Análisis Table Top Racing, bólidos de juguete a toda velocidad

Puede que los Micromachines ya no estén de moda entre los niños de hoy en día, sin embargo siguen siendo la marca más reconocida a la hora de hablar de pequeños coches de juguete al igual que la marca Bimbo se usa para referirnos al pan de molde, y en dicho sentido los cochecitos de Hasbro han extendido sus garras mucho más allá de los juguetes llegando a disfrutar de una buena colección de videojuegos en los noventa.

Sin embargo todo ese ‘boom’ parece haber quedado atrás. Ahora los niños juegan con otras cosas, y pocos estudios y editoras se atreven a realizar videojuegos en los que los protagonistas sean unos pequeños pero potentísimos bólidos de juguete. Pero ahí están los chicos de PlayRise Digital, un pequeño estudio fundado por uno de los creadores originales de la mítica franquicia WipeOut, con su Table Top Racing para PS Vita, un título modesto a la par que divertido.

En resumidas cuentas Table Top Racing trata de ponernos a los mandos de un coche de juguete para recorrer diversos circuitos en entornos de lo más variopintos, desde un mantel de picnic en la playa, hasta la mesa de un restaurante japonés, todo tirando de colores vivos, ganando enteros gracias a una notable fluidez de imagen y unos gráficos modestos pero sólidos en su conjunto.

A la hora de correr dispondremos de varios vehículos que podremos ir desbloqueando bien ganando campeonatos o bien comprándolos con dinero del juego, el cual obtendremos al ganar diferentes pruebas, aunque también podemos recurrir a los micropagos con dinero real para desbloquear los mejores coches sin el menor esfuerzo. En ese sentido hay que decir que aquí se paga hasta por cambiar las llantas o el color de nuestro vehículo, lo cual sinceramente no hace gracia, aunque bien es cierto que se puede desbloquear todo a base de echarle horas.

Para darle sabor al asunto Table Top Racing pondrá a nuestra disposición varios modos de juego, desde la carrera individual hasta campeonatos con diferentes pruebas, derrapes y carreras online y en red local. Los campeonatos por ejemplo se dividen en cronos, carreras en las que tenemos que chocar con nuestro único rival antes de que pase demasiado tiempo, carreras limpias sin ítems y carreras con ítems donde la guerra estará servida. Dependiendo de las puntuaciones que saquemos en cada prueba recibiremos de 1 a 3 estrellas y más o menos dinero del juego. El problema es que según vamos avanzando llegamos a tener la sensación de déjà vu dado que más allá del número de pruebas, de la dificultad de las mismas y del tipo de coches que participan, el resto no cambia demasiado.

Los ítems que encontraremos son los clásicos de cualquier juego tipo Mario Kart, como por ejemplo un ataque PM que frena a los enemigos en un área, una mina explosiva, un misil teledirigido y un turbo propulsor. El problema en este caso es que se echa en falta una mayor diversidad. Por otro lado tan sólo hay 8 circuitos que pecan de ser demasiado cortos. Se echa en falta variedad y toques de locura, ya que más allá de su llamativa estética no presentan nada que sirva para diferenciar lo suficiente a unos de otros.

En conclusión nos encontramos ante un título modesto que sabe explotar sin demasiados alardes sus mayores bazas, como un desenfadado apartado visual y una muy buena sensación al volante, algo importante en este tipo de juegos al evitar frustraciones innecesarias. Además es justo decir que por los 5,99 euros que cuesta ofrece una cantidad de contenido más que digna, convirtiéndose en un producto ideal para matar los ratos muertos sin requerir demasiado esfuerzo ni concentración por nuestra parte, aunque bien es cierto que los poseedores de un dispositivo Android o iOS lo pueden bajar gratis (con anuncios).

Por contra faltan ítems y un mayor número y variedad de circuitos al igual que resulta discutible que absolutamente todo se pueda adquirir a base de pagar con dinero real, algo que ahorrará bastantes horas de juego a los más vagos.

Lo mejor:

Lo peor: