Una gala emotiva y reivindicativa por los derechos humanos: así han sido los Premios Diké de Castilla-La Mancha
Las Cortes de Castilla-La Mancha han entregado sus primeros galardones 'Diké' sobre Derechos Humanos. Una celebración que ha tenido lugar el día homónimo en el Palacio de Benacazón de Toledo. La ceremonia comenzaba a las 18:45 horas, en unos premios que tienen como objetivo “reconocer la labor de personas, instituciones, colectivos o medios de comunicación que, por su labor o actividad, contribuyen de manera relevante a la lucha contra la injusticia, la defensa de los Derechos Humanos y la promoción de actividades de extensión democrática y convivencia”, según detallan desde la organización.
La gala de premios ha sido conducida por la presentadora y actriz Laura Galán, natural de Guadalajara, que ha destacado que el nombre de estos premios viene introducido por la diosa griega Diké, deidad que representa la justicia divina y que simboliza “simboliza la vigilancia sobre las acciones humanas para asegurar que prevalezcan la verdad, la equidad y la virtud en contraposición a la falsedad, la corrupción y la injusticia que muchas veces se cometen en el ámbito social y político”.
A la llegada de los asistentes se han entregado unas flores fabricadas en tela por una cooperativa de mujeres en Kenia, unas flores que según Galán huelen a “justicia, empoderamiento e igualdad”, porque ha permitido a estas mujeres “reunirse, organizarse, formarse, realizar un trabajo digno y obtener un salario justo por su trabajo”.
La ceremonia continuó con la interpretación del cantautor toledano Carlos Ávila, que interpretó el tema 'Houston', una alegoría a la frase pronunciada por el astronauta del Apolo 13, Jack Swigert en la década de 1970, “Houston, tenemos un problema”.
Una canción que con versos como “no tenemos un problema solamente, que ayer anduve por toda la ciudad buscando vida y vi solo muerte”, que puede hacer referencia a la situación que sufren muchas personas en el mundo. Un adelanto en exclusiva de su próximo disco, y que hace un llamamiento en su canción, finalizando con los versos “¿Hay alguien ahí? ¿Hay alguien ahí?”, en una reivindicación como llamada de atención ante las injusticias.
Los condecorados y condecoradas
En primer lugar, la agencia de las Naciones Unidas para las personas refugiadas de Palestina (UNRWA, en sus siglas en inglés) ha recibido el galardón que distingue la labor en el ámbito internacional, con siete décadas de trayectoria en Oriente Medio, pero con “una labor especial durante los últimos meses en el genocidio en Gaza, tanto por su trabajo sobre el terreno de atención humanitaria como la documentación de los terribles hechos que están sucediendo”, destacan desde la organización de los premios.
En este caso ha recogido el premio Raquel Martí, directora ejecutiva de UNRWA España. Martí ha hecho una radiografía sobre la situación actual en la Franja de Gaza, donde más de 12.000 voluntarios y voluntarias trabajan día a día en el terreno. “Lo recojo en nombre de nuestros equipos, de las 12.000 personas que trabajan ahora en Gaza y en memoria de los más de 380 compañeros y compañeras asesinadas mientras cumplían con su labor humanitaria”, ha expresado.
Ha señalado que cada uno de ellos “encarna el compromiso, la entrega y la dignidad con la que trabajan día a día” y que este premio simboliza “el compromiso de la sociedad de Castilla-La Mancha con el pueblo palestino” y porque constituye “un ejercicio de solidaridad frente a la violenta campaña de desinformación y criminalización que ejerce el gobierno de Israel”.
Ha destacado que en Gaza se vive en la actualidad una situación “insoportable” en la que detrás de cada cifra “hay un rostro, un nombre, una historia o una familia que ha sufrido lo inenarrable”. La Franja de Gaza es un lugar donde “las escuelas están arrasadas, los hospitales desbordados viviendas reducidas a escombros y una infancia que intenta seguir siéndolo en medio del trauma y la devastación”. Un lugar en el que “sobrevivir es una carrera de fondo”.
