Feijóo desempolva su argumentario contra las mayorías sin el PP, partido “garantía de democracia”
En marzo del pasado año, en vísperas del primer aniversario de las últimas elecciones municipales, Alberto Núñez Feijóo explicó en una entrevista televisiva que tras aquellos comicios locales su partido había ofrecido al PSOE hacerse con la alcaldía de Santiago “con los votos del PP”. Los 9 ediles conservadores y los 4 socialistas habrían sumado mayoría absoluta y habrían impedido el gobierno de Compostela Aberta, primera fuerza del pleno municipal con 10 asientos.
En los meses siguientes la política gallega estuvo marcada por dos elecciones, las generales repetidas y las gallegas, campañas en las que Feijóo reiteró los riesgos y a, a su juicio, escasa legitimidad de los gobiernos apoyados en mayorías parlamentarias que no incluyan a la fuerza más votada, dando por supuesto que esta es en todo caso el PP, como actualmente sucede en Galicia y España. Tras el triunfo del 25S el presidente de la Xunta dejó aparcado un argumentario que ahora, en vísperas del congreso estatal de su partido, desempolva para presentar a la formación como la verdadera “garantía de democracia”.
Este fin de semana los populares han reunido a parte de su cúpula en un hotel compostelano para celebrar una de las reuniones preparatorias de ese congreso, la de la ponencia de política “económica y territorial”. Con el presidente gallego como anfitrión se sentaron a la misma mesa representantes gubernamentales como la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, Álvaro Nadal y Fátima Báñez; líderes territoriales como el catalán Xavier García Albiol y Alfonso Alonso; y también quien se mantiene en la dirigencia conservadora desde el aznarismo, Javier Arenas, elevado por Feijóo a la categoría de “sumo sacerdote”, “una de las personas que más servicios ha prestado a nuestro partido”.
Ante una cristalera que convertía en decorado de fondo la Catedral compostelana, “la Jerusalén occidental”, Feijóo reiteró sus apuestas para la próxima Conferencia de Presidentes Autonómicos, como la reclamación de un “pacto de Estado por la demografía”, para glosar los que considera valores encarnados en el PP, baluarte de “estabilidad política e institucional” y “garantía de la democracia”. El suyo, manifiesta, es un partido “que respeta los resultados electorales” y permite que “gobierne el que gana”. “No hay una sola comunidad o un solo ayuntamiento donde el PP gobierne después de perder”, mientras que “hay decenas de ayuntamientos y comunidades donde el PP no gobierna después de ganar”, dice, en referencia a las coaliciones de izquierda.
“Gobernamos cuando ganamos y siempre aceptamos los resultados electorales” y esto sucede porque, dice, tal y como muestran los documentos que discutirán en su congreso, el PP es “un partido que cree en la democracia”. El modelo de los de Rajoy, asegura, se contrapone con el del resto de formaciones y especialmente con la “soberbia populista”. “Ya no pueden esconder que quieren poner España a su servicio”, reflexionó entre aplausos.
Los documentos del que Sáenz de Santamaría define como “el partido de la gente, al que vota más gente” y el que “saca a España de las crisis a las que la lleva el PSOE cuando gobierna”, son segundo Feijóo la mejor “carta de navegación”, la del “respeto a la libertad económica, la reivindicación de la estabilidad política, respetando siempre el resultado de las urnas, la responsabilidad en la gestión y la defensa de la unidad de España”. Esto es, al fin y al cabo, lo que ya “imaginó” Manuel Fraga, cuyo “legado sigue en pie” cinco años después de su fallecimiento: “el partido más importante de Europa”.