La Galicia urbana gira a la izquierda y castiga a los dos grandes partidos
Un vuelco histórico. Los resultados de las elecciones europeas del pasado domingo no solo echaron por tierra, como suele suceder en los últimos tiempos, los pronósticos lanzados por el Centro de Investigaciones Sociológicas o por los sondeos publicados por la prensa. También sumieron en la estupefacción a los dos grandes partidos, PP y PSOE, tanto en el Estado como en Galicia. En el caso gallego lo único que no fue excepcional es que el PP fue la fuerza más votada, aunque perdiendo 200.000 votos respecto a los anteriores comicios europeos y acercándose a su suelo electoral con su peor resultado en veinticinco años. El giro a la izquierda que resulta de las urnas en el conjunto del país gallego es especialmente elocuente en las siete ciudades, un cambio que ni siquiera es evitado por la fuerte caída del PSdeG.
Tomando como referencia los resultados agregados de A Coruña, Lugo, Ourense, Pontevedra, Santiago, Vigo y Ferrol este 25M es posible observar que los socialistas se quedaron lejos de superar en votos a los conservadores y que la ciudadanía que optó por AGE, por Podemos o por el BNG es más que la que decidió votar a las dos grandes formaciones. Así, el conjunto de la Galicia urbana le dio unos 102.000 votos al PP y algo más de 80.000 al PSdeG. Mientras, Alternativa, la formación que lidera Pablo Iglesias y el Bloque consiguieron, en total, algo más de 111.000 sufragios.
Bajando algo más al detalle, los resultados de las europeas muestran también que únicamente en las dos urbes del interior, Lugo y Ourense, uno de los dos grandes partidos –en ambos casos, el PP– tuvo más apoyo que la suma de AGE, Podemos y el BNG. En el resto de las urbes gallegas, las fuerzas de izquierda rupturista dejan atrás a populares y socialistas, un fenómeno que es especialmente significativo en Vigo, donde estas organizaciones incluidas a priori en el saco de las minorías lograron más de 35.600 papeletas frente a 27.800 del PP y 24.500 del PSdeG. Las diferencias también son claras en A Coruña, donde el agregado de AGE, Podemos y BNG supera en más de 3.000 votos al PP y en casi 8.000 al PSdeG. En Pontevedra, Santiago y Ferrol las diferencias son más estrechas, pero también se dan.
Aun con las cautelas que, de por sí, deben acompañar a cualquier extrapolación, otra de las conclusiones que es posible extraer de los resultados de las europeas es que en unas municipales los populares tendrían realmente difícil acceder a algún bastón de mando urbano siempre y cuando no se produjeran alianzas como la que le permitió al socialista vigués Abel Caballero aprobar sus presupuestos con el apoyo del PP. No en vano, realizando el ejercicio de situar de un lado el PP y de outra a las formaciones ubicadas convencionalmente en el ámbito de la izquierda y del progresismo las diferencias son muy notables en los siete casos y especialmente significativas en A Coruña y en Vigo.
Todo esto sucede en un contexto en el que las europeas no son una isla, sino la profundización de una tendencia iniciada, al menos, en las elecciones gallegas de 2012 e incluso tras las generales del año anterior. Un vistazo en perspectiva muestra duras caídas de PP y PSdeG y, aunque menos pronunciada, también del BNG. Frente a esto destaca el surgimiento de AGE en los últimos comicios autonómicos y de Podemos en los del pasado domingo. También el crecimiento, aunque en una medida mucho menor, el partido de Rosa Díez.
El PP cae ante la izquierda parlamentaria
Entre las evaluaciones realizadas por las formaciones políticas gallegas tras los poco esperados resultados de las elecciones europeas destaca la del PP, según la cual los datos del 25M revelan una falta de confianza en la izquierda parlamentaria. Interpretaciones partidarias al margen y siempre circunscribiendo los resultados a un escenario tan particular como el de las elecciones europeas, lo cierto es que el pasado domingo las formaciones ubicadas actualmente en las bancadas progresistas del Pazo do Hórreo –PSdeG, AGE y BNG– tuvieron en las urnas más apoyo ciudadano que los de Alberto Núñez Feijóo.
Los 354.000 votos de los conservadores fueron 50.385 menos que los obtenidos por la suma de socialistas, Alternativa y Bloque. Esta diferencia crece aun más añadiéndole a las organizaciones de la izquierda parlamentaria los más de 84.000 sufragios de Podemos, lo que elevaría la diferencia entre ambos lados a los 134.601votos.
Igual que en las ciudades, aunque de una manera menos pronunciada, lo acontecido en las elecciones europeas es también la confirmación brusca de una tendencia y abre notablemente el panorama político y electoral de cara a futuras convocatorias, comenzando por las municipales y generales previstas para el próximo 2015.