Altos cargos de EEUU han insistido este domingo en que Washington no busca un cambio de régimen en Rusia y han intentado matizar las declaraciones del presidente estadounidense, Joe Biden, quien el sábado proclamó que su homólogo ruso, Vladímir Putin, no debe seguir en el poder.
Fueron apenas unas palabras al final de un discurso de 27 minutos en Polonia. “Por el amor de Dios, este hombre no puede permanecer en el poder”, expresó Biden. La frase no estaba en el texto que le habían preparado sus asesores y, enseguida, la Casa Blanca se apresuró a dejar claro que Biden no había anunciado un cambio en la política exterior de Estados Unidos, que ha hecho todo lo posible para evitar ser acusado de injerencia en los asuntos internos rusos.
En concreto, un funcionario de la Casa Blanca dijo a los periodistas que Biden no quería referirse al “poder de Putin en Rusia”, sino solo subrayar “que no se puede permitir” que el líder ruso “ejerza su poder sobre sus vecinos en la región”.
Los intentos para rebajar la fuerza de las palabras de Biden han continuado este domingo. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, de visita en Israel, ha afirmado que su gobierno “no tiene como estrategia un cambio de régimen en Rusia” y repitió la línea oficial de la Casa Blanca: Biden no se refería a sacar del “poder” a Putin, sino a que no debe ser “empoderado” para librar una guerra en Ucrania.
Dentro de EEUU, la oposición republicana ha aprovechado este domingo para criticar a Biden, quien ha llegado a describirse a sí mismo como una “máquina de meteduras de pata” por decir directamente lo que piensa.
Información de EFE.