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MAPA

Reapertura de colegios en el mundo: del fracaso israelí al éxito de Dinamarca

Javier Biosca Azcoiti / Ana Ordaz

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El impacto de la pandemia en la educación

Evolución de los cierres de centros educativos en todo el mundo. Haz clic en ▶ o muévete por el cursor para ver la progresión de cierres localizados, cierres nacionales y reaperturas desde febrero

Fuente: UNESCO


Uno de los grandes debates internacionales de la pandemia está siendo la reapertura segura de las escuelas. Más de 1.000 millones de alumnos en todo el mundo (60,5%) viven en países cuyas escuelas permanecen cerradas, según los últimos datos de UNESCO (actualizado el 3 de agosto). A ello hay que añadir los millones de afectados por las reaperturas parciales. El peor momento de la crisis fue la primera semana de abril, cuando prácticamente 1.600 millones de 1.714 (91,3%) vivían en países con un cierre total. 

Actualmente, el mapa del mundo solo muestra algunas manchas aisladas de países en los que la educación ha vuelto a la normalidad. El resto sigue con cierres totales o parciales. En España, este jueves se celebra una reunión entre el Ministerio de Sanidad, el de Educación y las autonomías para abordar el tema. Los especialistas nacionales tienen muchos modelos y medidas en los que fijarse. Algunos más exitosos que otros. A efectos del mapa, UNESCO considera cierre total cuando estos afectan al menos al 70% de los estudiantes entre infantil y secundaria y cierre localizado cuando este afecta hasta el 70% de los alumnos.

* Para más detalle consulta la definición de “cierre parcial”, “cierre nacional” y “reapertura” que hace la UNESCO en su nota metodológica.

“Lo más importante para volver al colegio es que la enfermedad se reduzca en la comunidad. Si la transmisión es baja en la comunidad, si la vigilancia epidemiológica, el rastreo de contactos y la sanidad son buenos, entonces las escuelas pueden reabrir”, ha indicado Mike Ryan, director del Departamento de Emergencias Sanitarias de la OMS. “La vuelta al colegio en contextos de transmisión intensa en la comunidad es muy difícil”, ha añadido.

Sin embargo, buena parte de Europa se prepara para recibir el nuevo curso con cifras récord desde hace meses respecto a nuevos contagios diarios. España es el país europeo con la mayor cifra de contagios por millón de habitantes en los últimos 14 días. La OMS sabe que este tema ha sido uno de los principales debates del verano y por eso ya advirtió a los representantes políticos para no convertirlo en un “partido de fútbol”.

En Estados Unidos, por ejemplo, el presidente Trump amenazó a principios de julio con cortar la financiación a los gobernadores que no abran las escuelas en otoño. “El coste social de niños y familias de mantener las escuelas cerradas es mayor que los riesgos que presenta la reapertura segura”, afirmaba un comunicado reciente de la Casa Blanca. “Los menores tienen un riesgo muy pequeño de sufrir una enfermedad grave o muerte por COVID-19, mucho menos que los adultos e incluso menos que por la gripe estacional”, añadía el comunicado. Hasta tal punto llegó el debate, que el gobernador de Florida incluso comparó la operación de vuelta a clase con la misión para matar a Osama Bin Laden.

El fracaso en Israel

Israel fue uno de los primeros países en reabrir las escuelas a mediados de mayo. Era uno de los ejemplos de cómo se podía doblegar la curva, pasando de un pico de 628 nuevos casos al día la semana del 3 de abril, a apenas una veintena el 17 de mayo, día de la reapertura.

Ese mismo día, una madre avisó al colegio de que su hijo había dado positivo. Poco a poco los casos se fueron multiplicando hasta llegar a 154 estudiantes y 26 trabajadores en el mismo centro. Los contagios llegaron también a otras escuelas y el Ministerio de Educación cerró todos los centros con casos. A mediados de junio ya había 635 estudiantes y profesores contagiados y las autoridades habían cerrado 177 escuelas. Cuando acabó el curso había 977 infectados y 22.520 estudiantes y profesores en cuarentena. Se acabaron cerrando 240 centros educativos.

El ministro de Educación del país, Yoav Gallan, ha prometido que el nuevo curso empezaría el 1 de septiembre y que si algún centro presenta casos, no se cerrará por completo, sino que la clase se enviaría a casa para estar en cuarentena. Al inicio de la reapertura se instauraron medidas obligatorias como el uso de la mascarilla, pero tras la llegada de una ola de calor, la imposición se suspendió temporalmente.

