La necesidad de mejorar las políticas de movilidad en Balears ante la presión del parque automovilístico y del turismo sobre un territorio limitado ha marcado el desarrollo de la primera mesa redonda llevada a cabo en el marco de la jornada 'La regulación de vehículos en las islas: retos y oportunidades', organizada por elDiario.es a inicativa de Trasmed, Balearia y GNV. Expertos y representantes institucionales han apuntado a los desafíos y posibles soluciones a impulsar en este sentido para caminar hacia un modelo más sostenible y equilibrado y, de esta manera, han puesto en valor la necesidad de regular el movimiento de coches, con Formentera como ejemplo pionero en la limitación de la entrada de turismos para frenar los problemas de saturación, aglomeración y atascos que atravesaban sus carreteras, principalmente durante los meses de julio y agosto.
Durante el debate, bajo el título 'Crecimiento en población y coches en Balears: análisis y diagnóstico' y moderado por Pablo Sierra del Sol, periodista colaborador de elDiario.es, Verónica Castelló, vicepresidenta y consellera de Movilidad y Medio Ambiente en el Consell Insular de Formentera, ha recordado que en 2019 la pequeña de las Pitiüses se convirtió en la primera isla en regular la entrada de vehículos a través del proyecto Formentera Eco. Como ha subrayado, había un “consenso entre todos” para poner en marcha la iniciativa: “Se recogieron quejas que coincidían en que las carreteras estaban saturadas y que había que tomar medidas para aliviar esa saturación”. Castelló ha destacado que, tras siete temporadas de verano, “se ha alcanzado el objetivo” buscado y cada año se ha ido reduciendo el techo de coches permitidos, con 1.732 vehículos diarios frente a los 10.287 que se establecieron inicialmente.
Por su parte, Francesc Xandri, director técnico de Cinesi y experto en movilidad y transporte, ha apuntado a la necesidad de aplicar una tasa asociada a la regulación de vehículos. “Las islas son una imagen de la finitud del territorio y los recursos”, ha manifestado, señalando que, por ejemplo, el tráfico marítimo de pasajeros desde 2017 ha aumentado en un 50%. El experto en movilidad y transporte ha considerado que el modelo implantado en Formentera es replicable al resto de las islas, teniendo en cuenta, eso sí, los parámetros de cada una de ellas.
Xandri, además, ha puesto como ejemplo el caso de Menorca, la única isla, junto a Formentera, que no ha desdoblado sus carreteras y, sin embargo, es la última que ha empezado a estudiar la limitación de vehículos, dejando patente que el hecho de que el resto de islas hayan desdoblado sus carreteras no ha evitado que continúen sufriendo problemas de tráfico. El experto ha efectuado, además, un apunte muy ilustrativo para entender que dentro de las islas sus habitantes se desplacen de forma diferente dependiendo del lugar donde vivan. En Menorca, ha señalado, la tasa de motorización “aumenta de poniente a levante, va subiendo en función que nos acercamos al aeropuerto: en Ferreries es la más baja y en Sant Lluís, la más alta”.
Mientras tanto, Iván Murray, profesor del departamento de Geografía de Universitat de les Illes Balears (UIB), se ha mostrado crítico con las políticas de movilidad que se llevan a cabo en el conjunto de Balears: “No acabamos de enfocar bien el síntoma del problema, que es más complejo y profundo”, ha manifestado el docente, quien ha apelado a la necesidad de “plantear seriamente las relaciones que hay detrás de la movilidad, que tiene un componente transversal”. Se ha referido, por un lado, al modelo económico y urbano-territorial que se está configurando mediante las políticas de flexibilización económica impulsadas por el Govern, que, ha aseverado, se encaminan a crear, en el caso de Palma, una ciudad que “dará cabida a entre 16.000 y 20.000 personas en una parte y unas 10.000 en la otra”.
“Las ciudades están hiperaceleradas, al igual que el capitalismo. También las ciudades del Sur Global, como Bangkok, que están totalmente desbordadas. Los ritmos van desacompasados y la planificación está totalmente supeditada a los intereses del capital urbanístico e inmobiliario en ciudades que están expulsando a sus residentes. Las clases populares tienen que ubicarse donde pueden y se ven obligadas a desplazarse lejos de sus lugares de trabajo: en Inca, por ejemplo, muchas personas trabajan en la otra punta de Mallorca”. El investigador ha apuntado que, pese a la gran cantidad de vehículos registrados en las islas, solo un 50% tiene permiso de conducir, lo que refleja cómo las desigualdades se manifiestan “claramente en la movilidad”.
En esta línea, ha apuntado que el municipio de Sóller es “una expresión clara” de esta problemática “fruto de su éxito como gran plantación de producción turística”. En esta localidad enclavada en la Serra de Tramuntana, ha señalado, las únicas actividades que quedan son los comercios vinculados a la actividad turística, como los bares y terrazas, y con más 6.000 plazas de alojamiento turistico.
El presidente de la Asociación Tramuntana XXI, Joe Holles, por su parte, ha alertado del fenómeno del ‘day tripper’ —el visitante de un solo día—, especialmente en la emblemática cordillera de Mallorca. “Genera un uso intensivo del territorio durante pocas horas, sin aportar beneficios económicos sostenibles y dejando tras de sí consecuencias negativas. Es un microcosmos de dinámicas que se repiten en otras zonas de las islas”. El ponente ha propuesto aprovechar los instrumentos de la Ley de Cambio Climático para compensar las huellas de carbono de las actividades, permanentes o no, que se desarrollan en la Serra. “Si todas redujeran y compensaran sus emisiones, podrían destinarse cientos de millones de euros a proyectos medioambientales, tal y como recomienda la ONU”, ha dicho.