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La UDEF sospecha del desvío a cuentas en el extranjero de parte del dinero con el que Feijóo regó a un periódico afín

Alberto Núñez Feijóo, en una de las ediciones de los Premios Gallegos del Año que organizaba El Correo Gallego

Gonzalo Cortizo

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La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía sospecha de la existencia de cuentas en el extranjero relacionadas con el grupo de empresas que orbitan en torno al antiguo propietario de uno de los periódicos preferidos de Feijóo, El Correo Gallego. Este rotativo, ahora en manos del Grupo Prensa Ibérica tras la quiebra de la anterior propiedad, recibió durante años ingentes cantidades de dinero del Gobierno gallego, los ayuntamientos, organismos y diputaciones dependientes en su mayoría del poder ejercido en Galicia por el Partido Popular que lideraba el actual candidato a la Presidencia del Gobierno. Mientras el dinero entraba a espuertas, los propietarios tenían a sus trabajadores sin cobrar y, en ocasiones, esta situación se alargó por hasta 24 mensualidades. ¿Motivo suficiente para que Feijóo se alejase de uno de sus medios de comunicación de referencia? No, al contrario.

Con la plantilla en las últimas y a poco de declarar su situación de concurso de acreedores, la anterior dirección del diario retomó en 2021 su costumbre de celebrar una gran fiesta para entregar los premios Gallegos del Año. Allí apareció Feijóo para leer un discurso y entregar un diploma a los trabajadores que, en vez de eso, esperaban una transferencia con las nóminas atrasadas. Ahora la Policía sigue el rastro del dinero por indicación de la jueza de Santiago Ana López Suevos. En su juzgado, el número 1 de la capital gallega, se ha abierto una investigación que persigue presuntos delitos de administración desleal y sondea la posibilidad de que se haya producido también un blanqueo de capitales.

La magistrada pidió a la UDEF un informe sobre las empresas del anterior propietario, José Manuel Rey Novoa, así como de sus cuentas corrientes y la de sus allegados. En esa pesquisa, cuyos resultados llegaron al juzgado el pasado 5 de julio, la Policía asegura que una de las empresas del grupo, Agrupación Deportiva El Correo Gallego, podría haber sacado dinero fuera de España. La conclusión de los investigadores se arma sobre una declaración de la renta presentada por esa compañía en el modelo para “personas no residentes en España”. Al hilo de ese documento fiscal, la Policía concluye: “Esta circunstancia permitiría sospechar de la existencia de cuentas en el extranjero de las que hasta ahora no se ha tenido conocimiento”. La empresa investigada carece de trabajadores y su principal función consistía en la organización de una carrera popular que patrocinaba el rotativo.

Mucho sueldo, poco dinero

En sus análisis de datos, la Policía se detiene en los abultados salarios que cobraba el anterior propietario y director, José Manuel Rey Novoa, y el escaso saldo en sus cuentas corrientes. Entre 2018 y 2021 su salario medio fue de 178.388 euros anuales, prácticamente la misma cifra que percibe un director ejecutivo del New York Times, para el director de un periódico local con apenas unos miles de abonados y que cuenta con una distribución que, según los datos de 2020, es de 6.495 ejemplares. Donde acababa todo ese dinero que Rey Novoa recibía de su único pagador es algo que los agentes desconocen tras comprobar que los saldos medios de sus cuentas bancarias “son bastante exiguos para dicho nivel de ingresos”. En 2018 tenía de media 21.000 euros en el banco; en 2019, 1.900 euros; en 2020, 9.000 euros y en 2021, la media en sus cartillas de ahorro era de 137 euros.

Los agentes señalan a las administraciones gobernadas por el Partido Popular como las principales suministradoras de ingresos para un periódico que en los años analizados (2018-2020) ya vislumbraba la posibilidad de quiebra. En su informe la UDEF asegura que las ventas a corporaciones locales, organismos públicos y asociaciones públicas realizadas por El Correo Gallego en ese periodo eran uno de los principales pilares de facturación. Tomando como muestra el año 2020, los datos arrojan el siguiente resultado: el 44,5% de las ventas totales de El Correo Gallego procedió de esas instituciones, en su mayoría controladas por el PP de Feijóo. Una de las más activas aflojando la chequera era la Diputación de Ourense, hasta la semana pasada en manos de José Manuel Baltar. Solo en 2018 ese organismo aportó la mitad de todas la ventas institucionales del rotativo.

Además de lo anterior la Policía se detiene en el negocio generado con organismos menores que también dependen del poder político del PP en Galicia. En el capítulo de asociaciones públicas, los agentes destacan el papel de la Fundación Cidade da Cultura y aclara que “su presidente de honor es el presidente de la Xunta; el presidente, el conselleiro de Cultura y el vicepresidente, el conselleiro de Facenda”. Esa Fundación representó en 2019 el 62% de todas las ventas realizadas por el rotativo a entidades de ese tipo.

Dos millones y medio de regalo

Entre todos los movimientos que están escrutando la Policía y la jueza hay uno clave que tiene lugar el 25 de septiembre de 2018. Ese día la entidad pública de inversiones de la Xunta, XesGalicia, acordó por unanimidad conceder un préstamo de 2,5 millones de euros a la empresa que editaba El Correo Gallego. Francisco Conde, actual lugarteniente económico de Feijóo y para muchos ministrable en caso de victoria electoral estaba en esa reunión y votó a favor. Para entonces, el diario acumulaba enormes retrasos en las nóminas de sus trabajadores, debía 996.752 euros a la Seguridad Social y acumulaba impagos por 1.021.051 euros a Hacienda. La organización que puso el dinero es una sociedad pública que depende directamente de la Consellería de Economía del Gobierno gallego, que dirigía Conde. Su principal objetivo, según anuncia en su web, es “apoyar el crecimiento del tejido empresarial gallego, impulsar el desarrollo y fomentar el emprendimiento y la innovación”.

Sin embargo, el objeto fundamental de aquel préstamo era que Rey Novoa cumpliese con sus obligaciones tributarias, ya que solo así podría volver a contratar campañas publicitarias de administraciones como la Xunta de Galicia. Las condiciones del crédito de la Xunta eran muy ventajosas para el empresario de los medios ya que durante los dos primeros años desde la concesión del mismo no tenía que abonar ni un solo euro. Pero esos dos años pasaron muy rápido y cuando, en septiembre de 2020, tocó pagar la primera cuota de 20.416 euros, Rey Novoa hizo mutis por el foro.

El Gobierno de Feijóo nunca consiguió recuperar el dinero prestado al periodista amigo y nada pudo evitar el concurso de acreedores y la llegada de un nuevo propietario, la empresa Prensa Ibérica.

Según la documentación a la que ha tenido acceso esta redacción los investigadores le han pedido a la jueza más tiempo para analizar las cuentas bancarias alrededor de un grupo de empresas que actuaban “en unidad de caja” para sortear deudas y embargos. La principal novedad en este punto es esa sospecha sobre la existencia de cuentas en el extranjero.

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