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Feijóo intenta retomar la iniciativa política en Galicia y lanza la larga precampaña de las autonómicas

Feijóo en el acto de este jueves con los altos cargos de su Gobiernos

David Reinero

Dos meses después de perder el PP por primera vez en la historia unas elecciones en Galicia, en las generales, y un mes después de hacerlo por segunda vez, en las europeas, Feijóo ha escenificado este jueves su intento de retomar la iniciativa política. Paradójicamente, lo hizo sustituyendo la reunión semanal ejecutiva de su Gobierno de todos los jueves por una arenga pública a sus altos cargos (conselleiros, secretarios y directores generales). Un acto al que convocó a los medios de comunicación y con el que en la práctica ha lanzado la larga precampaña de las elecciones gallegas que él mismo puede convocar en cualquier momento antes de septiembre del próximo año.

Feijóo ya había organizado un acto propagandístico similar con los altos cargos de su Gobierno a los 100 días de su tercera toma de posesión como presidente de la Xunta, el 24 de febrero de 2017. El de este jueves se convirtió en la práctica en un mitin para los suyos, que lo recibieron y despidieron entre aplausos. Un discurso de una hora de duración ante los medios de comunicación seguido después de una reunión a puerta cerrada con intervenciones de cada conselleiro.

El presidente gallego presentó a su djecutivo como un gobierno “unido” y “estable” frente a la “incertidumbre del mapa político general que abarca a España” y justificó el momento del acto de este jueves tras “procesos electorales que rompieron el ritmo de todas las administraciones públicas”. “Ante este descrédito creciente de la política”, dijo, “aquí va a haber una reacción y una respuesta” ya que, añadió, “en Galicia hay Constitución y Estatuto”. Feijóo incluso llegó a criticar los populismos apenas cuatro días después de hacer alcalde de Ourense al localista independiente Gonzalo Pérez Jácome para que Baltar mantenga la Diputación.

En su intervención, Feijóo quiso esbozar los objetivos de Galicia no para el año y medio que como máximo queda de legislatura sino para la próxima década, con los Xacobeos de 2021 y 2027 como principales hitos y que resumió constantemente con el lema “Galicia Calidade”, el mismo con que la Xunta promociona los productos gallegos. Entre esas “prioridades para el tiempo que llegará después de la legislatura” Feijóo enumeró su deseo de “una Galicia familiar, joven, innovadora y verde”, ámbitos en los que fue desgranando lo hecho hasta ahora y los retos pendientes, que no considera partidistas o personales sino que atribuye a toda Galicia. Entre ellos, Feijóo volvió a anunciar este jueves, un día después de conocerse que Galicia es el territorio en el que más disminuyen los nacimientos, que consiguen un nuevo mínimo histórico, una ley de dinamización demográfica, largamente prometida pero aún no concretada.

La arenga de Feijóo llega en el tercio final de una legislatura que se le ha ido complicando progresivamente no sólo por las recientes derrotas electorales. Sin tener en cuenta las crisis del partido en Vigo o incluso en Ourense, en este tercer mandato de Feijóo el Gobierno gallego ha visto rebajada su producción legislativa al nivel de Catalunya, sumida hace tiempo en una permanente crisis institucional. La Xunta ha sido reiteradamente incapaz de cumplir sus propias previsiones normativas, con sólo 5 de las 11 leyes prometidas para 2017 y una de las 12 anunciadas para 2018.

“No fuimos capaces de cumplir el calendario normativo y espero que esos retrasos se puedan recuperar a lo largo de este 2019”, llegó a reconocer Feijóo en enero, antes de admitir que ahora dejará de hacer públicas esas previsiones que no ha sido capaz capaz de cumplir pese a su mayoría absoluta. La excepción gallega en ese ámbito ha dejado dejó de ser tal tras el 26M, con mayorías absolutas también en otras comunidades gobernadas por el PSOE, pero aún así Feijóo volvió a elogiar este jueves la estabilidad de la Xunta frente a otras autonomías que no han constituido sus gobiernos a pesar de que no se han cumplido aún los plazos para hacerlo.

La arenga pública de Feijóo a los suyos para retomar la iniciativa política llega diez días después de que un PSdeG crecido tras sus victorias electorales criticase esa situación y la calificase como de “atonía legislativa”, extendiéndola también a la “parálisis de los nombramientos necesarios para impulsar Galicia”. En ese ámbito de los nombres y los cargos, son varios los puestos vacíos, en situación de interinidad o pendientes de renovación que dependen de la iniciativa de la Xunta o de la mayoría del PP en el Parlamento de Galicia, a pesar de que en ocasiones Feijóo se desmarque de esos últimos casos atribuyendo la responsabilidad a los parlamentarios como si él mismo no fuese el presidente del grupo popular. En esa situación están, entre otros, la dirección general de Orientación y Promoción Laboral de la Xunta, la presidencia del Consello Económico y Social (en los dos casos como consecuencia de destinar a sus anteriores responsables a intentar resolver la crisis interna del PP en Vigo), la dirección de la CRTVG, o la Valedora do Pobo.

Sin embargo, la situación de esos cargos personales ha quedado tapada durante parte de la legislatura por el debate sobre otro futuro personal: el del propio Feijóo y su posible marcha a Madrid, que quedó supuestamente resuelto en junio del pasado año con su renuncia a competir por el liderado del PP estatal. Aquella decisión desató la euforia entre los suyos, convencidos de que eso garantizaba éxitos en el futuro inmediato para el PP en Galicia. Las dos últimas convocatorias electorales vienen de rebajar aquella alegría.

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