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La UE recurre a China para que Putin pare la guerra

El presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, en el Kremlin, en una imagen de archivo.

Andrés Gil / Irene Castro

París / Madrid —

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La Unión Europea está aprobando sanciones contra Rusia y está enviando armas a la resistencia ucraniana. Pero sabe que eso no es suficiente, que el conflicto se está enquistando y que tendrá consecuencias para la ciudadanía europea, “unos costes que hay que pagar”, en palabras del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.

¿Y qué más hace falta? Presión internacional, mediación, diplomacia. Y ahí, en ese contexto, es cuando emerge con fuerza el nombre de China como un elemento clave para hacer que el presidente ruso, Vladímir Putin, pare la guerra. ¿Qué papel cree que puede jugar China en la situación actual? “Es obvio que China tiene una clara influencia sobre Rusia”, decía Borrell recientemente tras una reunión de ministros de Desarrollo de la UE en la que, en paralelo, mantuvo una “larga conversación” con el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi.

“En mi opinión, esto no es mediación”, dice Borrell, “pero es obvio que China tiene una clara influencia sobre Rusia. Hablamos de la situación, sus orígenes y su previsible evolución. Y le pedí a China que use toda su influencia y que sea parte de la iniciativa diplomática para tratar de lograr un alto el fuego inmediato, y que las negociaciones se lleven a cabo correctamente”.

Según el alto representante para la Seguridad y Cooperación, “es obvio que China puede desempeñar un papel. No digo de mediadora, porque es obvio que está mucho más cerca de la posición de Rusia, pero sí puede jugar un papel influyente porque China sigue siendo una gran potencia mundial y sus lazos de amistad y de puntos de vista con Rusia son ​​muy evidentes”.

“Es un país que puede jugar un papel muy importante, si quiere, en la búsqueda de una solución diplomática para el final de la crisis”, sentencia Borrell, quien en una entrevista en El Mundo afirmaba: “La diplomacia no puede ser solo europea o estadounidense, aquí tiene un papel que jugar la diplomacia china. (...) No hay alternativa. No podemos ser nosotros los mediadores, es obvio. Y no puede ser EEUU: ¿Quién si no? Debe ser China, confío en ello. Ni lo hemos pedido ni lo han pedido ellos, pero como tiene que ser una potencia y ni EEUU ni Europa lo pueden ser, China podría serlo”.

Mientras tanto, este jueves los ministros de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, y de Rusia, Serguéi Lávrov, han iniciado en Turquía la reunión a más alto nivel desde que empezara la invasión rusa hace dos semanas. Los dos ministros llegaron el miércoles por la noche al balneario de Belek en la provincia de Antalya y el anfitrión de la reunión, el responsable de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, mantuvo a primera hora de este jueves una reunión con la delegación ucraniana y a continuación con la rusa. El encuentro arrancó, con gran expectativa política y mediática, momentos después de las 11.00 hora local (9.00 hora peninsular española), en formato tripartito.

China pide “moderación”

Este mismo martes, el presidente chino, Xi Jinping, ha pedido “máxima moderación” en Ucrania. En una conversación con su homólogo francés, Emmanuel Macron; y con el alemán, Olaf Scholz, trasladó que los tres países deben apoyar las conversaciones de paz entre Moscú y Kiev, según informó la cadena estatal CCTV y recoge Reuters.

Xi Jinping describió la situación en aquel país de “preocupante” y afirmó que la prioridad es evitar que “se salga de control”. “China está dolida por ver que las llamas de la guerra se reavivan en Europa”, cita la CCTV. El mandatario chino habría mostrado también su preocupación por el impacto de las sanciones “sobre la estabilidad de las finanzas globales, la energía, el transporte y las cadenas de suministro”.

El ministro de Exteriores de China, Wang Yi, afirmó este lunes que su país “ya está mediando” en el conflicto de Ucrania y que hará esfuerzos para ofrecer asistencia humanitaria, la cual “no puede politizarse”.

Hasta ahora, China, que evita utilizar la palabra “invasión”, ha mantenido una posición ambigua respecto al conflicto e insiste tanto en “el respeto a la integridad territorial de todos los países” como en la atención que se debe prestar a las “demandas de seguridad legítimas” de Rusia. No obstante, se abstuvo tanto en el Consejo de Seguridad como en la Asamblea de Naciones Unidas en la condena a la invasión rusa.

