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Alex Salmond piensa ya en la constitución de una Escocia independiente

El presidente del gobierno escocés, el nacionalista Alex Salmond. / Maruxa Ruiz del Árbol

Maruxa Ruiz del Árbol

Alex Salmond, el Ministro Principal de Escocia, calcula que sólo cuatro años le separan de su sueño de independencia y ya rumia las bases de su futura constitución. El líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP en sus siglas en inglés) se ha puesto a repasar las matemáticas de la historia y las cuentas de sumar y restar otros precedentes de independencia les salen así: “Si en el referéndum de 2014 el pueblo vota sí a la autodeterminación, tardaremos entre 15 y 18 meses en constituirnos como nación”, explicó ayer Alex Salmond en la Asociación de la Prensa Extranjera de Londres. Él y David Cameron firmaron en Octubre que lo que decida el pueblo escocés en esa consulta será vinculante, o sea, que sea cual sea el resultado se acatará.

Sonriente y siempre apacible, su actitud transmite la seguridad de quien da la batalla por ganada y en cada respuesta se esfuerza en transmitir la “cordialidad y el civismo” que rodea el curso de los acontecimientos, lo que en su opinión marca una distancia con otros nacionalismos. La diferencia principal que ve entre Escocia y con Cataluña es que Escocia ha logrado la aprobación de Reino Unido para la celebración de un referéndum.

Dice que, aunque “está interesado” en los procesos de autodeterminación de otros países, ha adquirido “la buena costumbre de no interferir en otros procesos soberanistas”. Sin embargo al ser preguntado por un periodista israelí si el camino hacia la independencia de Escocia podría servir de guía a otros estados que luchan por su autodeterminación como Irlanda del Norte, o Palestina, Salmond resaltó una diferencia notable que está facilitando su camino a la independencia: “En casi 100 años de historia democrática de este movimiento nadie ha perdido la vida luchando a favor o a causa el independentismo escocés, ni siquiera una persona ha muerto por esa causa”.

“El derecho de autodeterminación ha sido ejercido por muchos países antes que Escocia durante el siglo XX y XXI. Cuando la ONU fue formada al final de la Segunda Guerra Mundial hubo 50 estados que se formaron muy rápidamente. Además en la era moderna la forma más popular de lograr la independencia ha sido a través de un referéndum por lo que Escocia no es un ejemplo único sino que los países que quieren autodeterminación tienen muchos otros ejemplos y otras casuísticas además de Escocia y no creo que la influencia de Escocia sea mayor que la de otros ejemplos”.

Salmond basa los cálculos del tiempo que le queda hasta alcanzar la ansiada independencia en esos mismos precedentes internacionales que menciona. Se fija especialmente en el establecimiento de las repúblicas checa y eslovaca y en la reunificación alemana que demuestran que, una vez que el deseo popular ha sido determinado las discusiones sobre el establecimiento del país y el comienzo de su andadura independiente suceden con relativa rapidez.

“El referéndum será en otoño de 2014. Por lo tanto, si el pueblo vota sí a la independencia, para mayo de 2016 (fecha fijada para las próximas elecciones del parlamento escocés) ya estará en pie la legislación para la transferencia de poderes desde Westminister a Holyrood (sede del legislativo escocés). Para entonces ya habremos llegado a los acuerdos necesarios transnacionales con el Gobierno de Reino Unido y la independencia escocesa hará sido aceptada por la comunidad internacional”, dijo ayer Salmond. Y es que, hasta que la transferencia de soberanía tenga lugar Escocia no tendrá el poder para hacer cambios sustanciales en áreas clave antes reservadas a Westminister.

Una constitución escocesa

Una de esas áreas clave es la redacción de una constitución en cuyas bases ya se ha puesto a pensar el ministro principal. “Uno de los primeros deberes del Parlamento de una Escocia independiente será establecer una convención que redacte una Constitución escrita”, dijo ayer el ministro principal. A diferencia de Reino Unido, que es el único país europeo sin una Carta Magna escrita Salmond dice que la Escocia independiente no quiere replicar esa “deficiencia democrática que da soberanía ilimitada al parlamento”. Insistió en que querrá una amplia opinión sobre el trabajo que hará la convención que redactará la constitución. “La convención constitucional de Escocia será una oportunidad para que todos expresen sus puntos de vista. Todos los partidos políticos participarán”, afirmó. Los planes constitucionales de Salmond podrán cumplirse sólo y siempre y cuando el referéndum del año que viene de alas a sus sueños de independencia.

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