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Anxo Quintana, el exvicepresidente de la Xunta atrapado en los cierres de la hostelería del Gobierno gallego

Anxo Quintana (BNG), en un momento de una entrevista con eldiario.es

Beatriz Muñoz

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Anxo Quintana fue alcalde de Allariz (Ourense) durante más de 10 años y asumió la vicepresidencia de la Xunta durante el gobierno del bipartito de PSdeG y BNG entre 2005 y 2009. Pero ahora es un empresario de la hostelería que ve, como el resto del sector, cómo los cierres decretados por el Gobierno gallego para tratar de contener la pandemia merman las cuentas de sus negocios y teme que las costumbres sociales no vuelvan a ser las de antes de la COVID-19.

Después de apartarse de la primera línea política en 2011, cuando dejó su escaño en el Parlamento, se dedicó a la consultoría para la internacionalización. Esta actividad lo llevó a trabajar en países como Marruecos, Argelia y Uruguay. En 2014 se adentró en el sector de la hostelería, junto con un socio, con el que montó una tienda de productos gourmet y tres restaurantes, dos en Allariz y uno en Ourense. Para este último el cierre es definitivo.

Quintana ha demandado, en un artículo de opinión, que el Gobierno gallego dé a los empresarios compensaciones por los cierres de bares y restaurantes. Lo que necesita el sector, sostiene, no son ayudas, sino indemnizaciones: “No es una cuestión de apoyo y solidaridad, es una cuestión de reconocimiento de derechos”. En conversación con este periódico califica de “alarmante” no solo la situación actual, sino que la Xunta no piense “en absolutamente nada del día después”. “No es solo salvar locales ahora, es buscar una nueva estructuración para la hostelería porque esto no va a poder seguir siendo lo mismo”, afirma y señala que la pandemia ha cambiado los hábitos de ocio.

En su caso, como en el de tantos establecimientos de toda Galicia, las restricciones y los cierres han llevado a que la empresa que controla sus locales y de la que Quintana es gerente haya cerrado 2020 con una caída del 60% en la facturación. Un local de hostelería supone unos costes fijos “muy grandes” difíciles de afrontar con épocas en las que no entra ningún ingreso. Narra otro problema reconocible en muchas ciudades y pueblos gallegos: la dependencia del turismo que tiene Allariz, en donde están los dos restaurantes que seguirán con su actividad y la tienda.

La Xunta abordará el lunes el levantamiento, al menos en parte, de las medidas que mantienen la persiana de la hostelería bajada y a los municipios confinados perimetralmente desde el 27 de enero. Quintana no se muestra optimista. Cree que el efecto de la pandemia en el comportamiento de los clientes de la hostelería tendrá efectos más allá del corto plazo.

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