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La Fiscalía sueca señala a un publicista con vínculos con la ultraderecha como el asesino de Olof Palme en 1986 y cierra la investigación

Olof Palme, exprimer ministro de Suecia asesinado en 1986.

EFE/Anxo Lamela

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La Fiscalía sueca ha señalado este miércoles a Stig Engström, un publicista que trabajaba cerca del lugar donde fue asesinado en 1986 el primer ministro Olof Palme, como el autor del crimen. Fue incluido como testigo en la fase inicial de la investigación, aunque apartado meses después por no ser considerado relevante.

La imposibilidad de presentar cargos contra Engström, fallecido en 2000, implica el cierre de la investigación iniciada hace 34 años. El jefe de la investigación policial, Hans Melander, ha revelado en la misma comparecencia que el interés por Engström, conocido como “el hombre de Skandia” (por la aseguradora para la que trabajaba), surgió cuando un nuevo grupo, hace tres años, se hizo cargo de las pesquisas. “Encontramos a una persona que no cuadraba en el resto de la fotografía del crimen. Sus informaciones no se correspondían con las del resto de testigos”, ha dicho Melander.

Según explicó Pettersson, la vestimenta que llevaba la noche del crimen Engström -que se presentó como testigo e hizo declaraciones a varios medios- coincide con las descripciones dadas por varias personas que vieron salir corriendo al supuesto asesino. Ninguno de los testigos situaron tampoco a Engström en el lugar del crimen justo después de que tuviera lugar. Su pertenencia a un club de tiro y el hecho de que se moviese en círculos críticos con Palme refuerzan la teoría de la fiscalía, resaltó Pettersson, que lamentó que no haya pruebas técnicas que lo vinculen con el crimen.

La investigación debía haberse cerrado en 2011, pero, un año antes, el Parlamento aprobó abolir el plazo de 25 años para la prescripción del delito, lo que permitió continuar trabajando al grupo Palme.

La pista del “hombre de Skandia”, que no fue considerado relevante en la fase inicial de la investigación, se reactivó hace dos años gracias a un reportaje, al que luego siguió un libro, del periodista Thomas Pettersson, que entregó la información a la policía.

Otros sospechosos del crimen

Otra vía que se consolidó en los últimos años es la que apunta a los servicios de inteligencia sudafricanos. Palme, que dotó a Suecia de voz propia en la Guerra Fría, fue un gran apoyo del Congreso Nacional Africano de Nelson Mandela y se sabe que, días antes de su muerte, agentes sudafricanos infiltrados asistieron en Estocolmo a una conferencia “anti apartheid”.

El régimen sudafricano también fue señalado en un libro publicado el año pasado por el periodista Jan Stocklassa, continuador de la investigación del escritor Stieg Larsson, autor de la popular saga Milleniu, que había dedicado mucho tiempo a realizar pesquisas sobre el asesinato de Palme y los círculos de extrema derecha.

Grupos policiales vinculados a esos círculos aparecen en las listas de sospechosos, al igual que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al que Suecia incluyó en tiempos de Palme en su lista de organizaciones terroristas tras unos atentados en Estocolmo.

Esta pista del PKK fue pronto la única línea investigadora del jefe de policía del condado de Estocolmo, Hans Holmér, el primero al mando del “grupo Palme”, que acabó dimitiendo por la falta de resultados de sus métodos; al igual que luego la entonces ministra de Justicia, por apoyar una pesquisa paralela, secreta e ilegal.

Un condenado que fue absuelto por falta de pruebas

Palme fue asesinado un 28 de febrero de un tiro en la espalda cuando salía sin escolta de un céntrico cine con su esposa Lisbet, que no sufrió heridas graves. No se acordonó correctamente la zona del crimen, ni se bloquearon calles adyacentes ni se cerraron fronteras. Además, se tardó horas en decretar el estado de alarma.

El único condenado por el caso, el delincuente Christer Pettersson, contra el que un tribunal dictó cadena perpetua en julio de 1989, fue absuelto meses después por falta de pruebas.

A falta de arma y de móvil claro, la prueba principal fue que Libset Palme lo identificó en una ronda de reconocimiento, aunque quedó sin valor al admitir esta después que un policía le había facilitado detalles físicos sobre el aspecto del sospechoso.

La televisión pública SVT reveló hace dos años que el policía a cargo entonces de la investigación, el inspector Thure Nässén, ofreció dinero a varios testigos para incriminar a Pettersson (muerto en 2004) y manipuló los interrogatorios, mientras el fiscal ocultó declaraciones que lo exoneraban.

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