Raquel Martí ha criticado que el alto al fuego “es frágil”, donde desde que se pactó “han sido asesinadas más de 350 personas y más de 900 heridas” a pesar de tratarse de un contexto de tregua. Y es que en el conflicto ya han perecido más de 70.000 personas, “sin contar los miles de cadáveres que continúan bajo los escombros”
Finalmente ha agradecido este reconocimiento, sobre todo porque “hay sociedades que se niegan a mirar hacia otro lado y que siguen defendiendo la verdad. Hay personas, grupos políticos y colectivos que sostienen el principio más elemental de todos y que sigue siendo necesario recordar. La dignidad humana no es negociable”
Las localidades de Villamalea y Tarazona de la Mancha
Por otro lado, la categoría que reconoce la labor por los derechos humanos en el ámbito nacional ha fijado su atención en los municipios albaceteños de Villamalea y Tarazona de la Mancha, por ser “ejemplo de integración de la amplia y diversa comunidad extranjera en sus pueblos a través de iniciativas municipales, del trabajo de sus servicios sociales y de la implicación de las entidades sociales y los vecinos y vecinas en iniciativas que mejoran la convivencia”, apuntan desde las Cortes regionales.
En primer lugar, el alcalde de Villamalea, José Núñez Pérez, ha querido reconocer el esfuerzo de todas las personas que han hecho posible recibir este premio, desde sus compañeros y compañeras del Ayuntamiento, de servicios sociales y asociaciones locales, pero también a los vecinos y vecinas que son “gente humilde y trabajadora, solidaria y empática”. Se trata de un reconocimiento para un “pequeño pueblo en tamaño, pero inmenso en valores”.
Núñez ha explicado que en este municipio, conocido con el sobrenombre de ‘Pueblo de las 32 nacionalidades’, tiene un largo historial de personas locales que en el siglo XX emigraron a ciudades europeas. “Ahora convivimos 32 nacionalidades que sostienen nuestra economía y enriquecen nuestra vida social y cultural. Su aportación es imprescindible. Villamalea late al ritmo de sus manos, igual que hace medio siglo latió la industria europea al ritmo de las de villamalenses que no les quedó más remedio que migrar”.
Por otro lado, ha querido hacer hincapié en la importancia de crear políticas “eficaces” que favorezcan la integración, porque la “España vaciada no se defiende desde un atril, sino con políticas que permitan vivir, trabajar, emprender, estudiar y envejecer en los pueblos”.
Por su parte, el alcalde de Tarazona de la Mancha, Miguel Zamora ha querido agradecer a todas las personas que han hecho posible que estén en Toledo recogiendo este premio, pero haciendo especial hincapié a los 60 vecinos y vecinas que le han acompañado presencialmente en el acto.
Ha señalado que “escribir la historia con nuestras acciones, aunque sea solo con el objetivo de que las generaciones posteriores echen la vista atrás y sientan orgullo del tiempo pasado, y crear sinergias que contribuyan a vivir mejor ente nosotros, con cohesión y convivencia”.
Por otro lado, ha querido expresa que en Tarazona fueron de los primeros municipios “en llevar al pleno municipal la matanza que se empezaba a atisbar en Gaza, y alguien preguntó si servía de algo. Pues hemos visto que, denuncia tras denuncia, las pequeñas acciones han desembocado en un clima de repulsa social para el genocidio de Gaza que ya se reconoce a nivel internacional”. Un hecho al que han sumado la moción aprobada el pasado mes de septiembre sobre la regularización de las personas migrantes, junto a Villamalea.
A nivel anecdótico, para explicar de dónde vienen, Miguel Zamora ha señalado que en Tarazona de la Mancha que es un pueblo “sin complejos” en el que “festividades como el carnaval ni la dictadura franquista pudo prohibir como manifestación cultural y de denuncia social, lo que dice bastante de quienes somos y de donde venimos”.
Por último, ha querido reconocer la labor del trabajador social Floren Alfaro por su ayuda y que es en definitiva “el artífice de que estemos hoy aquí”. Una persona que le ayudó “mucho en aquellos tiempos cuando soñábamos con construir un mundo mejor, y que se embarcó en la tarea del servicio público como concejal”, y que le transmitió que “no tengas miedo en hacer según que cosa, porque estamos en el lado bueno de la historia”.
La artista Rozalén y su compañera Beatriz Romero
Una última categoría centrada en la difusión de la cultura de los derechos humanos reconoce a la artista albaceteña María Rozalén por “su trabajo sobre los escenarios -aunque también por su compromiso social como personaje público- en aspectos como la igualdad de género, la visibilidad de la discapacidad o su adhesión al pacifismo, la memoria democrática y otras causas de justicia social”. Además, recibe una “especial mención” Beatriz Romero, compañera artística de Rozalén y encargada de interpretar sus canciones en lengua de signos.
