Pocas opciones de acuerdo sobre Ucrania en una cumbre de la UE que tocará por primera vez la crisis de la vivienda

Los líderes europeos se vuelven a reunir en Bruselas este jueves con el objetivo de romper los vetos que se ciernen sobre políticas fundamentales como el apoyo y la financiación de Ucrania frente a Rusia o la diatriba entre los objetivos contra el cambio climático y los intereses empresariales. A pesar de la voluntad de tratar de cerrar acuerdos y de que las instituciones de la UE pretenden quitarse de encima la losa de inactividad que le persigue, en este Consejo Europeo se van a volver a poner de manifiesto las costuras rotas de una Unión Europea donde los intereses nacionales y la sombra de Rusia complican el consenso. Un diplomático resume la situación: “No se espera que se cierre ningún acuerdo en esta cumbre”. Como punto positivo, este va a ser el primer Consejo en el que se va a tratar el problema de la vivienda.

Finalmente, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, acudirá a la cumbre con los líderes europeos, aunque no se espera que se lleve algo más que grandes discursos de apoyo. La medida principal de apoyo financiero y armamentístico a Ucrania sigue paralizada. Aunque fuentes diplomáticas aseguran que hay avances, la utilización de los 184.000 millones de activos rusos congelados, que están en Bélgica, como préstamo a Ucrania para financiar sus necesidades armamentísticas “no está resuelto”.

Un diplomático explica que “todavía hay que aclarar las garantías que los estados miembros tienen que dar por esos préstamos a Ucrania y hacer una evaluación de los riesgos y la responsabilidad de cada país si se utilizan los activos congelados rusos en caso de que Rusia inicie un procedimiento y vaya a los tribunales internacionales”. El país que estaba poniendo más pegas para sacar esta medida es Bélgica, ya que Euroclear, la empresa depositaria de los activos rusos congelados, tiene su sede en este país.

Fuentes diplomáticas entienden las reservas de Bélgica: “Estamos hablando de 184.000 millones, que es el 27% del PIB de Bélgica, es necesario que se minimicen los riesgos y la responsabilidad para construir la arquitectura de los préstamos a Ucrania”. Además, otro diplomático recuerda que si la propuesta pasa por comprar directamente con ese dinero armamento para Ucrania, “hay tres países en la UE que en su Constitución han recogido que son neutrales (Austria, Irlanda y Malta), con lo que también hay impedimentos de naturaleza constitucional”. En este punto, fuentes del Gobierno de España puntualizan que la responsabilidad debe ser compartida y que las garantías para minimizar el riesgo del préstamo deberían ser mutualizadas a través del Presupuesto europeo.

La cuestión de la financiación del Ejército de Ucrania llevará buena parte de las discusiones y más aún de los discursos, que serán mayoritariamente de apoyo, pero no habrá decisiones sólidas. Un diplomático explica la dicotomía: “Cinco estados miembros de la UE están pagando más de la mitad del apoyo militar a Ucrania, solo cinco países. Si todos compartiéramos la carga como dijimos en su momento habría problemas, pero no por dinero. Un país como Dinamarca contribuye 20 veces más per cápita que algunos estados miembros muy grandes”. También se discutirán los futuros planes para fortalecer la defensa de la UE.

Además, se va a abordar cómo incrementar la vigilancia y el control de la flotilla rusa en la sombra (barcos que Rusia utiliza para evadir las sanciones internacionales, dedicados especialmente al transporte de petróleo), aunque no se ocultan los condicionamientos legales. Fuentes diplomáticas explican que “en este tema da la impresión de que siempre estamos un paso detrás. Vamos a buscar fórmulas para que la lista de sanciones a buques sea más amplia, que haya más de 400. También se pretende que las sanciones lleguen a embarcaciones con registros de bandera falsa y se va a poner sobre la mesa tomar medidas contra los puertos que dejen recalar a estos petroleros, pero esto ya se intentó en el pasado y no fue posible”.

