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Dos peritos del maquinista accidentado en el Alvia ratifican en el juzgado que el accidente era previsible

El abogado del maquinista (izquierda) con sus peritos, el experto maquinista Ángel Luis Sanz Cubero y la psicóloga Pilar Calvo

David Reinero

Adif y Renfe no evaluaron ni paliaron como obligaba la normativa el riesgo previsible que existía en la curva de Angrois. Así lo han ratificado este jueves en el juzgado, con distintas palabras, dos peritos designados por el abogado del maquinista accidentado en el Alvia: Ángel Luis Sanz Cubero, maquinista con una larga experiencia en la formación de otros conductores, y Pilar Calvo, psicóloga especializada en el análisis de errores humanos. Los dos se han ratificado en los peritajes que ya habían entregado por escrito en 2015 (el juez no consideró necesario ratificarlos presencialmente hasta ahora) que a partir del análisis de cuestiones ferroviarias y psicológicas muy distintas coinciden en que era previsible, y Adif debió tomar medidas para evitarlo, un accidente en la curva de Angrois por un despiste de un maquinista como el que ocurrió el 24 de julio de 2013 que dejó 80 muertes.

En la instrucción del accidente el juez sospecha que Adif y Renfe no evaluaron como debían el riesgo de la curva, cuestión por la que están imputados seis técnicos además del maquinista. El pasado junio un informe de la Agencia Ferroviaria Europea incidió en la necesidad de realizar evaluaciones específicas de riesgo tanto cuando Adif y Renfe desconectaron en 2012 a bordo de los Alvia el sistema de control de la velocidad que dejaba en manos del maquinista toda la responsabilidad de frenar como cuando se diseñó la seguridad de la línea de AVE Ourense-Santiago antes de su inauguración en 2011. Y en eso coincidieron este jueves Cubero y Calvo.

El peritaje de Cubero indica que, sin llegar a entrar en cómo se realizaron o no los análisis de riesgos impuestos por la normativa europea, la señalización convencional de respaldo instalada en Angrois, que no fue capaz de evitar el accidente en ausencia del desconectado sistema de control constante de velocidad, era incorrecta por sí misma y su disposición incurría en “errores” e “incoherencias”. Por su parte, Calvo, que participó en su momento en la subcomisión creada en el Congreso para la mejora en general del sistema ferroviario español, incidió en la ausencia por parte de Adif de un análisis de riesgos que tuviese correctamente en cuenta el factor del error humano tanto al no instalar el sistema de control de la velocidad en la curva de Angrois antes de la inauguración de la línea como en la decisión posterior tomada en 2012 de desactivar el sistema también a bordo de los Alvia.

Antes de que estos dos peritos llegasen la esas conclusiones, el riesgo de un accidente como el que acabó ocurriendo por exceso de velocidad al despistarse un conductor ya había sido alertado de manera expresa y por escrito por un maquinista jefe un año y medio antes del siniestro. Aquella advertencia ya señalaba los dos elementos en los que este jueves incidieron los dos peritos: la posibilidad de un despiste de un maquinista y la incapacidad de la señalización convencional allí existente de paliarlo.

Las comparecencias de este jueves, acompañadas de planos y esquemas, se prolongaron tres horas en el caso de Cubero y dos horas y media en el caso de Calvo. Durante ellas, abogados de Adif y Renfe intentaron con sus preguntas que los dos cayesen en contradicciones que invalidasen sus peritajes.

Por ejemplo, intentó presentarse como responsabilidad del propio maquinista la decisión de atender la llamada que le realizó el interventor del tren y que fue la causa de su despiste. Sin embargo, la normativa de Renfe no impedía atender ese tipo de llamadas ante la imposibilidad de saber a priori su trascendencia. Igualmente, se presentó como una medida de seguridad en beneficio de los maquinistas el hecho de limitar la curva a 80 kilómetros por hora a pesar de que físicamente los trenes no descarrilarían en ella hasta una velocidad muy superior, cuestión que no aparece reflejada en la causa en ninguno de los numeroso documentos sobre cuestiones de seguridad que Renfe les transmitía a los maquinistas.

Previsiblemente, las mismas incoherencias intentarán evidenciar este viernes, pero en sentido contrario, los abogados del maquinista imputado y de las víctimas. Tras las comparecencias este jueves de los peritos de parte designados por el maquinista, este viernes declararán en el juzgado otros dos peritos, estos elegidos por Adif. Al igual que los anteriores, sus peritajes ya habían sido entregados por escrito en el juzgado con anterioridad, en este caso el pasado mes de enero. En esos informes los dos coincidieron en indicar que la seguridad del sistema ferroviario está fragmentada entre diversos responsables, incluidos los maquinistas, y que Adif actuó de manera correcta en la línea Ourense-Santiago a pesar de permitir que no hubiera ningún sistema automático que frenase los trenes en el caso de un error humano como el ocurrido. Según concluyeron, no era necesario realizar un análisis integral de riesgos del AVE Ourense-Santiago, evaluación que jueces y el perito judicial independiente de la causa echan en falta.

La declaración de estos cuatro peritos se produce después de la comparecencia este miércoles como investigado del gerente de Seguridad en la Circulación de Adif para el noroeste, Fernando Rebón. El juez lo imputó en su momento por considerar que la omisión de medidas de seguridad y de evaluación del riesgo que se le atribuyen al principal imputado además del maquinista, el director de Seguridad en la Circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, pueden ser extensibles a Rebón como subordinado suyo. Este miércoles, por el contrario, Rebón negó tener competencias sobre el diseño de la seguridad de la línea y dijo que se limitaba a evaluar su funcionamiento, recordando que el máximo responsable era Cortabitarte.

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