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Este piloto a distancia podría salvarte la vida si algo falla en el coche sin conductor

El operador de Phantom Auto conduce desde este control un vehículo situado a kilómetros

Cristina Sánchez

El atropello mortal causado por un vehículo sin conductor de Uber en Arizona ha hecho que su gobernador haya suspendido las pruebas que realizaba la compañía en sus carreteras, si bien el gigante ya había tomado esa decisión por su cuenta. La investigación sobre las causas del accidente continúa abierta, pero el vídeo del arrollamiento muestra cómo el conductor de seguridad no estaba mirando la carretera segundos antes de que el vehículo impactara contra la ciclista que se cruzó en su camino de noche.

En realidad, Arizona, uno de los estados más permisivos con los coches autónomos, no exigía que un piloto supervisara al Volvo robótico. No es así en California, donde, hasta ahora, era necesario que un humano lo vigilara desde dentro. A principios de abril, y en medio de la inesperada polémica, la regulación cambiará: bastará con que un piloto supervise y controle los movimientos del coche autónomo remotamente.

Aunque pueda resultar paradójico, lo cierto es que hay numerosos defensores de que, más allá de las pruebas, los coches sin conductor obedezcan las órdenes de un humano situado a kilómetros de distancia en ciertas situaciones en las que el robot esté confuso.

Algunos de ellos trabajan en la startup californiana Phantom AutostartupPhantom Auto (coches fantasma fue curiosamente como se apodó a los pioneros vehículos sin conductor y por control remoto de los años 30). En el pasado Consumer Electronic Show de Las Vegas, la compañía mostró las capacidades de su invento: un operador situado a más de 800 kilómetros de distancia condujo un Lincoln MKZ como por arte de magia.

Conduciendo coches como en un videojuego

Delante de varias pantallas, el ingeniero de software Ben Shukman contempla las imágenes que perciben los ojos —las cámaras— del coche autónomo, entre otros datos, para conducirlo a distancia con el volante y los pedales que controla con sus extremidades. La chocante escena se asemeja a la de un gamer que disfruta de un videojuegos de carreras.gamer

Precisamente el CEO y fundador de Phantom Auto, el israelí Shai Magzimof, había fundado una empresa dedicada a ofrecer herramientas a los desarrolladores de videojuegos, y se inspiró en ellos para fundar esta startup que ha creado una suerte de call center para que los operadores respalden a los coches autónomos de diferentes fabricantes. “Hay algunas similitudes con el gaminggaming, pero nuestro operador en remoto no se siente en absoluto como si estuviera jugando en un juego de carreras”, explica a HojadeRouter.com Jordan Sanders, director de Negocio y Operaciones de Phantom Auto.

Su sistema teleoperado pretende resolver aquellos “casos complicados extremos” en los que los vehículos robóticos no sepan reaccionar porque el entorno no les resulta familiar. Sanders nos pone el ejemplo de un coche autónomo que llega a una carretera en construcción: unos cuantos conos rodean la zona y un trabajador utiliza señales para redirigir el tráfico. “Si el coche está cubierto por Phantom Auto, el vehículo reconocería por sí mismo que está confundido y contactaría con un operador de Phantom Auto que, en remoto, sería capaz de ver la situación a través de las cámaras, tomar el control del vehículo y circular por la zona de construcción”.

Situaciones donde la climatología sea adversa (una carretera cubierta de nieve), en las que haya humanos dando órdenes con las manos o la voz (como un agente de tráfico) u otras en las que aparezcan ciertos obstáculos inmóviles (unas ramas caídas) son algunos ejemplos de escenarios en los que el operador de Phantom Auto podría tomar la riendas del vehículo para garantizar la seguridad.

“La nuestra no es una solución de una fracción de segundo para cualquiera de los escenarios difíciles que los vehículos autónomos pueda encontrar en carretera”, explica Sanders. Si se trata de una situación de emergencia en la que el coche va a impactar con algo de manera inminente, la máquina tendrá que decidir sin ayuda. “Es para cuando el vehículo está confundido, no necesariamente para cuando entra en pánico. Si entra en pánico necesita ser capaz de llegar a una parada segura al lado de la carretera y después podemos intervenir”.

