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Trabajadores precarios expulsados de un campamento de caravanas: “Yo me iría de aquí mañana mismo, pero no puedo”

Gabriel, residente en una caravana en sa Joveria.

Esther Cabezas / Marcelo Sastre

Eivissa —

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La situación de las personas que residen en el campamento de sa Joveria, en Eivissa, es alarmante. Asediados por los altos precios de la vivienda en la isla, muchos de ellos decidieron vivir en caravanas para tener, al menos, un techo donde dormir. El lugar escogido para aparcar sus vehículos fue el parking disuasorio de sa Joveria. Sin embargo, ahora el Ayuntamiento de la capital ha decidido marcar sus vehículos con pegatinas de “abandonado” y les ha instado a dejar el lugar antes de que se valle el recinto y las grúas procedan a desalojar el área. Los residentes aseguran que los servicios sociales del Consistorio no les ofrecen ninguna ayuda, aunque se les derivó a las oficinas municipales.

“A pesar de que no tengo papeles, hago trabajos esporádicos que me dejan subsistir. Vivo aquí con mi hijo. Él está en la misma situación que yo”, cuenta Juancho, ciudadano colombiano, a elDiario.es. “Estamos esperando el asilo que hemos solicitado. Vinimos de la península, en donde no hay tanto trabajo. Lo hemos pasado mal aquí, pero por lo menos podemos ingresar un dinero en negro que nos permite vivir. Hemos tenido que dormir en la calle, luego estuvimos 2 meses en el coche”, explica el hombre, de alrededor de 30 años, que asegura que aquel momento fue muy duro porque tuvo que soportar robos mientras dormía. “Me quitaron incluso el celular”, asegura.

“Hasta que pudimos ahorrar un dinero para comprar la caravana”, añade. Juancho cuenta que se la han traído de Palma y que viven decentemente, como este diario ha comprobado. “Aquí nunca hay problemas, la gente que vive aquí es trabajadora, no hay drogas, nada. Lo único que queremos es salir de aquí cuanto antes, pero de momento no tenemos otra opción. Las habitaciones compartidas ya están a más de 1.000 o 1.200 euros y con esos precios no es posible”, puntualiza. 

No tengo papeles. Hago trabajos esporádicos. Ahorré dinero para una caravana y ahora vivo en sa Joveria. Aquí nunca hay problemas

Juancho Residente en sa Joveria

Los trabajadores extranjeros, que se encuentran viviendo en los terrenos de sa Joveria, aseguran que en algunas ocasiones han hablado con el Ayuntamiento, que les ha ofrecido ayudas, como vales para comprar que nunca han llegado. “Nos han llegado a decir que volvamos a nuestro país. Esto es muy duro para un solicitante de asilo”, explica Juancho. “Deberían apoyar a las personas que llegan, darles una pequeña ayuda para que puedan arrancar. Ahora me quedan 6 meses para que me den una respuesta. De momento nadie me ha dicho si me van a conceder el asilo o no”, asegura.

“Es la pescadilla que se muerde la cola”, advierten varios de ellos. “Como no estamos empadronados no podemos comenzar a poner nuestra situación en regla y, por lo tanto, no podemos trabajar legalmente y tener el dinero suficiente para alquilar una vivienda”. El mecanismo que establece la Ley de Extranjería para la legalización de su situación, cuando han entrado al país de forma irregular, es el siguiente: el primer requisito es empadronarse, con lo que accedes a la atención sanitaria y puedes empezar a solicitar la residencia que se puede demorar hasta 3 años. Sin embargo, debido al desorbitado precio de la vivienda en Eivissa, es muy difícil acceder a un alquiler y, por lo tanto, empadronarse.

