Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El ataque limitado de Israel a Irán rebaja el temor a una guerra total en Oriente Medio
El voto en Euskadi, municipio a municipio, desde 1980
Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal
Entrevista Líder de Los Enemigos

Josele Santiago: “Hay poco punk para tanta crisis. Nosotros hemos respondido al patrón lógico de crisis/caña”

El cantante Josele Santiago, líder de Los Enemigos

Gonzalo Cortizo

2

Cuando en 1984 Echo & the Bunnymen triunfaban con The Killing Moon en media Europa, Josele Santiago (Madrid, 1965) andaba a otras cosas y apenas prestaba atención a ese tipo de música. Tenía 19 años, estaba a punto de fundar Los Enemigos y Malasaña era Malasaña. Casi cuatro décadas después de aquello, Josele escucha ahora a la banda de Liverpool a todo volumen mientras camina por los montes de Montcada i Reixac, la localidad barcelonesa donde vive. “Ahora escucho cosas a las que hace 20 años ni me hubiera acercado”, asegura en conversación por videoconferencia con elDiario.es. Como oyente de 57 años se abre a lo que dejó pendiente. Como frontman de Los Enemigos, su sonido cada vez se parece más a sí mismo.

La banda llega a Santiago (viernes 11 y sábado 12 en la Sala Capitol) para recuperar una actuación suspendida por la pandemia. Son dos bolos que sustituyen al cancelado hace unos meses y para los que apenas quedan algunas entradas que, a estas horas, se disputan los más rezagados en la taquilla. “El repertorio está funcionando. Son dos horas sin parar tipo Los Ramones”, asegura Josele, para quien la velocidad y el volumen que ha recuperado el grupo tienen relación directa con el tiempo que vivimos: “Hemos respondido al patrón lógico de crisis/caña. Otros quieren convertirse en una superestrella de la hostia en estos momentos, lo cual me parece una gilipollez de la hostia”. Bestieza, publicado en 2020, es el último álbum de Los Enemigos. Uno de los mejores de su carrera.

Por fin, en Santiago, después de haber tenido que cancelar por la pandemia la fecha inicialmente prevista...

Que yo sepa no hay otro motivo para este bucle de cancelaciones y bailes de fechas. Simplemente ha sido por eso. Hemos ido intentando hacer las cosas. Y aprovecho para dar las gracias a la gente que ha guardado la entrada, que han sido casi todos.

Volvéis con un dos por uno...

Había una fecha y de repente son dos. Supongo que ha habido un sold out y se prevé llenar las dos. No te puedo decir gran cosa al respecto porque a mí me mandan. Me meto en la furgoneta y voy a donde me digan.

¿Crees que están cambiado los hábitos de consumo cultural? El cine teme al streaming. ¿Puede pasar algo parecido en la música, que de tanto no ir a conciertos la gente se haya acostumbrado a no hacerlo?

Nosotros llevamos ya unos cuantos conciertos en esta gira desde que se han levantado las restricciones y la verdad es que no hemos notado nada raro. Estamos llenando las salas; en Madrid, también en Sevilla, Granada y Murcia. Hay muchas ganas de cachondeo. No sé en el cine, pero en nuestros conciertos llevamos unos cuantos llenos hasta la bandera.

¿Desde arriba es como antes?

Sí. Hubo esa época rara con la gente sentada pero desde que se han quitado las sillas y la gente puede acercarse, ningún problema. Al contrario. Yo noto muchas ganas de fiesta. El mundo está tan hostil y con tanta alarma que la gente quiere salir. En cuanto al cine, yo personalmente sigo yendo. No lo cambio por una pantallita de televisión.

¿Y con la música igual?

Sigo comprando discos. También uso el streaming, el Spotify este famoso. De momento.

¿Qué piensas de la decisión de Neil Young de salirse de esa plataforma?

Me parece muy bien. Él que puede. Yo, si pudiera, habría hecho lo mismo. Como él, como Joni Mitchell y no sé cuantos más.

Además de los motivos nuevos, a Neil Young nunca le gustó la música comprimida...

Bien, bien, no se escucha. Él estaba intentando montar un sistema que respetara el sonido, las mezclas y la información. Porque la información que te da Spotify no es correcta. Se pueden compatibilizar todas las maneras de escuchar música. Cuando llegó el CD a nuestras vidas fue un escándalo. Decíamos “madre mía, que asco de formato”. Y yo ahora lo uso con total normalidad. Con todo esto irá pasando lo mismo. La manera de consumir música también va cambiando, como todo: comemos de manera distinta, vestimos de manera distinta...

Al disco nuevo, Bestieza, le cayó el Covid encima tan pronto salió del horno...

En 2014 grabamos Vida Inteligente, que tuvo una repercusión justa. Y después nos ha costado mucho volver a grabar juntos porque tanto Fino [Oyonarte] como yo estábamos liados con nuestras carreras en solitario. No veíamos el momento y había cierta inestabilidad dentro de la banda que ya está solucionada. Si no hubiéramos arreglado eso, probablemente Bestieza no existiría. Y ahora estamos en un momento bastante dulce. La llegada de David Krahe a la banda ha sido un revulsivo bastante importante.

Un disco cañero y joven, a pesar de los años...

