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CLAVES

Quiénes son los candidatos a presidente en Colombia y por qué una victoria de la izquierda sería histórica

Gustavo Petro (i), candidato por el Pacto Histórico, en un debate con Federico Gutiérrez (d), por la coalición Equipo por Colombia, el 23 de mayo en Bogotá

Ayelén Oliva

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Por primera vez en la historia, la izquierda tiene muchas posibilidades de llegar a la presidencia en Colombia. La dinámica política ha estado marcada desde 1958 por un bipartidismo, en que conservadores y liberales se han venido turnando en el manejo del poder político. La confianza en los partidos tradicionales y en sus líderes, sobre todo en el uribismo, se rompió como resultado del ciclo de protestas de 2019, ampliando el margen de oportunidades para la izquierda y nuevos líderes políticos.

Gustavo Petro, candidato por el Pacto Histórico, es el preferido en las encuestas para las presidenciales de este domingo. Ronda el 40% en intención de voto, pero eso no le asegura esquivar la segunda vuelta del 19 de junio. En segundo lugar, se ubica el candidato de la derecha, Federico “Fico” Guitérrez, por la coalición Equipo por Colombia, con un 25%. En tercer lugar en las encuestas está Rodolfo Hernández, un candidato imprevisto, antisistema de corte populista.

Gustavo Petro, la propuesta de izquierda

Petro creció en Zipaquirá, una ciudad ubicada a unos 40 kilómetros de Bogotá y a 450 de Medellín. Fue ahí donde, con 21 años, el ahora favorito tomó junto a un grupo de compañeros de militancia un terreno privado y fundó el barrio Bolívar 83, que repartió entre las personas sin techo. “Eso días jamás los olvidaré porque me ligaron para siempre al mundo de los pobres”, cuenta Petro su libro Una vida, muchas vidas, publicado por Planeta en 2021.

“Pocas fiestas, pocas novias, poco desorden”, escriben las periodistas Laura Ardila y Juanita León, de La Silla Vacía, en Los presidenciables. Desde muy temprano, su vida estuvo dedicada a la política en espacios de izquierda. Petro entró a la guerrilla del M-19, con 17 años, donde se apodó Aureliano. En 1987, con 26 años, pasó a la clandestinidad hasta que dejó las armas en 1990. Terminó la carrera de Economía, en una universidad privada, y a mediados de la década de los 90, durante el Gobierno de Ernesto Samper, fue nombrado agregado diplomático. Estuvo viviendo en Bélgica hasta 1997.

Después de varios cargos legislativos, en 2011, Petro fue elegido alcalde de Bogotá, puesto que terminó antes de tiempo después de que su modelo de recolección de basuras fuera inhabilitado por la justicia. En 2018, asumió el cargo de senador, que todavía mantiene. “En mi opinión, el resultado fue muy importante. Fue mi primera experiencia de gobierno y una experiencia del progresismo a escala latinoamericana”, dice Petro en su libro.

Entre los motivos que explican el crecimiento de Petro está la desmovilización de las FARC después de la firma de los Acuerdos de Paz, que han hecho de la izquierda un actor reconocido. Pero también, esta opción crece como respuesta a la demanda social abierta por el ciclo de protestas de 2019. “La izquierda estaba completamente rezagada porque había como una asociación muy fácil entre 'eres de izquierda, entonces eres guerrillero'. La desmovilización de las FARC convirtió a Colombia en un país más parecido al resto de América Latina”, dice la periodista Juanita León, directora de La Silla Vacía, a elDiario.es en esta entrevista.

Federico Gutiérrez, la opción conservadora

El edificio Mónaco, una mansión de ocho plantas, con cancha de tenis y hasta un búnker, ubicada en el exclusivo barrio de El Poblado de Medellín, fue una de las residencias del narcotraficante Pablo Escobar. Un cuarto de siglo después de su muerte, el 21 de febrero de 2019, el alcalde de la ciudad, Federico “Fico” Gutiérrez, ordenó su demolición y más de 1.700 personas, entre ellos el presidente Iván Duque y los músicos de la filarmónica de Medellín, se acercaron al lugar para ver el derrumbe. La decisión, para algunos, representó un símbolo de lucha contra la impunidad en Colombia. Para otros, un espectáculo político.

Fanático del deporte, maratonista y ciclista, amante de la música de vallenato, el candidato de la colación de derecha Equipo por Colombia, con un 25% en intención de voto, pelea este domingo por entrar a la segunda vuelta en su primera vez como candidato a presidente.

