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Corina Porro, la ex de todo en Vigo que vuelve a tener despacho oficial para intentar salvar al PP ante Abel Caballero

Corina Porro en un acto con Feijóo

David Reinero

Nadie en Vigo en los últimos años ha pasado por más puestos públicos que Corina Porro (Ferrol, 1953), exalcaldesa, expresidenta del puerto, exconselleira, exdirectora general de la Xunta, exvicepresidenta de la Diputación de Pontevedra, exsenadora, exdiputada autonómica, expresidenta de la Zona Franca y expresidenta del Consello Económico e Social de Galicia. Ese último puesto, en el que la puso Feijóo en 2011 después de que el socialista Abel Caballero le ganase por segunda vez la alcaldía de la ciudad, lo ha ocupado hasta esta semana. Ahora tendrá otro puesto público, en un nuevo episodio de recolocación en cadena de cargos populares por la Xunta tras unos malos resultados electorales.

Hace un mes, tras la nueva derrota electoral del PP en Vigo ante Abel Caballero (13% frente a 67% de los votos) y la dimisión de la candidata y presidenta local del partido, Elena Muñoz, Feijóo encargó a Porro la presidencia de la gestora que asumió el control de la formación en Vigo hasta un futuro congreso. Porro aseguró que no volvería a la política local, pero este jueves Feijóo, que enumeró parte de sus cargos anteriores y elogió su larga trayectoria, le dio también un nuevo cargo oficial, el de delegada de la Xunta en Vigo, con sueldo público y coche oficial desde el que intentar al tiempo sacar a flote al PP vigués. El despacho lo tendrá a pocos metros de los otros tres que ocupó en la ciudad, el del puerto, el de la vicepresidencia de la Diputación y el de la alcaldía que durante su mandato trasladó a esa misma zona privilegiada con un polémico coste.

Corina Porro comenzó en la política local viguesa como concejala en 1995. Su habitual sonrisa y trato afable sea con un joven o con un anciano compaginado con su capacidad de endurecer el rictus para lanzar duras críticas políticas la han acompañado en su multifacética carrera política. Cuatro años después, en 1999, fue nombrada directora general de Servicios Sociales de la Xunta de Manuel Fraga, y en 2001 era ascendida a conselleira del mismo departamento. En 2003 fue la candidata del PP a la alcaldía, que a pesar de ser la más votada no obtuvo en los comicios sino medio año más tarde a través de una moción de censura contra el PSdeG facilitada por el BNG. Como regidora le correspondió ocupar al tiempo la presidencia del Consorcio de la Zona Franca de la ciudad, puesto en el que fue más allá de lo institucional para enfrentarse con el director ejecutivo de la entidad, el delegado del Estado, nombrado por el entonces Gobierno central del PSOE.

Durante esa etapa como alcaldesa decidió trasladar el despacho de la alcaldía de la sede central de la administración local a un edificio señorial junto a la ría, en la privilegiada calle Areal, para dar mayor visibilidad a la institución. Los socialistas sacaron tiempo después a la luz facturas que evidenciaban que el mobiliario de aquel despacho había supuesto 377.000 euros.

En las municipales de 2007 Porro volvió a ser la candidata más votada pero perdió la alcaldía a manos de una coalición de PSdeG y BNG encabezada por primera vez por Abel Caballero, que llegó al cargo desde su anterior puesto de presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo. Porro intentó una estrategia similar para recuperar la alcaldía a partir de otro puesto público y, tras ser senadora y vicepresidenta de la Diputación de Pontevedra, cargo en el que volvió a ocupar un despacho oficial de esa institución en un edificio colindante con el del Ayuntamiento junto a la calle Areal, en 2009 fue nombrada por la Xunta de Feijóo presidenta de la Autoridad Portuaria de Vigo. Su despacho se desplazó entonces apenas 300 metros, pero desde él no logró recuperar en 2011 la alcaldía, que volvió a ser para Caballero a pesar de ser la popular por tercera vez la candidata más votada.

Feijóo le dio entonces a Porro la presidencia del Consello Económico e Social (CES), el principal órgano “de diálogo y deliberación entre los agentes económicos y sociales y la Xunta”, puesto con un sueldo de 69.000 euros brutos al año más los trienios que le correspondieran como empleada pública, sólo por detrás del de Feijóo. En ese puesto, en Santiago, estuvo Porro hasta ahora alejada de la primera línea política viendo cómo la candidata que la sucedió en la ciudad, Elena Muñoz, exconselleira de Hacienda y elección personal de Feijóo, hundía por dos veces, en 2015 y el pasado 26 de mayo, los resultados del PP en la ciudad frente a Abel Caballero.

Ahora, doce años después de dejar en 2007 la alcaldía de la calle Areal, diez después de salir de la colindante vicepresidencia de la Diputación y ocho después de abandonar también la vecina Autoridad Portuaria, Porro vuelve a un despacho oficial en la misma zona privilegiada de Vigo, donde se levanta el edificio de la delegación de la Xunta en la ciudad y su área metropolitana. Será la delegada del Gobierno de Feijóo en Vigo, puesto con un sueldo de 58.000 euros brutos, más trienios, en el que sustituye a un antiguo compañero de gobierno local, Ignacio López-Chaves, que la reemplazó a su vez a ella en 2011 al frente del puerto y que ahora es reubicado también en otro puesto autonómico. Porro será la cuarta persona que ocupe la delegación de la Xunta en la ciudad creada por Feijóo en 2009, tras Lucía Molares, María José Bravo Bosch y López-Chaves. Los tres intentaron, sin éxito, actuar como contrapoderes de Caballero. Ahora le toca a ella, al tiempo que intenta reconstruir el partido local. Según Feijóo, es la persona idónea ya que al ser exalcaldesa es “conocedora de las necesidades” de la ciudad.

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