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Las claves del día: condena al ataque al hospital de Mariúpol y negociaciones estancadas

Un hombre monta en bicicleta frente a un edificio de apartamentos dañado por los bombardeos en Mariúpol, Ucrania, este miércoles.

Icíar Gutiérrez

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La ofensiva ordenada por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, el 24 de febrero contra Ucrania desde el este, el sur y el norte del país ha cumplido ya dos semanas. Más de 500 civiles han muerto, entre ellos decenas de niños, y más de 2,3 millones de personas han huido del país en todo este tiempo.

Este 15º día ha estado marcado por el encuentro de los ministros de Exteriores de ambos países en Turquía y la condena del ataque en un hospital de la golpeada ciudad de Mariúpol, donde ha vuelto a fracasar el corredor humanitario, según las autoridades ucranianas.

Las negociaciones

Los ministros de Exteriores de Rusia y Ucrania, Serguéi Lavrov y Dmitro Kuleba, se han reunido en Turquía, pero el encuentro, el de más alto nivel desde el comienzo de la invasión, ha terminado sin avances. Informa Vanesa Rodríguez.

Kuleba ha acusado a Rusia de vincular un eventual alto el fuego a que Ucrania satisfaga sus demandas. “Esa demanda es la rendición, y eso no es aceptable”. Lavrov ha declarado que han hablado sobre todo sobre “cuestiones humanitarias” y no ha dado señales de suavizar las exigencias de Moscú.

Rafael Grossi, del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), se ha reunido con ambos ministros. “Avances en materia de seguridad y protección de las instalaciones nucleares”, ha tuiteado Grossi. 

Los combates

Según las autoridades ucranianas, tres personas han muerto y 17 han resultado heridas, entre ellas menores, en el ataque que destruyó este miércoles un hospital materno infantil de la sitiada ciudad portuaria de Mariúpol.

El bombardeo ha desatado una condena internacional. “El ataque a un hospital donde hay salas de maternidad y de niños es horrible. Los civiles están pagando el precio más alto por una guerra que no tiene nada que ver con ellos. Esta violencia sin sentido debe terminar. Hay que poner fin al derramamiento de sangre”, ha dicho el secretario general de la ONU, António Guterres.

Médicos Sin Fronteras (MSF) ha recordado que Mariúpol ya era una ciudad en la que el sistema sanitario “está al borde del colapso”. “Privar a la gente de la tan necesaria asistencia sanitaria es una violación de las leyes de la guerra”.  

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha acusado a Moscú de cometer un “crimen de guerra”. Lavrov ha desestimado las acusaciones como “clamores patéticos” y ha afirmado, sin aportar pruebas, que el hospital de había sido tomado por combatientes de extrema derecha, a pesar de que las fotografías de agencias internacionales posteriores al ataque muestran a mujeres embarazadas y niños en el lugar.

Muchas voces alertan de un desastre humanitario en Mariúpol, una de las zonas más castigadas del país. Lleva días sin electricidad, calefacción (con temperaturas extremas) y agua tras los bombardeos, y las autoridades dicen que han enterrado muertos en fosas comunes. Imágenes de satélite muestran la devastación por los ataques.

El Ayuntamiento ha publicado en Telegram este jueves que las bombas siguen cayendo sobre la ciudad, que continúa rodeada. Localizada a orillas del mar de Azov, Mariúpol es un puerto estratégico entre la anexionada Crimea y los territorios separatistas prorrusos del Donbás.

Ucrania está investigando 38 casos de presunta traición en los que estarían implicadas autoridades y agentes de la ley acusados de ayudar a Rusia, según ha informado la Oficina Estatal de Investigación del país.



A lo largo de la semana se han registrado protestas contra la ocupación en las ciudades de Jersón, Melitópol y Berdiansk, en poder de Rusia, dice la última actualización de inteligencia del Ministerio de Defensa británico. “Al parecer, ayer las fuerzas rusas detuvieron a 400 manifestantes en la región de Jersón”.

