La heterogénea dirección de Anova obliga al entendimiento entre sectores
“Teníamos el terreno de juego y ahora, tras la asamblea, tenemos pintadas las líneas del campo y un cuadro de jugadores. Ahora hay que perfeccionar la estrategia, combinar y compenetrar bien el equipo y jugar bien”. Con este símil futbolístico define uno de los nuevos miembros de la coordinadora nacional de Anova el resultado del primer cónclave de la formación nacionalista, celebrado este pasado fin de semana en Compostela.
Hubo debate (mucho e intenso) y claras diferencias entre la vieja y resistente cultura política y una nueva que se reafirma en optar por formas alternativas a las conocidas en la tradición de la izquierda en Galicia. Así lo reflexionan diversos afiliados de Anova y miembros de una coordinadora nacional plural y variada en la que no hubo ningún sector que se hiciera con el poder de la dirección, lo que obligará al entendimiento entre las diferentes posiciones.
El sector histórico de Encontro Irmandiño (EI), nucleado alrededor de Mario López Rico o Luis Eyré, Palleiro, reunió apoyos pero más de la mitad de los miembros de la coordinadora parecen situarse más claramente a favor de esa “nueva cultura política” en la que se junta gente de la FPG, independientes, representantes de movimientos sociales e incluso de sectores locales que conforman una masa heterogénea entre la que salió reforzado Martiño Noriega. El alcalde de Teo y responsable de Acción Institucional de Anova recibió 376 votos, casi un ciento más de los conseguidos, por ejemplo, por los históricos beiristas, pero fuera de la dirección quedaron figuras próximas a Noriega como David Fernández o Raúl Asegurado, a pesar de los intentos de su ámbito por incorporarlos a la dirección.
“Lo que pasó fue lo que se demandaba: la socialización de un poder más compartido y una mayor capacidad de decisión para la militancia. La nueva coordinadora nacional refleja este deseo; la gente quería una dirección más plural y un poder más socializado y esa es la foto fija de este momento”, dice uno de los elegidos para la nueva dirección, que cree que ahora la clave “y única solución” es buscar el equilibrio“ y que ”nadie se instale en la marginación de un grupo“. ”Nadie sobra, pero faltan muchos aún“, insiste.
La confrontación surgió sobre todo a la hora de decidir el sistema de elección de la coordinadora. El sector histórico de EI no escondió su oposición al método de las listas abiertas condicionadas (con un máximo de 36 miembros a elegir de un total de 75), lo que evitaba que un sector pudiera controlar la dirección. Desde luego, ese control es ahora imposible. Ninguna fuerza es hegemónica y la unanimidad sólo llegó a la hora de elegir el portavoz nacional, en la figura de un Xosé Manuel Beiras cuyo liderazgo “lo fijó en una posición muy por encima del debate y con un apoyo total”, tal y como destaca Martiño Noriega, que ve “muy positivo” que la figura del portavoz no provocara confrontación alguna.
Para el alcalde de Teo, “la intensidad del debate es algo bueno” porque significa que Anova “es una organización muy viva y no esquematizada, libre de grandes aparatos burocratizados”. “Tenemos el reto de una nueva cultura política, sin renunciar a la carga ideológica, sobre todo en la manera de relacionarse con la sociedad y la asamblea reflejó eso: que hay vocación de conectar con las cuestiones que se reclaman desde los movimientos sociales, como la horizontalidad y la participación”, añade.
“La propia militancia decidió el sistema de elección de la coordinadora, ratificó que el portavoz se eligiera de forma directa por los afiliados y llegamos a una síntesis sobre la política de alianzas”, resume Noriega para destacar los aspectos positivos del cónclave, aunque no esconde lo que considera negativo. “Percibí una cierta cultura de resistencialismo y de no abandonar posiciones históricas de la izquierda tradicional en cuanto a la organización”, dice, tras recordar que “discrepar no es estar contra el otro, sino algo normal y natural”.