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Rueda se vuelve a enredar en excusas para no romper los pactos del PP con el populista Jácome en Ourense

El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda (izquierda), y el alcalde de Ourense y líder de Democracia Ourensana, Gonzalo Pérez Jácome

Daniel Salgado

28 de junio de 2024 22:44 h

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El Partido Popular asegura querer una moción de censura contra el alcalde Ourense, el populista de derechas Gonzalo Pérez Jácome, pero no deja de esgrimir excusas para no involucrarse en ella. La propuso hace ya unas semanas el PSOE. Primero Alfonso Rueda dijo que se trataba de “postureo” por parte de los otros partidos implicados, el socialista y el BNG. Y este miércoles, tras una visita institucional a la Deputación de Ourense, acusó a los nacionalistas de “poner líneas rojas” y vetar al PP. Mientras, añadió, no hay nada que negociar. Al igual que su antecesor Alberto Núñez Feijóo, Rueda se esfuerza por afirmar una cosa y practicar la contraria respecto a la gobernabilidad de Ourense. Los lazos entre la derecha populista de Jácome y la tradicional de los populares son más estrechos y fuertes de lo que ambos confiesan en público.

Y es que fue el propio PP el que apoyó con sus votos las dos investiduras de Pérez Jácome. En 2019 lo hizo después de que Feijóo, en campaña electoral, llegase a afirmar que una alcaldía de Democracia Ourensana “sería letal” para la ciudad. No solo votó la toma de posesión: el PP estuvo dentro y fuera y dentro de un gabinete, el de Jácome, que se vio envuelto en polémicas judiciales y políticas, y convirtió su imagen pública en un carrusel de astracanadas. En 2023, Jácome obtuvo más votos, se convirtió en la fuerza más votada, logró 10 de los 27 ediles del pleno y recibió, de nuevo, el respaldo de los siete populares, que unos meses antes lo habían acusado de corrupción y con el que habían prometido no alcanzar acuerdos. A cambio, mantuvo a estos al frente de la Diputación. Ya no estaba Manuel Baltar, a quien también había sostenido pese a traumáticas rupturas y reconciliaciones, sino Luis Menor.

Pasó un año. La política ourensana no se calmó. Pérez Jácome fue condenado por acosar al interventor que había destituido a finales de 2023. El regidor y el Ayuntamiento deberán devolverlo a su puesto y pagarle además 30.000 euros. Por si no bastase, casi al mismo tiempo, la Fiscalía anunciaba que abría una investigación por los audios que publicó el periódico local La Región justo antes de las últimas elecciones municipales y en los que Jácome presumía de saber cómo blanquear dinero. Ambos sucesos, sumados a lo que la oposición ha denunciado una y otra vez como estado ruinoso de las arcas municipales, empujaron al PSOE a convocar a nacionalistas y derechas a una moción de censura. “Pacto de la Concordia”, le llamaron y lo fundamentaron en 14 puntos “para garantizar una alternativa real de gobierno estable”. Incluía, entre otras ideas, la de elaborar los presupuestos de 2025. El consistorio funciona con cuentas prorrogadas desde 2020.

El BNG aceptó inmediatamente, con la condición de que el Partido Socialista sea el que detente la alcaldía. El PP local también entró, inicialmente, al juego. Hasta que Alfonso Rueda mandó parar. “Esto va mucho más de postureo, tanto por parte del PSOE como del Bloque, que de otra cosa”, afirmó el pasado 17 de junio. Con sus declaraciones enfriaba los primeros contactos entre las tres formaciones de la oposición en Ourense. El requisito del Bloque fue la disculpa. Tras los 10 ediles de Democracia Ourensana completan la corporación municipal siete del PP, seis del PSOE y cuatro del BNG. Los dos últimos son socios en numerosos municipios a lo largo y ancho de Galicia y en las diputaciones de A Coruña y Lugo. “No es una buena política que el BNG trace una línea roja que equipara a PP y Democracia Ourensana”, dijo Rueda, “y que todo es lo mismo y que le da igual con tal de que no siga gobernando el alcalde ni tenga posibilidad de gobernar la segunda lista más votada”.

No es la primera vez que el PP marea la perdiz

Lo cierto es que la alianza y acuerdos entre las dos derechas, la populista de Jácome y la tradicional del PP, data de 2019. Y que, a cambio de la alcaldía de la ciudad para Jácome, los populares retuvieron el ente provincial, primero con Baltar y después con Luis Menor, sin contar con mayoría absoluta. “El PP nunca quiso, y sigue sin querer, echar a Jácome”, replicó en las redes sociales Luís Seara, líder nacionalista en el Ayuntamiento, “a cada decisión del BNG que los pone en evidencia buscan una nueva excusa. Repiten la jugada de hace cuatro años a ver si cuela”. Fue hace tres.

El PP, entonces dirigido desde la Diputación por Manuel Baltar, había roto su pacto con Jácome en el Ejecutivo local. Alegaban “falta de confianza” en el alcalde e incluso lo calificaban de corrupto. En realidad, Baltar estaba iniciando su maniobra de derrocamiento de Jácome. El caso es que el Partido Socialista, que había sido la fuerza más votada en las municipales de 2019, instó a una moción de censura. Los populares dijeron de entrada sí pero vetaron a su líder. Este, Rafael Villarino, se apartó. Pero así tampoco. Los de Baltar acabaron regresando al Gobierno local, que continuó su senda por momentos estrambótica. A Baltar lo cazó la Guardia Civil a 215 kilómetros por hora al volante de un coche oficial, ya no es presidente de la Diputación y ahora espera en el Senado a que lo juzgue el Supremo por un delito contra la seguridad vial. Pérez Jácome aumentó sus apoyos y sigue de alcalde.

Ni siquiera este historial ha impedido que Alfonso Rueda responsabilice a todo el mundo menos a su propia formación de que la alcaldía siga en manos de aquel a quien sus concejales en Ourense votaron. “No tiene sentido hablar con gente que, si te veta, lo único que quiere hacer es utilizar tus votos en beneficio propio”, insistió este miércoles. Seara, del BNG, volvió a responder en su cuenta de X, antiguo Twitter. “No reclamamos cuotas de poder para nosotros. Que el alcalde o alcaldesa sea quien decida el PSOE”, escribió. Los nacionalistas tampoco se oponen a que el Partido Socialista prefiera sostenerse en el PP -“no ponemos problema”- y se comprometen a, una vez Jácome abandone la alcaldía, sentarse “para ayudar a desatascar la ciudad”. El Partido Socialista ya ha agradecido el respaldo y nombrado a Natalia González su candidata en la moción de censura.

Pero tal vez la aproximación más precisa a la verdadera correlación de fuerzas, o de debilidades, según se mire, la ofreció el mismo Gonzalo Pérez Jácome también en las redes sociales de las que es asiduo. “Difícil de creer que el PP de Ourense, ahora que el PSOE está derrotado, lo reviva con la alcaldía y que se fíe de que el PSOE no le quite acto seguido la Diputación”, dijo ya el 13 de junio, “que se arriesgue a perder lo único que tiene, la Diputación, y que el PSOE, hoy sin nada, se quede con todo”.

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