La conversación de HojadeRouter.com con Sanders se produjo antes del atropello mortal del coche de Uber, pero sus explicaciones sugieren que su objetivo no es evitar este tipo de accidentes. De hecho, ese suceso se produjo cuando el Volvo circulaba a una velocidad de unos 61 km/h, mientras que el director de Negocio y Operaciones de Phantom Auto nos detallaba que desplegarán su sistema “en zonas restringidas y ambientes urbanos donde la velocidad es baja”: el límite al que operarán sus pilotos será de unos 40 km/hserá .

El plan de Phantom Auto es que cada uno de sus operadores supervise cinco vehículos automatizados de sus primeros clientes al mismo tiempo (aseguran que ya han llegado a acuerdos con algunas compañías, sin dar nombres), pero confían en que la cifra de vehículos aumente a medida que avance la tecnología.

Para tomar el control a distancia y no tener problemas de latencia en la conexión, desde la compañía afirman que el sistema de Phantom Auto se conecta a varias redes inalámbricas al mismo tiempo. Por ejemplo, si tiene algún problema con las redes LTE y 4G, el sistema seguirá funcionando con 3G, aunque con vídeos de baja resolución. Si pierde por completo la conexión, un sistema de respaldo ralentizará el vehículo hasta detenerlo.

¿Humanos detrás de los humanos?

Puestos a que el coche autónomo esté vigilado por un humano, ¿no sería mucho más sencillo que el propio ocupante del vehículo lo controle, como ya hacen los conductores de Tesla? “[Eso] sería básicamente excluir a sectores enteros de población, los vehículos autónomos son una suerte de promesa para ayudar a aquellos que son demasiado jóvenes para tener carné de conducir, viajeros urbanos que no quieren tener carné, ancianos que no puedan conducir, personas con discapacidad...”, detalla Sanders.

Además, el sistema de Phantom Auto está destinado a los coches que en un futuro ni siquiera llevarán pedales o volante, como los que General Motors pretende lanzar el año que viene. Así, mientras un operador se encarga de que todo vaya sobre ruedas, nosotros podremos ver vídeos, comer o charlar, o al menos eso es lo que pretende esta compañía.

“Si queremos hacer una oferta de servicios basada en la conducción autónoma o, mejor dicho, en la desconexión de la conducción para quien ocupa el vehículo, creemos que es interesante tener un backupbackup”, opina Jorge Villagra, responsable del programa Autopía del Centro de Automática y Robótica, un organismo mixto de la Universidad Politécnica de Madrid y el CSIC.

“La idea es que en un 95 % de las ocasiones sea el vehículo el que tome las decisiones, pero en las situaciones en las que no sepa cómo gestionar la situación o en aquellas en las que los sensores no le den la calidad suficiente, tenga una solución que te permita seguir dando ese servicio”, prosigue este experto. Villagra no cree que la conducción autónoma completa sea posible en un horizonte temporal cercano, pero también apunta que hay “muchas reticencias” a apoyar sistemas teleoperados como estos, que desde su grupo de investigación sí defienden.

La apuesta de Nissan: un control como el de la NASA

En caso de que los coches teledirigidos de gran tamaño lleguen a recorrer las carreteras, no tienen por qué usar un sistema como el que que plantea Phantom Auto. De hecho, Villagra cree que garantizar de forma constante la transmisión de toda la información de las cámaras de alta resolución y la relativa a la conducción del vehículo a través de una conexión inalámbrica podría tener ciertas complicaciones, si bien el 5G podría hacer que fuera “una opción más realista”. Otro problema adicional es la seguridad: “Todo lo que pasa por las comunicaciones es susceptible de ser hackeado”.

Así, una posible alternativa al sistema de Phantom Auto sería otro en el que los humanos ayudáramos a las máquinas en situaciones en las que necesiten cierta intuición, si bien nos limitaríamos a guiarlas. En una idea similar a la que propone el responsable del programa Autopía está trabajando uno de los gigantes de la automoción, Nissan, que acaba de poner en marcha las pruebas de su servicio de taxis sin conductor en las carreteras públicas de Japón.