El decimonoveno paquete de sanciones contra Rusia ha visto finalmente la luz. Hasta el momento, la Hungría del ultranacionalista Viktor Orbán ha sido el país que había puesto todas las zancadillas a los castigos contra Rusia por invadir Ucrania, pero ahora que parece que Orbán ha decidido mirar hacia otro lado le ha salido como aprendiz el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, quién avisó este lunes: “No estoy interesado en tratar nuevos paquetes de sanciones contra Rusia hasta que vea, en las conclusiones de la cumbre, instrucciones de la Comisión Europea sobre cómo abordar la crisis en la industria automotriz y los altos precios de la energía que están haciendo que la economía europea sea completamente no competitiva”.

Competitividad vs cambio climático

Precisamente, la industria del automóvil es el núcleo que puede bloquear los avances de la agenda verde que se acordaron la legislatura pasada. En esta cumbre se va a tratar de consensuar medidas que impulsen la competitividad de la economía europea y el proceso de simplificación para reducir las cargas burocráticas de las empresas con los objetivos contra el cambio climático. Alemania lidera al grupo de países junto a Italia, Austria, Eslovaquia, Polonia y la República Checa que quieren cambiar el objetivo de emisiones cero de los vehículos de combustión para 2035. España y Francia abogan por mantener la prohibición de vender vehículos de combustión en 2035.

El debate es si se tienen que mantener los objetivos o si deben estar marcados por “condiciones habilitantes” como medidas financieras, la situación del mercado o el cómputo de emisiones. Fuentes del Gobierno de España apuntan que “la competitividad y la transición verde deben ir de la mano y que la propuesta de España es ”defender la hoja de ruta para alcanzar el 90% de descarbonización para el año 2040“. Las espadas están en alto y, de momento, parece que la balanza se torna hacia los intereses de la industria.

También se va a hablar de Oriente Medio, pero con menos intensidad que en otras cumbres. Bruselas ha decidido que prefiere estar a la espera de la implementación del acuerdo de paz en Gaza. Ahora bien, se mantiene que la única salida posible y real al conflicto entre Palestina e Israel es la solución de dos Estados. Además, se van a buscar fórmulas para tratar de hacer llegar la ayuda humanitaria con más rapidez a la franja de Gaza y convertir a la UE en un sujeto activo en la reconstrucción de esta zona de Palestina destruida por el Ejército israelí.

La vivienda entra en la agenda

Además, por primera vez el problema de la vivienda se tocará en un Consejo Europeo. El Gobierno de España asegura que es mérito suyo que la vivienda llegue hasta Bruselas para que se busquen soluciones. La Comisión Europea está preparando el Plan Europeo de Vivienda Asequible y se va a crear el Comité Especial sobre la Crisis de la Vivienda en la UE en el Parlamento Europeo. La vivienda entrará en el debate de los 27 países que forman la Unión, pero no se espera que haya decisiones de calado en este tema.

Pedro Sánchez quiere que los líderes de la UE introduzcan la crisis de la vivienda que atraviesa el continente entre las prioridades del club comunitario y el Consejo Europeo tocará el asunto por primera vez. El presidente del Gobierno aprovechará para pedir a la UE medidas concretas, entre ellas herramientas para frenar la especulación y fondos para la construcción de vivienda protegida.

Sánchez ha pedido a la UE que se articulen medidas legales para que se pueda poner freno a la compra de vivienda para no uso residencial“, aunque no ha profundizado en qué tipo de iniciativas se podrían poner en marcha. También ha reclamado ”palancas para poder actuar sobre las zonas tensionadas están viendo como crece exponencialmente el precio de la vivienda y que se habilite un fondo para la construcción de vivienda protegida“.

La intención de los líderes de la UE es apremiar a la Comisión Europea a que adelante el plan de vivienda al que se comprometió Ursula Von der Leyen y que pretendía dilatar hasta 2026.

Hay otros dos asuntos que no se van a abordar directamente, aunque han sido polémicos en los últimos días: no están en el orden del día ni la eliminación del cambio de hora que propuso el presidente Pedro Sánchez ni tampoco China. A pesar del papel relevante del gigante asiático con las medidas que ha tomado para controlar los minerales críticos y que entre los 27 países de la Unión la seguridad económica está en el centro de la agenda, China no estaba entre los puntos a discutir en la cumbre.