Esperanza del Gobierno español en China

En el Gobierno español hay una cierta esperanza en el papel que pueda jugar China. “Es interesante ese movimiento”, reconocía Pedro Sánchez en una conversación informal con periodistas en el viaje a Letonia en el que acompañó al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en su visita a la base militar de Adazi junto a su homólogo letón, Arturs Krišjānis Kariņš, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Sánchez reconoce que están a la expectativa de si esa “intermediación de países que reconoce Putin”, como China o Turquía, puede surtir efecto. 

En Moncloa creen que es una oportunidad la posición que ha tenido el gigante asiático. Fuentes gubernamentales aplauden el respeto planteado para los corredores humanitarios, “aunque sea algo básico”, admiten. En el Gobierno español están convencidos, además, de que a China no le viene bien la guerra ni las consecuencias que de ella se derivan. Aunque mantiene a Rusia como uno de sus principales aliados, las fuentes consultadas recuerdan que para China es mucho más importante el comercio con el conjunto de países de occidente que con Rusia. Otra clave que ven en Moncloa para que China no se encuentre cómoda con la situación es la celebración este año del congreso del Partido Comunista de China, que va a suponer la “entronización” de Xi Jinping.

La UE acelera en defensa

Mientras la UE se intenta encomendar a China para detener la guerra en Ucrania, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 se reúnen este jueves y viernes en París para abordar un asunto que ha tomado una nueva perspectiva al calor de la guerra: la política de defensa europea, así como reducir la dependencia energética con Rusia, país al que cada día llegan 600 millones de euros por el gas que vende a la UE.

Así, los 27 hablarán sobre cómo “reforzar las capacidades en Defensa”, de acuerdo con la carta de invitación del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. En el borrador de conclusiones al que ha tenido acceso elDiario.es, se recoge que “la relación transatlántica y la cooperación UE-OTAN son fundamentales” para la seguridad europea. Al tiempo, se afirma que es necesario “invertir decididamente más y mejor en capacidades de defensa y tecnologías innovadoras”. Así, los 27 defienden “aumentar sustancialmente los gastos de defensa”, “desarrollar más incentivos para estimular las inversiones de los Estados miembros en proyectos conjuntos”; “fortalecer y desarrollar la industria de defensa europea”; “apoyar a los socios a través de todos los instrumentos disponibles, incluido un mayor uso del Fondo Europeo para la Paz [que se está usando ahora para enviar armas a Ucrania]”.

Además, el borrador de conclusiones afirma que “la próxima brújula estratégica [la strategic compass diseñada por Borrell que incluye una fuerza de intervención rápida de 5.000 soldados] proporcionará orientación en seguridad y defensa para hacer de la Unión Europea un actor de seguridad más fuerte y más capaz”.

“Nuestro entorno está rodeado por un círculo de fuego alimentado, entre otros, por Rusia, en el Cáucaso, en Siria, en el Sahel”, decía Borrell este miércoles en el Parlamento Europeo en un debate sobre la situación en Ucrania en el que ha participado la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas: “Los europeos necesitan enfrentar los desafíos que no hemos buscado, pero que el mundo proyecta sobre nosotros. Y Ucrania es el primero. Corten el gas en sus casas. Comprometámonos más en una defensa colectiva, que es una obligación de los tratados y a la que hemos prestado demasiada poca atención hasta ahora”.

Borrell, además, ha afirmado en su discurso: “Todos preferimos la mantequilla a los cañones, pero los países de la UE gastaban hace 50 años el 4% de su PIB en defensa, y ahora están en el 1,5% de su PIB. Los dividendos de la paz se dedicaban al Estado del bienestar, pero ahora hay que explicar que nuestro sistema de vida tiene un precio, que tenemos Europa como un jardín a la francesa, y fuera la jungla crece. Y si queremos que no nos invada el jardín, debemos cuidarlo y defenderlo”.

“Los europeos necesitan que el ruido de las bombas a las cinco de la madrugada de hace 15 días al caer sobre Kiev les despierte de su sueño de bienestar”, ha sostenido el jefe de la diplomacia europea en el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo. 

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