“Estoy harto de hacer política a la defensiva, para ver qué recortes paramos”
Juan Fajardo encabezó la lista de AGE en la provincia de Pontevedra ganando su escaño en el Parlamento. Es informático y fue portavoz de Izquierda Unida en Vilagarcia de Arousa. Destaca que “fue necesario el impulso del 15M para que ciertas cuestiones fueran primordiales en el debate político”.
¿Cómo están siendo los primeros días en el Parlamento?
Raros, difíciles, complejos, no es comprensible que el Parlamento de los gallegos permanezca, en días de pleno, cercado y aislado de sus vecinos por las fuerzas del orden. Si el gobierno legislara y gobernara para la mayoría no sería necesario que se ocultara tras las fuerzas y cuerpos de seguridad. Además estoy observando demasiados anacronismos en el Parlamento, así como actitudes poco ...como decirlo... de gente de lo común entre los demás parlamentarios. Un ejemplo, hay parlamentarios socialdemócratas que esperan a que un ujier les retire la cadera para tomar asiento en las comisiones.
¿Ya te sientes como un diputado al margen de las dificultades para contar con un despacho?
Nunca me sentiré como un diputado, soy y seré un ciudadano que hace política. En el momento que pierda esa perspectiva espero que otro ciudadano me dé una patada en el culo para que despierte, no quiero convertirme en algún diputado que he visto estos días. Existe algún tipo de posesión en el Parlamento que hace que las personas crean en la necesidad de transformarse en otra cosa cuando entran a formar parte de él, frente a eso, está el exorcismo democrático de airear el Parlamento y de cambiar ciertas dinámicas preocupantes de nuestros parlamentarios: Un ejemplo, por que los teléfonos no tienen tope de gasto?
¿Como están siendo y serán las relaciones con BNG y PSOE?
¿Qué relaciones? ¿Es que existen? Por ahora están tratando de ningunear a nuestra formación porque cuestiona su inútil e inexistente oposición anterior, pero nosotros sabemos quién es el enemigo: el PP y las políticas de derechas, por lo tanto deberemos entendernos en muchas cuestiones, pero a mí particularmente me preocupa que cuando el PSOE tiene que tomar una decisión de Estado acabe firmando lo que decide la puñetera Troika, un ejemplo: la modificación de la constitución, o el parche pactado con el PP en el tema de los desahucios, sin olvidar que hayan dejado fuera de la mesa nuestra organización. Podría decirse sobre el PSOE y la izquierda aquello de: “siempre me dices que me quieres pero acabas acostándote con otra u otro”.
¿Cómo debe ser el trabajo parlamentario en una cámara en la que el PP aplica su mayoría como un rodillo?
Nosotros tenemos que articular propuestas para cambiar las cosas, pero sobre todo trabajar para canjear este sistema caduco que pretende acabar con todo para que cuatro sigan amasando fortunas. Es necesaria una rebelión cívica contra este fraude democrático, o damos un paso adelante o no podremos mirar a las generaciones futuras, por dejarnos arrebatar los pocos y limitados derechos que teníamos. Estamos ante una situación de excepción y yo estoy harto de hacer política a la defensiva, para ver qué recortes paramos. Los recortes no se negocian, se combaten, y yo particularmente quiero pelear por una nueva sociedad más justa y democrática. ¡Si hace años pensaba que la sociedad era absolutamente insolidaria y poco preocupada por los que menos tienen, imaginate ahora! Yo quiero luchar por una democracia de verdad y un reparto de la riqueza justo, no podemos permitir que uno de cada cuatro gallegos esté en situación de pobreza... En definitiva, trabajamos para una mayoría social que determine y concluya con una quiebra democrática hacia un nuevo modelo.
¿Cuáles son los primeros asuntos en los que te estás centrando?
Estoy pateando el país con el objetivo de articular una fuerza de respuesta de los trabajadores y trabajadoras contra las políticas de saqueo del PP, pero en lo concreto, estoy preparando iniciativas sobre planes de empleo, estrategia gallega de acuicultura, defensa de los puestos de trabajo, el Hospital comarcal del Salnés o del Barbanza, la eliminación de los peajes de las autopistas gallegas, sobre todo la A59... Hoy incluso tengo una reunión con vecinos afectados por obras de la Xunta y del Estado, que son menospreciados por la administración.
