antes, el presidente gallego había acogido con críticas la convocatoria de la Conferencia de Presidentes para abordar medidas para Navidad con solo dos días de antelación. Sin embargo, consideró que para las restricciones de la Xunta para Nochevieja aún había tiempo y pospuso las decisiones unos días.

El encargado de comunicar las normas de Fin de Año y Reyes fue el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña. En la rueda de prensa, en la que acuñó la expresión 'toque de no queda' -la Xunta criticó hace un año que las restricciones a la movilidad se llamasen toque de queda-, anunció una modificación en el horario de cierre que se modificó horas después y una limitación a las reuniones de no convivientes que también mutó por sorpresa al día siguiente -esta vez, para ampliarla a los espacios privados-. Ya con el aval del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), estas son las restricciones que se aplicarán desde este viernes, 31 de diciembre (todo el día ya incluido), y hasta el 18 de enero:

Sin cotillones

El horario de la hostelería cambia. En el caso de los locales de ocio nocturno, deberán cerrar a las tres de la madrugada, también en la noche de Año Nuevo. No podrán celebrar los tradicionales cotillones. La reacción de algunos establecimientos, que anunciaban una fiesta adelantada al día 29 para esquivar las restricciones, tuvo respuesta de la Xunta: hay ayudas para quienes cierren, pero quedan excluidos los que hagan la celebración de Fin de Año antes. Para el chocolate de Año Nuevo, habrá que esperar a que los bares y cafeterías puedan abrir, algo que se permite desde las nueve de la mañana del día 1.

La Xunta anunció la nueva hora para bajar la persiana antes de reunirse con el sector, que se declara al borde de “tirar la toalla”. El resultado de ese encuentro, pocas horas después, fue que, en lugar de cerrar a las dos de la madrugada, como había anunciado Comesaña, los locales nocturnos podrán atender clientes hasta las tres.

Los bares, hasta medianoche

En el caso de los bares, la actividad deberá parar a medianoche, salvo los viernes y los sábados, cuando tendrán permitido extender el servicio una hora más. Además, la Xunta ha vuelto a clausurar las barras. El aforo es de ocho personas por grupo en interiores y 10 en las terrazas. El certificado COVID pasa a ser obligatorio a cualquier hora en todos los locales de hostelería.

Solo convivientes de madrugada

La Xunta también pone límite a las reuniones de madrugada. A la hora a la que cierra el ocio nocturno empieza la prohibición de ir por la calle con personas con las que no se comparta techo. Esta restricción opera hasta las seis. Así lo explicó Comesaña en su comparecencia. Al día siguiente, en el texto remitido al Tribunal Superior de Galicia la Xunta ampliaba esta medida a los espacios privados: es decir, el Gobierno gallego quiere evitar también reuniones y celebraciones en casas. A esto es a lo que el conselleiro se refirió como “toque de no queda”.

En este punto se establecen excepciones: sí puede reunirse una persona que viva sola con una única unidad de convivientes -o con otra persona que viva sola-; están permitidos los encuentros de menores de edad con sus progenitores, en el caso de que no convivan en el mismo domicilio; y también los de quienes tienen un vínculo matrimonial o de pareja, cuando vivan en domicilios diferentes. Quedan fuera de la prohibición los encuentros que sean para el cuidado, atención, asistencia o acompañamiento a personas menores de edad, mayores o dependientes, con discapacidad o especialmente vulnerables. Y quienes se desplacen al domicilio de un familiar o allegado para reencontrarse en estas fechas podrán dormir allí. Además, como es habitual, también se hace una excepción con las situaciones de necesidad o por causa de fuerza mayor.

Parques y playas cerrados

Este punto es solo una recomendación, pero la propuesta del Gobierno gallego es cerrar por la noche parques, jardines y otros espacios similares, como las playas, para disuadir a quienes quieran hacer botellón al aire libre.

Para las cenas familiares, las mismas recomendaciones

En cuanto a los encuentros familiares, la Xunta no ha adoptado más prevenciones que para Nochebuena y Navidad: sugiere que no se reúna más de dos unidades de convivientes y pide que se utilice la mascarilla, que se ventilen los espacios y que se respete la distancia entre personas.

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