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India en ascenso, alerta por un segundo 'pico' y preocupación por América: un vistazo a la semana que deja la COVID-19

India confina a sus 1.300 millones de habitantes para frenar el coronavirus

Icíar Gutiérrez

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Esta semana hemos asistido al que sin duda será uno de los hitos de la pandemia de COVID-19: Estados Unidos ha rebasado las 100.000 muertes, el primer país en hacerlo. Desde Corea del Sur nos llegan algunas señales de cómo puede ser el proceso de desescalada, con nuevos brotes que generan inquietud y obligan a volver a imponer algunas restricciones. En Japón han decidido levantar el estado de emergencia tras conseguir, de momento, contener los contagios. En India los casos diarios están en aumento, también en Filipinas, que relajará uno de los confinamientos más largos del mundo en su capital.

Te resumimos lo más destacado de la semana:

Ha sido el primer país del mundo en superar esta triste marca y continúa en lo más alto de la tabla. Cuatro meses después del primer contagio registrado oficialmente en Estados Unidos, más de 100.000 personas han fallecido con el virus en el país, de 330 millones de habitantes. Con mucho aún que analizar sobre la respuesta estadounidense a la COVID-19, la pandemia ya ha dejado algunas lecciones: las profundas fracturas sociales del país han sido determinantes en su incapacidad para enfrentar la enfermedad. Nos referimos al racismo, la pobreza o la polarización política. La pandemia sigue haciendo mella en el mercado laboral de la primera economía mundial: uno de cada cuatro trabajadores han perdido su trabajo desde marzo y ya son más de 38,6 millones las personas que han solicitado el subsidio de desempleo.

El ritmo de crecimiento de los casos en EEUU ha empezado a decaer, pero las políticas de desconfinamiento retroalimentadas por el discurso casi despreocupado de la Casa Blanca hacen temer lo peor. El foco de la pandemia es en estos momentos todo el continente americano. Preocupa EEUU, pero también preocupa Brasil, que ya es el segundo país con más contagios detectados del mundo, alrededor de 440.000.

Preocupa Perú, que esta semana ha batido su récord de casos nuevos en 24 horas y preocupa Chile, donde la transmisión se acelera mientras el Gobierno de Sebastián Piñera, que durante semanas se resistió a imponer un confinamiento generalizado, ha reconocido que el sistema sanitario está “muy cerca del límite”. Preocupa también que el ritmo de contagios se acelere en Centroamérica y el aumento de los casos en los barrios empobrecidos de Argentina. Pero, además del propio virus, preocupa la pobreza que puede atravesar a millones de personas más. La Programa Mundial de Alimentos ya ha alertado de una “pandemia de hambre” en América Latina.

Y de América a Asia, porque India es uno de los países en los que estamos observando un ascenso más rápido de contagios en los últimos días. Esta semana, el país ya se ha acercado a los 170.000 casos acumulados. En Mumbai, uno de los grandes focos, The Guardian describe escenas de hospitales al borde del colapso, con pacientes compartiendo camas y tanques de oxígeno: “La magnitud de los casos nos está abrumando a todos”. El Gobierno ha comenzado a relajar algunas restricciones desde principios de mayo, pero ha extendido el confinamiento ya en cuatro ocasiones, la última hasta este domingo 31 de mayo. Tras dos meses de parón, este lunes se reanudaron algunos vuelos nacionales, pero la jornada estuvo marcada por las restricciones locales, las cancelaciones y el enfado de los pasajeros, informa EFE.

No te pierdas esta noticia de Reuters. Un grupo de monos ha atacado a un técnico de laboratorio en el estado indio de Uttar Pradesh y le han arrebatado muestras de sangre de pacientes que habían dado positivo en coronavirus. Los monos están desviándose cada vez más hacia los asentamientos humanos en India, causando algunos disturbios. Según los ecologistas, los animales se trasladan a las zonas urbanas en busca de alimento por la destrucción del hábitat natural. Esta semana también te hemos contado que las ratas estadounidenses se están volviendo más agresivas ante la falta de desperdicios para comer por el confinamiento. Una de tantas consecuencias de parar la vida tal y como la conocemos.

Manila, la capital de Filipinas, ha cumplido este viernes 76 días de estricta cuarentena, los mismos que estuvo confinada la ciudad china de Wuhan. A partir del lunes, la ciudad de 12 millones de habitantes empezará su desescalada permitiendo reuniones de hasta 10 personas y la libre circulación siempre que se use mascarilla y se respeten las distancias. Las restricciones han afectado a millones de trabajadores y la economía enfrenta su contracción más profunda en 34 años. Filipinas experimentó su mayor aumento diario en casos de coronavirus este jueves, pero el presidente Rodrigo Duterte ha decidido aliviar el confinamiento. Otro dato preocupante desde allí: l os casos de abuso sexual infantil online se han triplicado bajo el encierro y los activistas advierten de que el cierre ha expuesto a los niños más vulnerables a la trata de personas y familiares con problemas para subsistir.