Mucha gente dudaba en un comienzo de la viabilidad de AGE. ¿Cómo son las relaciones con Anova y los otros grupos?
Excelentes. Yo me pregunto como es posible que gente que coincidimos en la mayoría del análisis político y en la necesidad de superar el modelo de explotación actual, no hayamos confluido con mucha antelación. Además el resto de compañeros del grupo forman un equipo humano y de trabajo excepcional, donde esta presente el país de verdad: Desempleados, investigadores, agricultores, trabajadores de la sanidad, gente de lo corriente que no veo cuando giro la cabeza en los plenos del Parlamento.
¿AGE es una nueva forma de hacer política? ¿A nivel interno qué pasos tiene que dar AGE para consolidarse como esa Syriza gallega?
Sí, AGE tiene un reto importante, incluso diría que histórico, que puede ser un ejemplo para luchar contra los especuladores y manipuladores económicos en el resto de Europa. AGE debe seguir creciendo, pero tenemos que dotarla de una entidad propia sin perder nuestra raíz. Yo soy del PCG y seguiré siendo del PCG, pero tenemos que dotar a AGE de un cuerpo propio mas allá de la coalición que es a día de hoy, ya que es una esperanza para mucha gente, que cree llegado el momento de la lucha decidida contra los palanganeros del sistema que pretenden acabar con todo y traicionar a sus ciudadanos para garantizar el beneficio de los poderes económicos. Tenemos que darle una bofetada democrática a los lacayos del poder económico que gobiernan el país. En definitiva tenemos que derrotar estas políticas, que, como el tabaco, matan.
¿Cómo se lleva a la práctica ese objetivo que Beiras y Yolanda Diaz pusieron sobre la mesa: AGE como correa de transmisión de los movimientos sociales?
Galicia, con diferencia de lo que se dice, es una sociedad activa, comprometida y con propuestas, por lo que ese trabajo es fácil, simplemente escuchando y tomando nota de las iniciativas de la sociedad organizada en todos los ámbitos de la política, es posible trasladar esas iniciativas al debate parlamentario. Pero luego está la convulsión y conflicto constante que vive el país, diariamente visitamos una o dos empresas, con trabajadores en problemas, o de cierres, o despidos, o de retroceso de las condiciones laborales, y nuestro trabajo es que esos procesos de lucha confluyan en un proceso de reivindicación conjunta contra las políticas que los provocan, que no son otras que las políticas de la Unión Europea, que Feijoo aplica como alumno aventajado, aunque eso se transforme en sufrimiento y hambre para los gallegos y gallegas.
¿Con 6 millones de parados en España cómo es que esto aun no ha explotado?
Por numerosos factores: el colchón familiar, el campo y el mar para autoconsumo, la economía sumergida... los gallegos no estamos viviendo, estamos sobreviviendo, pero si no cambian las políticas que ahogan a la gente del común, llegará un momento en que estallará, y posiblemente de forma violenta, por lo que es necesario un cambio de políticas ya... para evitar que el proceso de cambio sea violento e incluso sanguinario. Y la izquierda en esto tenemos un papel fundamental, ya que si no somos capaces de trasladar las demandas de la ciudadanía a la acción política concreta y de gobierno, es probable que este movimiento de indignación acabe capitaneado por algún movimiento populista de carácter autoritario, y entonces sí que esta sociedad tendrá dos problemas, el económico y social, y el de la violencia contra los semejantes.
¿Cómo se puede vencer esa sensación de que el voto no sirve para nada y de que todas las decisiones se toman en lugares muy lejanos y no democráticos?
Participando de forma activa en la política, organizándose y sobre todo exigiendo la ejecución de los compromisos de las diferentes fuerzas políticas en los procesos electorales, el voto es importante pero no es la única manera de intervención. Para mí el 15M ha transformado este país: llevaron al debate político cuestiones que estaban en la agenda de grupos como el nuestro, pero fue necesario el impulso del 15M para que fueran primordiales en el debate político nacional... La acción política debe ser doble, como voto para decidir las instituciones que legislan, evitando que legislen en contra de la mayoría social como ahora, y trabajar en la calle para introducir debates importantes, como ha sucedido con el tema del desahucios.