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La memoria fotográfica inédita de la guerra civil que emerge en A Estrada

Miguel Pardo

No es una serie de fotos cualquiera. No son un simple recuerdo de un trágico conflicto bélico. El Museo do Pobo Estradense acaba de digitalizar la colección fotográfica de Mario Blanco Fuentes, 900 imágenes tomadas durante la guerra civil por este vecino de la localidad y que, a excepción de una pequeña muestra, todavía no se habían sido hecho públicas. Casi un millar de nuevas fotografías de la contienda que la familia de su autor acaba de ceder a dicho museo.

La colección fotográfica muestra reclutas, altos cargos del ejército franquista, concentraciones, desplazamientos militares, prisioneros republicanos o escenas más cotidianas. Un vistazo muy cercano y de los que pocos hay sobre la guerra. Y las hizo un excelente fotógrafo que fue reclutado, como tantos en Galicia, con 20 años. Formó parte del equipo fotográfico del cuerpo del ejército gallego y a su vuelta acabaría siendo un importante y recordado alcalde de A Estrada. Pocos meses después del golpe de estado fascista que provocó aquel conflicto, su tío era asesinado por los falangistas. Era el periodista y poeta Roberto Blanco Torres. Año y poco más tarde, Mario Blanco partió para dejar testimonio gráfico de aquel bando franquista que avanzaba hasta derrotar a la República.

El pasado viernes, el alcalde de A Estrada, José López Campos; el director del museo, Xoán Andrés Fernández; y el hijo de Mario Blanco, Juan Blanco Valdés, anunciaron la cesión de este fondo fotográfico. Dos álbumes de los que la familia era consciente. También de que tenían “historia en casa, memoria colectiva de un país”, tal y como indicó su progenitor.

Mario Blanco fotografió de todo en los frentes de Asturias, Aragón, Catalunya o Valencia, después de unos dos años de periplo. A pesar de que las fotografías eran secreto militar, este profesor estradense logró un sello de la censura que le permitió enviar las fotografías a su casa de forma segura y sin temor a que fueran eliminadas o interrumpidas por el camino. Así fue acumulando toda esta memoria gráfica cedida ahora alMuseo Manuel Reimóndez Portela.

Ahora, unas pocas de esas imágenes ya se pueden ver en el museo y en la galería web, a la que se irán incorporando otras hasta completar las 900. Casi todas las que forman parte de la colección son inéditas porque tan sólo se difundieron algunas en artículos de prensa.

Y en el fondo, también una fotografía curiosa, la única en la que se constata el uso del gallego en el ejército franquista, una pintada con tiza en la arena de una plaza de toros en Valencia con motivo de la celebración del 25 de julio. Ey carballeira, a quen me dea un pau doulle un peso!, se puede leer.

Después de acabar la guerra, Mario Blanco ejerció de maestro y luego se licenció en Derecho en la Universidad de Santiago en 1948 y desarrolló su actividad profesional como abogado en A Estrada. Sería nombrado alcalde de esa localidad en 1959 para cesar en 1971, además de ejercer también de diputado provincial entre 1960 y 1964.

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