Según Reino Unido, la gran columna rusa al noroeste de Kiev ha avanzado poco en más de una semana y está sufriendo “continuas pérdidas” a manos de las fuerzas armadas ucranianas. En los últimos días también “se ha producido un notable descenso de la actividad aérea general de Rusia sobre Ucrania, probablemente debido a la inesperada eficacia y resistencia de las fuerzas de defensa aérea ucranianas”, misma razón por la que dice que las fuerzas rusas están destinando un mayor número de sus tropas desplegadas para rodear ciudades clave. “Esto reducirá el número de fuerzas disponibles para continuar su avance y ralentizará aún más el avance ruso”.

Similar es el análisis de los expertos del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Washington,  que aseguran que los militares rusos están “claramente luchando por movilizar los efectivos de reserva para compensar las pérdidas y cubrir las nuevas unidades”. Aunque no han hecho grandes progresos, creen que es probable que las fuerzas rusas hayan comenzado a reanudar las operaciones ofensivas hacia Kiev y a continuar su cerco por el oeste –pero a un nivel y una escala menor de lo que habían previsto–.

Sobre la segunda ciudad del país, Járkov, los analistas del ISW consideran poco probable que Rusia intente tomarla mediante una ofensiva terrestre en los próximos días, “pero probablemente seguirá esforzándose por rodearla o evitarla”. Y explican que las fuerzas rusas de Jersón, la primera gran ciudad tomada, parecen estar rodeando Mykolaiv desde el este. Las tropas “pueden intentar desembarcos anfibios en cualquier lugar a lo largo de la costa del Mar Negro desde Odesa hasta la desembocadura del río Bug Meridional” en los próximos días.

Los corredores

Ucrania ha abierto un día más varios corredores humanitarios para llevar suministros y ayudar a los civiles a salir de determinadas zonas mientras las acciones militares, en teoría, se detienen temporalmente.

Ha habido tres corredores en la región de Sumy, al noreste del país, hasta Poltava, uno de ellos desde la ciudad de Sumy. También se han anunciado rutas desde las áreas alrededor de Kiev (Hostomel, Bucha, Vorzel, Irpin y Borodyanka) a la capital, así como de Izium en el este, y desde las ciudades sureñas de Volnovaja y la sitiada Mariúpol (hasta Zaporiyia, en este caso). Y se ha informado de la llegada de autobuses para evacuación y cinco furgonetas con ayuda humanitaria a Energodar. 

La de Sumy es una de las rutas que parece que más están funcionando. Según el gobernador regional, han salido 3.250 coches particulares y 83 autobuses de Sumy por el corredor, más de 20.000 personas.

Unas 3.000 personas han logrado salir de Izium –región de Járkov–, según la viceprimera ministra ucraniana Iryna Vereshchuk. También se entregó un cargamento de ayuda humanitaria con alimentos, productos de primera necesidad y suministros.

Vuelve a fracasar el corredor de Mariúpol. Vereshchuk ha dicho que un convoy humanitario que intentaba llegar a la ciudad ha tenido que darse la vuelta debido a los combates y que no han podido llevarse a cabo evacuaciones de civiles. El Ayuntamiento ha seguido denunciando bombardeos este jueves y Kuleba ha dicho que en su reunión con su homólogo ruso ha insistido sin éxito en la necesidad urgente de permitir que llegue la ayuda humanitaria para Mariúpol y un alto el fuego de 24 horas.

Ucrania y Rusia acordaron por primera vez el 3 de marzo establecer corredores humanitarios, pero su aplicación hasta la fecha ha sido lenta y limitada entre acusaciones de violaciones del alto al fuego. Moscú ha culpado estos días a Kiev de que las operaciones de evacuación de civiles no den resultados y este miércoles dijeron que la parte ucraniana ha aprobado solo tres rutas de las diez propuestas por Rusia. A comienzos de semana, las autoridades ucranianas habían rechazado las propuestas rusas porque varias de las rutas canalizarían a las personas hacia Rusia o su aliado Bielorrusia.

