Ante la gran expectación de los manifestantes, un escalador ha subido por una de las farolas modernistas del Passeig de Gràcia de Barcelona para instalar una gran kufiya.
La marcha, que ha parado hasta ver ondear el pañuelo, se ha reprendido entre vítores y cánticos: “Las tierras robadas serán recuperadas”.
Las decenas de miles de asistentes a la manifestación han seguido bajando la céntrica avenida, acompañados de batucadas y en un ambiente festivo y reivindicativo.
Por Sandra Vicente