Como los precios de la vivienda están disparados en Eivissa, es muy difícil empadronarse, por lo que los migrantes tienen complicado poder regularizar su situación y muchos de ellos se ven obligados a dormir en caravanas

Otro de los residentes en esta zona es Gabriel, un argentino que trabaja como electricista cuando encuentra algún trabajo en negro, porque también está aún sin papeles. El hombre pone de manifiesto que la situación en la que se encuentra no es la ideal, “pero no me queda más remedio” hasta que le concedan la residencia provisional. “Yo me iría de aquí mañana mismo, pero no puedo. ¿Dónde voy?”, se pregunta. “Llevo un año viviendo en Eivissa y en este mismo lugar. Me han hecho muchas entrevistas de trabajo. En mi país trabajé durante mucho tiempo en una de las mayores empresas del sector como jefe de turno, pero cuando digo que no tengo papeles nadie quiere contratarme”, añade. El hombre vive con su hijo en la caravana y hace chapuzas para sobrevivir. “Un ventilador acá, otra cosa allá, pero no pagan mucho. Mi hijo trabaja en la obra, también sin papeles. La única solución es esperar”, narra.

Llevo un año viviendo en Eivissa y en este mismo lugar. Me han hecho muchas entrevistas de trabajo. En mi país trabajé durante mucho tiempo, pero cuando digo que no tengo papeles nadie quiere contratarme

Gabriel Residente en sa Joveria

53 vehículos tendrán que irse

El pasado fin de semana la Policía realizó un control de vehículos en sa Joveria, “identificando un total de 53 en presunto estado de abandono”, pero solo hay que echar un vistazo al lugar para percatarse de que las caravanas están habitadas: pequeños huertos, jardineras, ropa tendida, perchas, motos, coches, cubos de reciclaje… y gente. Personas que, debido a la carestía de la vivienda, han optado por vivir en sus vehículos, la mayoría aparcados justo detrás del CEIP sa Joveria y el Hospital de Can Misses, con el telón de fondo de la central eléctrica de Gesa y Dalt Vila, Patrimonio de la Humanidad.

Asimismo, algunos de los que viven allí estaban presentes cuando la Policía llegó y sus vehículos fueron marcados con pegatinas de “abandonado”, según aseguran a elDiario.es. “Los agentes nos trataron con total amabilidad porque algunos de sus compañeros también vienen a vivir aquí en verano, casi que vinieron pidiendo disculpas, pero comprendemos que es su trabajo”, relata Juancho. “Pusieron las pegatinas en todas las caravanas aparcadas”, insiste. 

El Consistorio, sin embargo, afirma en un comunicado que las marcas a los 53 vehículos inspeccionados “advierten sobre su estado y de la necesidad de retirarlos del lugar”. “Después de pasar 15 días desde el aviso, la Policía Local volverá a la zona para comprobar si se han retirado, porque la ordenanza permite el estacionamiento de un vehículo en la misma zona durante 15 días”, aseguran fuentes municipales. Además, añaden que todos los vehículos de menos de 3.500 kilogramos y cuatro ruedas que ya han llegado al final de su vida útil “han de ser tratados como residuos sólidos urbanos muy tóxicos en un centro de descontaminación”, puntualizan.

La Policía Local, a instancias del Ayuntamiento, ha marcado 53 vehículos como "abandonados" -aunque resida gente en ellos- y les da 15 días para marcharse antes de que se valle el recinto y las grúas procedan a desalojar el área

El verano pasado el Consistorio calculaba que al menos 37 personas residían en el lugar, cifra que ha aumentado en estas fechas antes de la temporada si las 53 caravanas señaladas están habitadas, tal y como aseguran las personas afectadas por esta situación a elDiario.es. “La Policía hizo lo que les pidieron y con estas pegatinas ya tienen la excusa de retirar los vehículos, pero no están abandonados, son nuestras casas”, exclama Gabriel. Tanto Juancho como él aseguran que sus vehículos tienen todos los papeles en regla.

En el campamento hay personas en tratamiento en el hospital

En el campamento de sa Joveria hay personas con diferentes perfiles, tanto españoles como extranjeros: profesoras del colegio, electricistas, bomberos, trabajadores de la construcción… Incluso residen en este espacio personas que reciben tratamientos en el aledaño Hospital de Can Misses, el único centro hospitalario de la isla de Eivissa. “Tenemos a una señora que está en tratamiento de su cáncer con quimioterapia, también hay un señor que está esperando una operación de corazón”, asegura Pablo, jefe de cocina residente en sa Joveria, que estos días está ejerciendo como portavoz voluntario de las personas residentes en el lugar.