Las víctimas

El número total de víctimas sigue sin estar claro y las cifras reales son, casi con seguridad, mayores a las conocidas. Los últimos datos de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos elevan a 1.506 las víctimas civiles, entre ellas 549 muertos –41 de ellos menores– y 957 heridos desde el 24 de febrero. La mayoría han sido causadas por “armas explosivas con una amplia área de impacto, incluyendo bombardeos de artillería pesada y sistemas de misiles de lanzamiento múltiple, y ataques aéreos”.

Las estadísticas todavía no incluyen las cientos de víctimas que han denunciado ciudades como Volnovaja, Izium, y también Mariúpol, donde las autoridades locales dicen que han muerto más de 1.200 personas en los ataques.

Cientos de miles de personas continúan escapando en busca de seguridad. La agencia de la ONU para los refugiados (Acnur) calcula que más de 2,3 millones de personas han huido a los países vecinos desde el comienzo de la invasión. La enorme mayoría, casi 1,4 millones, ha llegado a Polonia, pero también a otros países que comparten frontera como Hungría, Moldavia, Rumanía, Eslovaquia y Rusia.

En declaraciones a la televisión ucraniana, el alcalde de Kiev ha asegurado que la mitad de la población de la ciudad ha huido desde el inicio de la ofensiva rusa.

Antes del ataque al hospital de Mariúpol, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había verificado 18 ataques contra la atención médica en Ucrania durante la invasión.



Los militares ucranianos aseguran que Rusia ha perdido más de 12.000 efectivos, no está claro cuántos de ellos están prisioneros. Moscú informó la semana pasada de las primeras bajas, aunque varias veces menores que las que contabiliza Ucrania: 498 militares rusos muertos y casi 1.600 heridos. El nivel de bajas entre las fuerzas ucranianas está menos claro.

En su cálculo de las pérdidas rusas, Ucrania afirma haber destruido 335 tanques, 1.105 vehículos blindados, cerca de 180 sistemas de artillería y de lanzamiento múltiple de misiles (MLSR), 130 aviones y helicópteros, así como varios barcos y aviones no tripulados, entre otros. El Ministerio de Defensa ruso ha dicho que se han destruido más de 2.581 elementos de la infraestructura militar ucraniana, informó este martes Interfax.

En Rusia, desde el comienzo de la ofensiva, las autoridades han detenido a 13.836 personas en protestas en contra de la guerra, según informa OVD-info, organización especializada en el seguimiento de arrestos y la defensa de detenidos. 

Las sanciones

El aislamiento económico, diplomático y político de Moscú sigue creciendo. El Ministerio de Exteriores ruso ha dicho que “ya no participará” en el Consejo de Europa, criticando, a su juicio, la deriva “hacia la destrucción” de la que es la principal organización en defensa de los derechos humanos del continente, fundada tras la Segunda Guerra Mundial. La decisión supone que Moscú se desvincularía del Convenio Europeo de Derechos Humanos y genera dudas sobre el futuro de la moratoria de la pena de muerte en el país, según medios rusos.

Reino Unido ha congelado los activos de siete empresarios rusos, entre los que se encuentra el propietario del club de fútbol Chelsea, Roman Abramovich.

La Cámara Baja de Estados Unidos ha aprobado un gran paquete de gasto que incluye 13.600 millones de ayuda para Ucrania.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se han reunido en una Cumbre en Versalles en la que analizarán su respuesta a la invasión rusa.

Putin ha dicho que Rusia ya ha soportado sanciones en el pasado. ″Al igual que superamos estas dificultades en los años anteriores, las superaremos ahora“, ha dicho en una reunión televisada con miembros del Gobierno. Sin embargo, ha reconocido que las sanciones crean ”ciertos desafíos“.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha anunciado la llegada este viernes de un avión fletado por el Ministerio de Defensa que trasladará a España a 30 niños ucranianos enfermos, con “cáncer o enfermedades pediátricas” para ser atendidos en la sanidad pública. Informa Gabriela Sánchez.

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