Puntogal: Ocho años de trabajo silencioso
Todo camino, por largo que sea, comienza con un pequeño paso. Galicia está a las puertas de conseguir un objetivo por el que lleva peleando casi una década: contar con un dominio propio, el .gal, un dominio de primer nivel para la lengua y la cultura gallegas. Un éxito de toda la sociedad, como suelen destacar desde la Asociación Puntogal, que tendrá beneficios inmediatos no solo simbólicos sino también tangibles. Un largo camino que se completará en los próximos días y que comenzó oficialmente un 10 de junio de 2006 con la puesta en marcha de la Asociación Puntogal.
Con todo, el objetivo llevaba sobre la mesa algún tiempo más, al menos desde que el 16 de septiembre de 2005 la ICAAN aprobaba el dominio .cat. Era la primera vez que una comunidad cultural y lingüística conseguía esta posibilidad para registrar sus páginas web. El esfuerzo catalán, asentado en la potencia económica de este territorio y en un masivo apoyo social, demostró que era posible, que el puntogal no era una quimera. El propio director de la Fundació Puntcat, Jordi Iparraguirre, destacaba en una entrevista hace dos años que el hecho de que el .cat hubiera funcionado bien y sin dar ningún problema había abierto el camino para otros dominios culturales: “incluso la ICAAN comenzó a hablar últimamente de la necesidad de priorizar este tipo de dominios culturales, porque son pequeños y funcionan bien”.
El éxito catalán no llegó de repente. Fue el resultado, al igual que ahora el éxito del puntogal, de casi una década de trabajo que había comenzado en 1996 con la creación de la Associació en Defensa delDomini .*ct. Finalmente, se optó por otra estrategia, la del dominio para comunidades culturales o lingüísticas. En 2001 se creó la Associació puntCAT, que inició una campaña de recogida de apoyos entre la sociedad catalana, y tres años más tarde se presentó en la ICAAN la candidatura oficial, con el aval de 68 mil personas, empresas y entidades, algo que nunca había hecho ninguna otra candidatura.
La clave para conseguir el objetivo era reunir un gran consenso social y político a su alrededor. Era imprescindible contar con el apoyo de empresas, entidades culturales, de las administraciones (el 7 de febrero de 2007 la Xunta comunicó su apoyo oficial a la candidatura) y de la sociedad, que debía visibilizar que la reivindicación era masiva: el 3 de febrero de 2009 Puntogal superaba las 10.000 firmas de apoyo. Camilo Regueiro, vicepresidente de la Asociación Puntogal, destacaba hace ya dos años la actividad desarrollada por la asociación en este sentido: “Nos esforzamos mucho en hacerles ver a colectivos de todo tipo en Galicia que tener un dominio era muy importante para todos los sectores de la sociedad gallega, para la visibilidad de Galicia, para la lengua y la cultura, para las empresas, para el desarrollo de las nuevas tecnologías. Y era muy importante contar con el apoyo de toda la sociedad, que no hubiera una parte de la sociedad que estuviera en contra del proceso. La ICANN exige que cuando una comunidad pide un dominio, esa petición tenga el apoyo completo de esa comunidad. Y eso se consiguió: se cuenta con el apoyo de todas las entidades del país, hubo un apoyo total por parte del anterior gobierno de la Xunta y también del nuevo gobierno de la Xunta. La iniciativa cuenta también con el apoyo de los tres grupos políticos representados en el parlamento”.
También hace poco más de un mes, en una intervención en el Consello da Cultura Gallega, el presidente de la Asociación Puntogal, Manuel González, destacaba la especial preocupación que desde la entidad se había tenido para que la reivindicación no se “politizara”, o que no fuera identificada de esa manera por nadie.
Con todo ese trabajo previo realizado, solo quedaba esperar que la ICANN abriera la convocatoria para el estudio y aprobación de nuevos dominios. El 29 de mayo de 2012 se presentó oficialmente la candidatura gallega para contar con un dominio de primer nivel. El 15 de junio de 2013, la ICANN informaba de que el dominio .gal había superado positivamente el proceso de evaluación. Ya se veía el final del camino, solo faltaban unos pocos pasos, procedimientos administrativos y técnicos, y esperar por los anhelados e-mails de la ICANN que iban confirmando la buena marcha del proceso y señalaban los últimos requisitos. Finalmente, el 11 de noviembre de 2013 la ICANN firmaba el contrato de creación del dominio .gal. El pasado 12 de abril la asociación recibía la delegación del dominio. El .gal ya estaba aquí.
Beneficios de todo tipo
“El puntogal va a existir y va a funcionar bien” decía hace casi dos años Jordi Iparraguirre, director de la Fundació Puntcat. Lo decía, sobre todo, basándose en el éxito conseguido por el dominio catalán. Después de siete años de actividad suma más de 65 mil dominios registrados, y en 2012 fue el segundo dominio que más creció en todo el mundo. Un éxito cuantitativo que también tiene su demostración cualitativa: por ejemplo, la elevada tasa de renovación de los dominios (del 80%, frente al 70% de los .com) o la tasa de densidad de información (el número de documentos indexados por Google en relación con el número de páginas), que sitúa al .cat muy por encima de cualquiera otro dominio en cuanto a su utilización real (sólo el .museum se acerca un poco).
Hace unas semanas, Manuel González enumeraba algunos de los beneficios inmediatos que para la sociedad gallega en su conjunto tendría el comienzo del dominio .gal. Algunos de tipo simbólico (“Nuestra autoestima”, “Un dominio que nos identifique será un factor de cohesión, que incrementará el sentimiento de pertenencia a una comunidad”), para la normalización lingüística (“en la sociedad del siglo XXI una lengua que no tenga visibilidad en la red es una anormalidad democrática. Nos vamos a sentir más respetados y normalizados”), para el desarrollo de la Internet gallega (“va a facilitar la labor de los buscadores de contenidos a la hora de realizar búsquedas en gallego o sobre Galicia”) e incluso de retorno económico directo (“fundamental desde el punto de vista empresarial, para los productores, cultivadores o comercializadores de productos en los que la identificación con Galicia suponga un plus de calidad”).
¿Y ahora, qué?
Un acto público para oficializar la consecución del objetivo será el punto de partida de las dos fases de lanzamiento del dominio: Abrente (sunrise) y Carreira (landrush). En el primer período las administraciones públicas y los organismos vinculados a ellas “tendrán prioridad para registrar sus dominios” .gal. A continuación será el turno de las “entidades que tengan una trayectoria probada de promoción de la lengua o de la cultura gallega”, de las marcas registradas, de los “nombres o intereses protegidos” y de las páginas escritas en gallego o con versión en el idioma propio de Galicia. El período de Carreira, explican, “facilitará el acceso al registro a registrantes sin derechos o intereses protegidos”. Justo antes del lanzamiento, la asociación promoverá el denominado Programa Pioneros, con el que “busca la promoción del nuevo dominio de primer nivel, facilitando la puesta en funcionamiento de una serie limitada de dominios para entidades de cierta relevancia lingüística, cultural y social”.