Gutiérrez, de 47 años, llegó en 2016 a la alcaldía de Medellín después de ganarle al candidato del uribismo, Juan Carlos Vélez, por un punto de diferencia. Esa victoria inesperada es una constante referencia en el discurso electoral de Gutiérrez cuando sus adversarios lo quieren pintar como una marioneta del expresidente Álvaro Uribe. Fico se mueve con más autonomía de Uribe que el actual presidente Iván Duque, aunque refleja muchas de sus ideas.

“Fico cree que el narcotráfico es el causante de todos nuestros problemas, que si erradicamos la coca, descabezamos a los cabecillas de las disidencias, vamos a tener seguridad y prosperidad. También propone bajar los impuestos porque 'si a los ricos les va bien, a todo el mundo le irá bien': son todas recetas que se han venido aplicado en los últimos años”, dice la periodista Juanita León.

Fico es una auténtico paisa, como le llaman en Colombia a los nacidos en Antioquia, estudió ingeniería civil en la Universidad de Medellín, fue concejal y alcalde de esa ciudad, el primero en ser elegido por firmas en la calle y no por un partido tradicional. Terminó su mandato con un 82% de popularidad. Durante su paso por el Consejo respaldó a Sergio Fajardo, otro de los aspirantes a la presidencia en estas elecciones y también alcalde de Medellín.

Gracias a la autonomía con la que suele moverse en política, en marzo de este año se presentó en las primarias de la coalición de derechas Equipo por Colombia y le ganó con 2,1 millones de votos, más de la mitad del total, a Óscar Iván Zuluaga, el preferido del expresidente Uribe.

Rodolfo Hernández, la derecha antisistema

En un hotel en Nueva York, Rodolfo Hernández se enteró que había ganado la Alcaldía de Bucaramanga. Las encuestas no le daban ni el 5% de intención de voto. Por eso, este empresario de la construcción no desperdició ni un segundo de su tiempo en esperar los resultados de las elecciones regionales de 2015 que creía perdidas y partió, después de votar, hacia Estados Unidos.

La sorpresa que genera este candidato volvió a repetirse este año cuando, después de meses en el pelotón de los rezagados, consiguió repuntar en las últimas semanas peleando por el segundo lugar, con solo 5% menos que Federico Gutiérrez.

Ingeniero de formación, empresario de la construcción, Hernández gobernó la ciudad de Bucaramanga, capital del departamento de Santander, entre 2016 y 2019, dando a entender que al ser rico no necesita robar fondos públicos.

En sus intervenciones públicas se caracteriza por sus insultos exabruptos y por utilizar frases como que los políticos “son unas ratas”. El ingeniero llegó a la carrera por la presidencia por sus polémicas, por ejemplo, por una entrevista en la que dijo que admiraba a Adolfo Hitler o por golpear a un concejal opositor de Bucaramanga, que terminó con la suspensión de su cargo. De esa forma, Hernández ha logrado interpelar en esta campaña a los sectores populares desencantados con la política, que en las elecciones pasada optaban por los candidatos del Centro Democrático de Álvaro Uribe, pero que hoy no creen en ningún político.

Si bien Hernández, candidato del movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción creado por él, se ha negado a hacer alianzas, su candidatura complica tanto a la derecha, en una primera vuelta, como a la izquierda, de llegar a segunda vuelta.

Sergio Fajardo, el declive del centro

En medio de las elecciones presidenciales de 2018, cuando los colombianos tenían que elegir entre Iván Duque y Gustavo Petro, Sergio Fajardo anunció que se iba a ver las ballenas. “Después del día de las elecciones uno queda muy agotado, eso yo nunca lo había sentido, esa sensación tan tremenda, pero es como si le sacaron toda la energía, todo le duele”, argumentó en ese momento el candidato a presidente de Colombia. “Yo no le di la espalda al país”, dijo Fajardo en diciembre del año pasado, cuando anunció que volvería a pelear por la presidencia.

En estas elecciones, igual que en las anteriores, Fajardo ha querido representar la opción de centro en un país polarizado. Pero los números no son buenos. Habiendo empezado febrero con poco menos del 10% en intención de voto, el candidato por la Coalición Centro Esperanza ha caído tanto en las encuestas que ni las mejores proyecciones lo ubican por encima del 5%.

Este matemático, nacido en Medellín y formado en la Universidad de los Andes de Bogotá, se doctoró en la Universidad de Wisconsin, fue miembro de la comisión facilitadora de paz, llegó en 2004 al cargo de alcalde de Medellín, reconocido por haber bajado los índices de violencia de la ciudad y en 2012 asumió como gobernador de Antioquia.

Fajardo volverá a intentarlo este domingo, con el sabor todavía amargo de no haber conseguido pasar a segunda vuelta en 2018 por 252.000 votos de diferencia con Gustavo Petro.

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