Siegal Sadetzki, directora de servicios de sanidad pública, dimitió en julio alegando que las medidas insuficientes en las escuelas y las grandes concentraciones de personas como bodas habían alimentado una “parte importante” de la segunda ola que sufre el país. Actualmente, Israel duplica la media semanal de casos diarios registrados durante el pico de la primera ola de la pandemia (628) con 1.389 nuevos contagios al día. El papel que han jugado las escuelas en este rebrote es difícil de saber, ya que al mismo tiempo que los alumnos volvieron a las clases, Israel había recuperado prácticamente la normalidad.

Éxito en Dinamarca, el primero de Europa

Dinamarca fue el primer país europeo en reabrir gradualmente los centros educativos a partir del 15 de abril. Según datos oficiales recopilados durante las cinco primeras semanas de reapertura, la vuelta al colegio no ha provocado ningún aumento de casos perceptible entre estudiantes y profesores. “No se pueden ver efectos negativos en la reapertura”, afirmó Peter Andersen, doctor del Instituto de Serología de Dinamarca. 

De acuerdo con el estudio, elaborado a finales de mayo, el número de contagios entre la población de cero a 19 años experimentó una tendencia a la baja desde finales de abril, pasando por un pequeño repunte inmediatamente después de abrir. Al estar tan próximo a la reapertura, las autoridades descartaron que este ligero aumento tuviese algo que ver con la vuelta a los centros.

La decisión de la reapertura fue aprobada por el Parlamento y se establecieron varias medidas de seguridad para evitar los contagios: se fijaron “microgrupos” de alumnos, también conocidos como “burbujas protectoras”, los cuales tienen entradas escalonadas, horarios diferentes de comida e incluso se establecieron zonas diferenciadas en el patio de recreo. La mascarilla no es obligatoria para los alumnos, pero todos se tienen que lavar las manos cada dos horas. No se permite la entrada a los padres y las mesas están separadas unas de otras.

En Finlandia las escuelas abrieron a mediados de mayo y a finales las autoridades señalaron que no había ninguna indicación que sugiriese que la reapertura hubiese acelerado los contagios. Tanto en Finlandia como en Dinamarca el asunto se planteó como una cuestión de derechos de los estudiantes.

Seúl vuelve a las clases online

El aumento de casos en Corea del Sur ha obligado a la capital, Seúl, a volver a la educación a distancia desde este miércoles. La medida estará en vigor al menos hasta el 11 de septiembre y dependiendo de la evolución de los contagios. Aun así, esta decisión no se aplica sobre los estudiantes de último curso de bachillerato, los cuales se enfrentan a la prueba de acceso a la universidad.

Desde mayo los centros educativos surcoreanos aplican un sistema por el cual solo un tercio (dos tercios para el bachillerato) de los estudiantes de cada clase pueden asistir simultáneamente de manera presencial (el resto debe asistir online y los turnos para una u otra modalidad rotan a lo largo de la semana). Las medidas dictaminadas este martes llegan después de que 150 estudiantes y 43 profesores hayan dado positivo por COVID-19 en los últimos 14 días en la región de Seúl.

Alemania y la unidad de criterio

Alemania ha iniciado la vuelta al colegio de forma escalonada y dependiendo del calendario escolar de cada land. Los primeros en volver lo hicieron el 3 de agosto en una zona con poca incidencia. La semana siguiente lo hicieron Hamburgo, Berlín y Renania del Norte-Westfalia –el estado más poblado–. 

Respecto a las medidas de seguridad, no existe unidad de criterio. En Berlín, por ejemplo, la mascarilla es obligatoria en patios y zonas comunes, pero no dentro de clase. En Renania del Norte-Westfalia, con el más alto número de infecciones del país, es obligatorio llevarlas en todo el recinto y también durante las clases.

Al menos 41 de 825 escuelas de Berlín han presentado casos de coronavirus entre el profesorado o el alumnado en las dos primeras semanas de clase desde que los alumnos regresaron a las aulas tras el receso estival, según ha publicado esta semana el Berliner Zeitung. El medio señala que hay 37 escuelas en las que al menos una parte del alumnado o profesorado están en cuarentena. Aun así, en la mayoría de los centros solo se ha registrado un único caso, por lo que no hay un importante número de contagios dentro de la escuela.

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