Tenemos a una señora que está en tratamiento de su cáncer con quimioterapia, también hay un señor que está esperando una operación de corazón

Pablo Residente en sa Joveria

Los trabajadores y trabajadoras residentes en este espacio piden soluciones. “No queremos molestar a nadie, solo solicitamos que se nos dé una solución. Si el Ayuntamiento no puede ofrecernos un parking, que no entorpezcan las licencias que se puedan otorgar a algún espacio privado que nos pueda acoger”, explica el joven español. “Estoy esperando a empezar a trabajar. Cuando empiezo ya no paro en toda la temporada. La situación es muy grave, ya no es que vivan trabajadores del colegio y el hospital, sino que también hay pacientes y esto ya no se puede consentir”, arguye. Después de la visita del viernes en la que se pusieron las pegatinas a los vehículos, los agentes se volvieron a personar el pasado sábado informándoles de que posiblemente se tendrán que ir del lugar “porque van a vallar todo el recinto” y les han dicho “que el que se quede dentro lo van a sacar las grúas”, expone. 

“No sé por qué tienen problemas con nosotros. Dicen que es por las basuras, pero no hay, nosotros no ensuciamos este lugar. Lo que sí he visto son coches que tiran sus basuras en el terreno de al lado, y eso es lo que han limpiado”, explican los afectados. Fuentes del Ayuntamiento aseguran a elDiario.es que se han retirado de ese espacio 5 toneladas de residuos “en tan solo dos días”. “Hemos recibido muchas quejas por las malas condiciones en la que se encuentra la zona y por eso hemos decidido llevar a cabo una actuación integral en los aparcamientos disuasorios de sa Joveria por la elevada cantidad de residuos y escombros acumulados en la zona”, explica el cuarto teniente de alcalde y regidor de Medio Ambiente y Limpieza, Jordi Grivé. Pero las personas residentes insisten en que estos materiales no proceden de las caravanas. En el momento que elDiario.es se ha personado en el lugar los residuos habían sido retirados y una excavadora realizaba trabajos en la zona. El área donde se encuentran las caravanas se encontraba en buen estado y con visibles signos de estar ocupadas. 

Donde no se personaron ni la Policía ni los dispositivos municipales fue en los campamentos de chabolas y tiendas de campaña situadas en zonas más escondidas del aparcamiento de sa Joveria, donde también residen varias personas. Asimismo, en el solar aledaño de propiedad privada se encuentran estacionadas más caravanas que, según algunos testigos, “pagan un dinero por el alquiler del terreno que ocupan al dueño del solar”. “Esto es lo que queremos nosotros que se nos den soluciones. No somos delincuentes”. concluyen. El Plan Territorial Insular de la isla de Eivissa (PTI) sólo permite “acampar” con caravana, autocaravana, furgoneta y tiendas de campaña en espacios autorizados, es decir, en campings, y prohíbe su estacionamiento en suelo rústico común y en espacios naturales. 

“No sabemos nada”

“Aquí no sabemos nada de esto”. Es la respuesta que la oficina del Servicio de Acogida Municipal está dando a las personas que residen en sa Joveria después de que el dispositivo de servicios sociales, acompañado de la Policía Municipal, les haya entregado tarjetas de este servicio. Fuentes municipales aseguran que el dispositivo que actuó el pasado fin de semana tenía como objetivo “conocer de primera mano las necesidades de las personas que residen en estos momentos en este enclave”.

Según informa el Ayuntamiento en sus redes sociales, el propósito es disponer de “un mapa de la situación actual” del asentamiento para “proporcionar la atención adecuada”, tal y como asegura en un video en Instagram la regidora de Servicios Sociales, María Dolores Penín. En la publicación, aparece también el alcalde de la localidad, Rafael Triguero, conversando con los agentes.

Las fuentes mencionadas explican que desde el departamento de Bienestar Social se hace seguimiento de estas personas, aunque no han especificado el número, a pesar de ser requerido por este medio. “Si las personas que residen en los asentamientos acuden a las UT’s municipales, se abre expediente y se hace seguimiento. Pero claro, es voluntario”, puntualizan. Sin embargo, las personas afectadas insisten en que esto no es así. “En el Servicio de Acogida Municipal donde nos derivaron no nos atienden”, insisten.

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