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The Guardian en español

El secretario general de la ONU viaja a Moscú mientras aumenta la presión para que se implique en las negociaciones de paz

El secretario general de la ONU, António Guterres, frente a la escultura 'La pistola atada' en la sede de la organización, en Nueva York.

Patrick Wintour

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El secretario general de la ONU, António Guterres, viajará a Moscú para reunirse el martes con el ministro de Exteriores ruso, Sergey Lavrov, y será “recibido” por el presidente ruso, Vladímir Putin, según dijo el organismo internacional en un comunicado este viernes. El anuncio llega después de semanas de presión para que el máximo representante de Naciones Unidas esté más presente en los intentos de mediación en el conflicto, con una petición incluso de ex altos cargos de la organización.

Un grupo de más de 200 personas que ocuparon cargos de gran relevancia en Naciones Unidas enviaron hace unos días una carta a Guterres, advirtiéndole de que, a menos que asuma un mayor compromiso personal y liderazgo en el intento de mediar por la paz en Ucrania, la ONU se arriesga no solo a dejar de ser una entidad relevante sino también a que se cuestione el sentido de su existencia.

Los ex altos cargos, entre los que se encuentran muchos ex subsecretarios de la ONU, instan al secretario general a elevar su perfil y a comprometerse personalmente para garantizar la paz. En la carta, los firmantes recuerdan que Ucrania ha sido invadida por uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y que esto sitúa a la ONU ante una prueba de fuego que amenaza su existencia.

“Lo que nosotros esperamos, también el público general, es una mayor implicación política de la ONU en esta crisis, así como un compromiso público y una respuesta humanitaria de gran envergadura”, señalan. “Queremos ver una estrategia clara para restablecer la paz, empezando por un alto el fuego provisional, así como un despliegue del buen hacer de la ONU en la mediación y la resolución de conflictos”.

Los autores de la carta proponen acciones como “visitas a las zonas afectadas por el conflicto, un diálogo con las partes enfrentadas, incluso el traslado temporal de la oficina del secretario general a Europa, más cerca de unas negociaciones que se necesitan con urgencia”. En su opinión, este tipo de acciones visibilizarían “la determinación de la ONU de abordar esta gran crisis con valentía”.

El ejemplo de sus predecesores

Según los ex integrantes del cuerpo diplomático de la ONU, es preocupante que la mediación en los diálogos de paz haya sido liderada por una gran variedad de actores, como Turquía, Francia, Israel y Austria. En este sentido, recuerdan que durante la crisis de los misiles de Cuba en 1961, el recién nombrado secretario general de la ONU, U Thant, desempeñó un papel importante en la desescalada y posterior mediación del conflicto entre Rusia y Estados Unidos.

Del mismo modo, en los debates diplomáticos que precedieron la primera guerra del Golfo en 1990, el secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, convenció a Estados Unidos para que negociara con Irak. En 2003, la ONU se tomó la tarea de mediación con un compromiso tal que su enviado principal, Sérgio Vieira de Mello, se desplazó a Bagdad y murió en un atentado contra la sede de la ONU.

Entre los autores de la carta se encuentran Jeffrey Feltman, subsecretario general de la ONU para Asuntos Políticos entre 2012 y 2018; Andrew Gilmour, ex secretario general adjunto de la ONU para Derechos Humanos entre 2016 y 2019; Franz Baumann, ex secretario general adjunto de la ONU para la Asamblea General hasta 2015; Ajay Chhibber, ex secretario general adjunto del PNUD; y José Antonio Ocampo, ex subsecretario general de la ONU para Asuntos Económicos y Sociales.

“Hemos decidido alzar nuestra voz por la preocupación que supone el desafío existencial al que se enfrenta Naciones Unidas en esta coyuntura histórica”, escriben. “La invasión rusa de Ucrania socava gravemente el orden global posterior a la Segunda Guerra Mundial. Es la cúspide de una serie de amenazas a la paz y la seguridad de la humanidad, la prosperidad compartida y el respeto a los derechos humanos que encarna la ONU”.

Divisiones en el seno del organismo

Los críticos afirman que Guterres se ha quedado parado por la magnitud de las divisiones entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, así como por las votaciones en la Asamblea General, que han revelado profundas divisiones, incluida la relativa a la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Los partidarios de Guterres afirman que el secretario general de la ONU ha hablado con tanta claridad como le ha sido posible y que ha calificado la invasión de inexcusable y deplorable. Recuerdan que por el cargo que ocupa Guterres tiene que ser prudente.

Los autores de la carta reconocen que ignoran si Guterres está involucrado en alguna mediación entre bastidores. “Sabemos que se preocupa profundamente por garantizar que Naciones Unidas tenga un impacto positivo sobre la humanidad y el planeta, lo que también marcará su legado al frente del organismo internacional”, escriben.

“Por lo tanto, le imploramos que tenga una mayor implicación personal en la guerra de Ucrania, haciendo todo lo que esté en su mano y actuando conforme a las lecciones aprendidas de conflictos anteriores para el cese de las hostilidades y la resolución de conflictos por medios pacíficos”.

“Esta es la razón de ser de Naciones Unidas, que una vez más se enfrenta a una prueba de fuego. Nos horrorizan las consecuencias que podría tener no hacerlo, como que la ONU se vuelva cada vez más irrelevante y, finalmente, sucumba al destino de su predecesora, la Sociedad de Naciones, con las pérdidas humanas y la destrucción material que conllevó su desaparición”. 

Traducción de Emma Reverter

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