Asumido está. Probablemente por este tiempo de incertidumbre que te comentaba. Teníamos muchas ganas de pisar el acelerador. En Bestieza hay mucha densidad. Tres tiempos medios y ninguna balada. El repertorio que llevamos ahora es realmente cañero. Estamos dos horas sin parar tipo Los Ramones y está funcionando de cojones.

Hacía mucho que no nos encontrábamos tan en forma. Paradójicamente con esta panza de años que tenemos estamos muy bien físicamente los cuatro. Hacía mucho tiempo que Los Enemigos no nos sentíamos tan unidos y con tantas ganas. Hemos elegido un repertorio muy muy cañero. Son casi dos horas de 'one two tres cuatro y palante'. Está feo que yo lo recomiende pero lo voy a hacer. La gente se lo va a pasar muy bien. 

¿Hay poco punk y poca caña general para tanta crisis como estamos chupando?

Sí, hay poco punk para tanta crisis. Yo no lo entiendo muy bien pero es lo que hay. Nosotros hemos respondido al patrón lógico de crisis/caña, crisis/discurso puñetero...Pero otros quieren convertirse en una superestrella de la hostia en estos momentos, lo cual me parece una gilipollez de la hostia. Allá cada uno.

Cuando acabemos esta conversación nos iremos al ordenador para ver cómo va la guerra...

Yo me digo todas las mañanas “no lo mires” y a los diez minutos ya estoy mirando. Es lógico.

Hace no mucho dijiste que “el rock es todo lo contrario a Vox y al Partido Popular”...

Eso es un titular un tanto tendencioso que me colaron. Sí es cierto que yo dije eso. Pero lo hice en un contexto y en medio de un discurso sin el cual la frase brilla con otro brillo más intenso, como si yo no tuviera otra cosa en la cabeza. De todos modos no me quejo. Yo creo que básicamente el rock and roll de lo que va es de respeto.

¿En qué sentido?

Todo el mundo está invitado a la fiesta. Todos pueden bailar y compartir o no el discurso. En la derecha española esa no es la actitud. El discurso que no coincide con el mío lo rechazo. O conmigo o contra mí. Los que estamos posicionados en otro lado políticamente quiero creer que somos más abiertos y escuchamos más. A un concierto de Los Enemigos está invitado todo el mundo si paga su entrada. A nadie se le va a mirar mal.

¿Cómo sabes si una canción que acabas de componer es para ti o es para Los Enemigos?

Nadie me cree pero tengo testigos (Krahe, Fino, Chema). Si una canción funciona en un formato mínimo funciona en cualquier formato. Yo ni me lo planteo. Que vaya para Los Enemigos o para un disco mío generalmente depende solo del momento.

¿Que estás escuchando ahora?

De todo. Ahora estoy con mucha música oscura de los 80, tipo Echo & The Bunnymen. Y también punk muy bestia. Hace nada estaba con clásica y jazz pero últimamente me ha dado por la caña. Estoy obsesionado por Killing Joke y lo tengo aquí a todo trapo, con lo que ya me voy a quedar sordo del todo. Todo esto de la onda siniestra de los 80 yo la rechacé en su momento. No comulgaba con esos planteamientos y, de alguna manera, me lo perdí. He entrado a ese trapo. Estoy investigando y ahora escucho cosas a las que hace 20 años ni me hubiera acercado.

¿Es cierto que una vez dijiste que Malasaña dejó de molar cuando ibas al Ágapo y ya no encontrabas a Shane McGowan (líder de The Pogues) borracho debajo del futbolín?

No creo que eso sea así. Entre otras cosas porque Shane McGowan, que yo recuerde, solo estuvo un día borracho en el Ágapo. Y no estaba debajo del futbolín sino encima de la mesa de billar. Aquel día intenté balbucear algo con él y no hubo manera. Cuando dejó de molar el Ágapo fue cuando lo cerraron.

Cuando te das ahora un paseo por Malasaña, ¿qué ves?

Se ha vuelto muy 'cuqui' todo el barrio, cuando era todo lo contrario. Un pincho de tortilla y una caña, olvídate. Ahora te puedes pedir una tarta de zanahoria y un té, pagar un pastón y dar las gracias. Aún quedan dos de los bares que yo solía frecuentar. La Vía Láctea y el 2D. Yo voy a la Vía Láctea, voy al 2D y santas pascuas. Aún siguen muchos amigos viviendo allí que no los tengo ni que llamar porque sé más o menos por dónde andan. Queda algún que otro bar guerrero. A mí me gusta caminar. Es casi una terapia o una droga. Cuando estoy en casa camino por el monte y cuando voy a Madrid los pies me llevan a Malasaña.

¿Y a Puerta del Ángel?

Sí, claro. A casa de mi madre que sigue por allí.

Eso está menos cambiado...

Están en ello. Lo llaman Brooklyn ahora y no sé qué hostias.

¿De dónde viene tu conexión gallega?

Yo estuve ahí mucho tiempo. Viví en Santiago casi dos años y en A Coruña uno. Sigo yendo mucho siempre que puedo. De tantos años de ir tengo muchas amistades de las que disfrutar.

En Vigo nació el tema No Amanece en Bouzas...

Claro. Recuerdo perfectamente las noches del Kremlin. Y el bar del que habla esa canción, que sigue en pie, El Quiosco de las Almas Perdidas. Una visita obligada.

Etiquetas
stats