Una política japonesa es obligada a abandonar la cámara municipal por llevar a su bebé
Semanas después de que Ivanka Trump alabara las políticas progresistas de Japón en relación con la participación de la mujer en el mercado de trabajo, una política ha sido obligada a abandonar una cámara municipal tras la oposición de sus compañeros políticos a la presencia de su bebé de siete meses.
El miércoles, Yuka Ogata llevó a su hijo a una sesión de la asamblea municipal de Kumamoto para subrayar las dificultades a las que se enfrentan muchos padres en Japón –principalmente las mujeres– a la hora de compaginar sus carreras con criar hijos, en medio de una falta de plazas en las guarderías.
El presidente de la asamblea, Yoshitomo Sawada, se aproximó al escaño de Yuka Ogata junto a personal de la secretaría, poco después del comienzo de la sesión y exigieron saber por qué había traído a su hijo.
En una fotografía del incidente, el bebé está en brazos de su madre mientras ella responde a Sawada y a sus compañeros.
La conversación transcurrió durante largos minutos hasta que Sawada acompañó a Ogata y a su hijo hasta su oficina, según el periódico Asahi Shimbun. Ogata acabó cediendo y acudió sola a la sesión después de dejar a su bebé al cuidado de un amigo.
Sawada se disculpó por el retraso, pero al parecer un miembro de la asamblea dijo: “Tú no eres quien tiene que pedir disculpas”.
El periódico Asahi publicó que aunque no hay ninguna regla que impida a miembros de la asamblea estar acompañados por un niño, los compañeros de Ogata insistieron en que había que tratarlo como un visitante. Según las normas de la Cámara, los visitantes se tienen que sentar en la tribuna del público.
La experiencia de Ogata ha puesto el foco en la realidad de las madres trabajadoras en Japón ahora que hay un aumento de mujeres entrando en el mercado de trabajo.
El número de niños en lista de espera para guarderías públicas ha aumentado por tercer año consecutivo, según cifras publicadas en septiembre, planteando dudas sobre el plan del gobierno de proporcionar una plaza a cada niño para abril de 2020.
A principios de noviembre, Trump, que compartió escenario con Shinzo Abe, el primer ministro nipón, durante la Asamblea Mundial de la Mujer, alabó sus logros al conseguir que más mujeres se incorporen a puestos de trabajo y mejorar la oferta de guarderías, como parte de la iniciativa “womenomics”, presentada hace cinco años.
El número de mujeres japonesas en puestos directivos se ha duplicado en los últimos cinco años –aunque desde una base muy baja– pero el episodio transcurrido con Ogata pone en cuestión las afirmaciones de Abe, que dijo la cultura de trabajo dominada por los hombres se está haciendo más inclusiva.
La atención internacional se dirigió hacia Japón en 2014 por el trato de las mujeres en el entorno laboral después de que miembros masculinos de la asamblea metropolitana de Tokio dirigieran insultos sexistas a una integrante de la asamblea que dudado del compromiso de la ciudad para ayudar a embarazadas y madres jóvenes.
Ogata, que antes trabajó para la ONU y se formó en Estados Unidos, dice que se vio obligada a actuar tras la falta de progreso en las conversaciones con la secretaría de la asamblea para llevar a su hijo al trabajo.
Empleados de la secretaría dicen que Ogata no informó a la oficina de que tenía la intención de llevar a su hijo a la cámara el miércoles, pero añadieron que reconsiderarán su posición después de lo acontecido.
Traducido por Marina Leiva