En el CES del año pasado, la compañía nipona presentó su plataforma SAMplataforma SAM (movilidad autónoma continua de Nissan, por sus siglas en inglés) desarrollada a partir de la tecnología que usa la NASA para controlar remotamente a los roversrovers cuando operan en terrenos impredecibles. De hecho, Liam Pedersen, un exinvestigador de robótica en la agencia espacial que trabajó en el desarrollo del rover K9, es ahora el director sénior de los coches autónomos en el Nissan Research Center de Silicon Valley.

Desde el centro de control, los operadores de SAM, que desde la propia compañía han comparado con los controladores aéreos, serán contactados por el vehículo. Ese operador podrá acceder a la información recogida por los sensores y asesorará al coche sobre el camino que debe tomar, enviando además esas instrucciones a un sistema de inteligencia artificial.

A su vez, otros coches autónomos estarán comunicándose con SAM. “Así que, una vez que el sistema haya aprendido y compartido la nueva información creada por el manager de movilidad y la solución al problema haya sido encontrada, es enviada a otros vehículos”, explica a HojadeRouter.com Nicholas Maxfield, portavoz de Nissan.

Las situaciones que SAM resolverá son similares a las que plantea Phantom Auto. Por ejemplo, si el vehículo autónomo se encuentra con un accidente de tráfico y un policía le redirige de forma que ha de incumplir alguna norma de circulación, el coche no debe juzgar por sí mismo qué hacer, por lo que pedirá ayuda al operador de carne y hueso. Tras tomar una decisión, este pintará un camino virtual seguro al vehículo, que discurrirá por sus propios medios.

Aunque desde Nissan no nos facilitan información exacta sobre el estado de las pruebas o los planes de futuro —por el momento, SAM está en fase de investigación y desarrollo—, afirman que el sistema no está diseñado solo para los vehículos de Nissan ni solo para coches en pruebas, sino para ser usados por otros automóviles. Es más, Maxfield señala que el número de operadores dependerá del servicio, mencionando taxis robóticos o vehículos autónomos de reparto.

En realidad, Nissan parece no ser la única compañía que ha pensado en controlar remotamente los coches autónomos, o al menos eso sugieren algunas patentes. Toyota patentó hace tiempo la “operación remota de un coche autónomo en un entorno imprevisto” y Zoox, una startup que está desarrollando vehículos autónomos, hizo lo mismo con “un sistema teleoperado y un método para la modificación de la trayectoria de vehículos autónomos”.

Camiones teledirigidos

Más allá de los coches, varias compañías están trabajando en el desarrollo de camiones sin camioneros, como Waymo o Tesla. La propia Uber había anunciado poco antes del fatal accidente que su flota de camiones autónomos de reparto ya circulaba por las carreteras de Arizonacamiones autónomos, acompañados por conductores humanos que asumían el control en las primeras y últimas millas.

Starsky Robotics, una compañía que acaba de recaudar 16,5 millones de dólares (13, 3 millones de euros) en una ronda de financiación, también trabaja en camiones autónomos con un planteamiento algo diferente: en su caso, los operadores que tengan las riendas en las calles complejas no estarán dentro de la cabina, sino en centros donde serán capaces de controlar incluso una treintena de vehículos al mismo tiempo.

“Cuando estamos conduciendo en una autopista durante millas el sistema es realmente autónomo, pero cuando sale de la autopista para ir al almacén [...] el camión está de alguna forma controlado remotamente”, explica Stefan Seltz-Axmacher, el CEO de Starsky Robotics. A su juicio, el trabajo de camionero “es inseguro y está mal pagado” en Estados Unidos, por lo que unir lo mejor de máquinas y humanos sería una adecuada solución.

Por el momento, Starsky ya ha realizado una pequeña prueba en Florida recorriendo 11 kilómetros con su sistema, y pretende que sus camiones robóticos comiencen a repartir paquetes a finales de este mismo año.

Así que mientras la polémica por el atropello mortal del coche autónomo de Uber sigue trayendo cola y el debate sobre el papel y responsabilidad del humano en esos vehículos está más vivo que nunca, son muchos los que planean una solución chocante a priori: trasladar al conductor a unos cuantos kilómetros de distancia para vigilar al imperfecto robot. Ahora bien, que esos sistemas vayan a impedir todos los posibles accidentes con el coche autónomo parece otro cantar.

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Las imágenes son propiedad de Phantom Auto (1, 2 y 3) y Nissan (4)

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