Un consejero de Trump asegura que el entorno de Assange le avisó de las filtraciones sobre Clinton
Una persona muy cercana a Donald Trump ha confirmado que el candidato republicano recibió información del entorno de Julian Assange antes de la publicación por parte de Wikileaks de los correos electrónicos de Hillary Clinton.
Roger Stone, un veterano consejero no oficial del candidato republicano, ha asegurado en una entrevista con the Guardian que un “amigo común” entre él y Julian Assange le proporcionó información y consejos de antemano sobre las filtraciones de los sensibles y embarazosos emails de Clinton y de de sus principales colaboradores en el Partido Demócrata. Stone se refirió a ese “amigo común” como un estadounidense libertario que trabaja en “opinión” en medios de comunicación.
Stone afirma que esta persona, que no quiso identificar, se ha reunido con el fundador de Wikileaks en Londres. Aclara que no está vinculada de ninguna manera con la campaña de Trump, pero sí reconoce que ha estado en permanente comunicación con él, que es un asesor externo del candidato republicano a la presidencia, permitiéndole tuitear y comentar mucho antes algunas revelaciones clave de Wikileaks.
Una fuente cercana a Trump Tower activa en los círculos políticos republicanos también ha contado en the Guardian que una vez Stone presumió de haberse reunido con Assange. Contó también que Wikileaks iba a “caer como una tonelada de ladrillos” sobre Clinton. Stone ha niega rotundamente haberse reunido con Assange (“tu fuente te está diciendo tonterías”, ha respondido en un mail) o haber tenido contacto directo con Assange o cualquier persona de Wikileaks.
A pesar de los tuits y comentarios anticipados de Stone sobre algunas de las mayores filtraciones de Wikileaks, incluyendo las más recientes, que tienen que ver con el jefe de campaña de Clinton, John Podesta, y la Fundación Clinton, Stone, el autodenominado “agitador de la chusma” que también participó en el escándalo Watergate asegura que el FBI no ha contactado con él durante sus investigaciones sobre el hackeo ilegal de correos electrónicos privados de demócratas, y que no está preocupado.
“No hay nada que investigar”, asegura Stone. La administración Obama ha acusado a Rusia de estar detrás de dicho hackeo.
Pero los tuits y comentarios de Stone sobre las revelaciones de Wikileaks le han colocado en el punto de mira. Y esta esta es solo una de las polémicas estrategias con las que el asesor ha jugado su papel de refuerzo externo de Trump, después de haber sido un miembro clave de la campaña republicana durante varios meses el año pasado.
Anticipó los problemas que tendría Podesta
En agosto, justo antes de que Wikileaks publicase los correos de Podesta, Stone tuiteó: “Confiad en mí, pronto Podesta se encontrará entre la espada y la pared”.
Después de que el mes pasado se publicasen miles de emails, Podesta les dijo a los periodistas: “Es una conclusión razonable que el señor Stone sabía, y que la campaña de Trump también, lo que Assange iba a hacer”.
En respuesta a los comentarios de Podesta, Stone contó en el conservador Daily Caller: “Admito que he estado en comunicación con Assange a través de un intermediario. Ellos no me contaron lo que iban a publicar”.
Asimismo, en agosto, Stone dijo en Florida: “Efectivamente, me he comunicado con Assange. Creo que su próxima entrega de documentos pertenecen a la Fundación Clinton pero no se sabe qué puede ser la sorpresa que nos espera en octubre”.
El mes pasado, Wikileaks filtró miles de correos internos sobre la Fundación Clinton, incluidos unos que dejan patente una brecha salarial de género. Pero Stone negó las insinuaciones de Podesta y algunos congresistas demócratas de que quizá había jugado un papel dentro de las revelaciones de Wikileaks o del hackeo, subrayando que no tiene vínculos financieros o clientes en Rusia.
Stone, que dice hablar con Trump una vez a la semana, es un habitual de Infowars y de otros programas de radio conservadores en los que ha desatado teorías de la conspiración y apoya puntos de vista infundados –tal y como hace Trump– sobre que las elecciones están amañadas. “Las elecciones al completo han sido amañadas, incluidos los debates”, insistió Stone en the Guardian.
Con esa premisa, Stone ha liderado un polémico proyecto de encuestas a pie de urna en nueve ciudades que ha sido atacado por expertos independientes por un potencial “ocultamiento de votantes”, además de provocar una demanda de los demócratas. “Es un ejemplo de ocultamiento de votantes de manual, típico de Roger”, señala un miembro del comité republicano que conoce a Stone.
Stone dijo que “apoya totalmente” la posición de Trump de esperar hasta después de las elecciones para decir si aceptará el resultado si pierde. “Dependerá exclusivamente de si los comicios se han llevado a cabo de manera justa”, afirmó.
“Roger opera con una serie de reglas diferentes al resto y su objetivo es desestabilizar”, asegura Peter Kelly, un antiguo socio lobista demócrata. “Trafica con lo insólito”.
Stone fue una joven figura en el juego sucio de Richard Nixon durante la campaña de reelección presidencial en 1972 cuando, con solo 19 años, sacó adelante dos fraudes políticos. Según las audiencias del Congreso sobre el Watergate en 1973, contrató a dos trabajadores del Partido Republicano para infiltrarse en la campaña del demócrata George McGovern e hizo contribuciones para el republicano Pete McCloskey en nombre de la Young Socialist Alliance. Después de que se dieran a conocer las operaciones ocultas de Stone, fue despedido de su trabajo dentro del equipo del senador Bob Dole. Stone tiene un tatuaje de la cara de Nixon en su espalda.
The Guardian intentó sin éxito contactar con Julian Assange en varias ocasiones para comentar si tiene algún vínculo directo o indirecto con Stone.
Traducido por Cristina Armunia Berges