Japón también ha decidido levantar esta semana el estado de emergencia. Después de recurrir a una versión del confinamiento diferente al estilo europeo, el país parece haber contenido el brote, un éxito que se atribuye sobre todo al comportamiento de la ciudadanía japonesa, pero los expertos advierten, una vez más, del peligro de la autocomplacencia. El próximo lunes, Tokio entrará en una nueva fase con menos restricciones. Sin embargo, las autoridades japonesas están preocupadas por un posible repunte y están siguiendo de cerca dos brotes recientes, uno en un hospital de Tokio y otro en la ciudad suroccidental de Kitakyushu.

Estamos muy pendientes de Corea del Sur también vigilan de cerca y con inquietud el peor repunte de casos desde principios de abril, que se ha registrado esta semana, la mayoría ligados a un centro de logística . De hecho, el país asiático, elogiado mundialmente por su respuesta al virus, se ha visto forzado a imponer de nuevo restricciones en Seúl tras aliviarlas hace unas semanas. Se han cerrado de nuevo museos y parques durante 14 días y las autoridades ruegan a la población que se reúna para lo indispensable, mientras alertan: “Si este brote sigue creciendo tendremos que volver a la fase de distanciamien to social”.

La OMS ha puesto como ejemplo el caso de Corea del Sur para ilustrar al resto de países que levantar las restricciones es “complejo y difícil”, por lo que es necesario que las autoridades permanezcan vigilantes. Ahora que todo el mundo habla de la posibilidad de una segunda ola de casos, desde la organización han recordado que el mundo aún vive su primera ola de contagios y puede haber un “segundo pico” en esta ola. “P uede saltar en cualquier momento. No podemos hacer suposiciones de que solo porque la enfermedad esté bajando ahora va a seguir bajando, y luego vamos a tener varios meses prepararnos para una segunda ola”.

En Corea del Sur parte de la preocupación está en las escuelas, inmersas en un proceso de reapertura desde hace dos semanas. Más de 200 centros se han visto obligados a cerrar solo unos días después de abrir sus puertas de nuevo, según informa la BBC, que nos contó el lunes cómo son algunos de los controles de temperatura antes de entrar a clase: no hay abrazos, sino una fila con un metro de separación, gel desinfectante y un sensor tan sensible que la alarma se activa cuando detecta un termo en la bolsa de una estudiante.

“Buenos días a todos, ¿qué tal el fin de semana?”. En un aula vacía, el profesor mira fijamente a la cámara de su portátil y proyecta la voz para que sus alumnos le oigan bien. “Vamos a pasar lista”, dice el académico, que imparte Literatura en una de la principales universidades de Corea del Sur, cuenta esta crónica de EFE. “Recuerden: activen el micro para decir 'presente' o simplemente escríbanlo en el chat. Empezamos: ¿Lee So-young?...”, “Presente”, exclama la alumna desde su casa. “¿Soh Su-min?...”.

Seguimos hablando de educación porque en Reino Unido se preparan para abrir algunos colegios a partir del próximo lunes en Inglaterra con polémica, porque la decisión ha provocado malestar entre asociaciones de padres y docentes, y hay expertos advirtiendo de los riesgos. Las escuelas buscan la manera de minimizar las posibilidades de contagio para los alumnos y el personal. Mientras, en Italia, los estudiantes tendrán que esperar hasta septiembre para volver a las aulas. De momento, en el país ha aflorado un debate sobre si celebrar o no el último día de “cole” para que los niños puedan despedirse. De un lado, quienes lo rechazan por las dificultades para mantener la distancia. Del otro, quienes defienden su “valor simbólico” y más aún después de un curso duro.

En Reino Unido siguen adelante con el desconfinamiento y a partir de la próxima semana se autorizarán las reuniones de hasta seis personas que no compartan domicilio en parques públicos o jardines privados, siempre que se mantengan separados dos metros. De las reuniones sociales también se ha hablado esta semana en Alemania, que prolongará hasta el 29 de junio las medidas de distanciamiento social vigentes en el país desde mediados de marzo. El gobierno federal y los poderes regionales han acordado, como norma general, mantener la limitación de los contactos personales, aunque se autorizarán salidas en grupo o reuniones de un máximo de diez personas, ampliables a más para miembros de dos hogares.

La semana que viene también seguiremos presenciando medidas de desescalada en Francia. Desde el próximo martes 2 de junio se permitirá la reapertura de bares, cafés y restaurantes, con restricciones y medidas de precaución.

Echamos un último ojo a Sudáfrica, uno de los países africanos que ha tomado medidas para abordar la propagación del virus y también el que más casos ha registrado del continente, algo más de 27.000. Las dificultades están ahora en poder aumentar el número de pruebas. Las autoridades dicen que tienen casi 100.000 muestras sin procesar, debido a la dificultad de obtener suministros esenciales, algo que dicen que es un reflejo la escasez mundial. “Este problema es causado por la disponibilidad limitada de kits de prueba a nivel mundial”, han dicho.

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