Rozalén, que anunciaba hace unos días un parón en su carrera, no ha podido estar presente en la entrega del premio, pero a través de un vídeo en diferido ha querido, primero disculparse por su ausencia y después agradecer el reconocimiento, señalando que le “emociona muchísimo que me hayáis tenido presente en algo con relacionado con la lucha de los derechos humanos, en este tiempo en el que tantas veces estamos viendo como la vida de algunos seres humanos parece no tener valor”.
En su lugar, el premio Diké ha sido recogido por la intérprete Beatriz Romero que a la hora de pronunciar su discurso se ha pronunciado tímida, explicando que no suele “hablar en público en castellano”. Ha señalado que “es necesario pararnos y enfocar las injusticias”, porque “los derechos universales pertenecen a todas las personas, a las personas de Palestina, a las mujeres de Afganistán”, por ejemplo.
Romero ha reivindicado que “los derechos humanos son inalienables porque no se pueden renunciar o quitar, pero estamos viendo que se están quitando, lejos y cerca”, y ha puesto de ejemplo el derecho a la educación, donde “es importante que las personas puedan acceder sin importar la lengua que utilicen” como “las personas sordas, que muchas veces no pasa”.
Ha finalizado explicando que le “alegra especialmente que haya gente que está peleando porque los pueblos sean lugares en los que convivir, porque cuando se convive y somos conscientes de la diversidad creo que todo el mundo avanzamos mucho mejor”.
Pablo Bellido: “No hay democracia sin derechos humanos”
El cantautor Carlos Ávila ha interpretado otro single inédito, que formará parte de su nuevo disco. Una canción titulada 'Quien la probó, lo sabe' que “habla de la libertad”, según ha expresado el artista. Ha reivindicado que le molesta “enormemente el uso torticero que se hace desde alguna presidenta de comunidad autónoma o presidente de país latinoamericano sobre el concepto de libertad, que está muy por encima de los seres humanos, como si fuera un principio general del derecho. La libertad no es algo que hacemos los humanos, eso son códigos o constituciones, y tiene un respeto enorme”.
Una canción que ha finalizado con los versos Eso es libertad, quien la probó lo sabe, haciendo referencia al poema de Lope de Vega al que el artista ha señalado que pide que le “perdone por el plagio”.
El acto se ha clausurado con un discurso del presidente de las Cortes regionales, Pablo Bellido que ha agradecido a los condecorados y condecoradas “de todo corazón por construir un mundo mejor”, así como a todas las personas que han hecho posible estos reconocimientos.
Bellido ha explicado que “no hay democracia sin derechos humanos”, porque la propia Constitución Española en sus tres primeros artículos hace “hace un relato de derechos que describe básicamente la Carta de los Derechos Humanos”. Ha señalado que en la actualidad, “hay democracias que no son democracias porque no respetan los derechos humanos, como Rusia, Venezuela o Pakistán, donde no hay medios de comunicación que puedan expresar libremente su opinión”.
De igual manera, ha explicado que en las Cortes regionales no son ajenos “a los aires de odio que recorren el mundo” y ha incidido en que en el planeta hay lugares en los que “hoy se deshumaniza a algunos seres humanos, se denostan instrumentos de protección a víctimas de violencia machista, a los centros de la mujer, a las casas de acogida, a las unidades contra la violencia machista de la Guardia Civil y la Policía local, a los juzgados de violencia de género que salvan vida”. Pero también a las “ONG que en el Mediterráneo salvan vidas a quien naufraga buscando una vida mejor”, porque “en el mundo hay un auge de odio y de egoísmo. Hay una corriente de opinión, una narrativa imperante que intenta clamar contra los derechos sociales, que también son derechos humanos”.
Ha finalizado agradeciendo de nuevo su labor a los premiados, recordando que “cuanta más democracia hay, más se alimentan los derechos humanos”.
El reconocimiento que se ha entregado a los premiados y premiadas es una escultura elaborada por la artista castellanomanchega, Pilar Vicente de Foronda, que radica en una espiral en la que la autora ha querido “representar la tensión entre la universalidad de la dignidad humana y las barreras físicas y estructurales que buscan impedirla”, explicaba Laura Galán.
Una pieza que “quiere hablar de los muros que simbolizan la fragmentación de la comunidad global y la negación de la igualdad de todos los seres humanos”. Para realizar esta escultura se han redactado los derechos humanos en un muro de barro, que se ha dejado deteriorar para “hacerlo desaparecer en una espiral”, ha destacado Galán.
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