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Assassin’s Creed: Unity - Avance PC, PS4, Xbox One

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Daniel Moreno / Daniel Moreno

Madrid —

Cualquiera que nos lea habitualmente sabrá que no guardamos un especial cariño por aquellas franquicias ideadas para bombardearnos con entregas anuales y una cantidad casi indecente de DLCs, de hecho tratamos de señalar sin miedo alguno las muestras de agotamiento que puedan transmitir a nivel argumental, jugable y visual. Siendo sinceros, con la multimillonaria saga Assassin’s Creed llevábamos ya años con la mosca detrás de la oreja, en concreto desde un Revelations que nos dejó bastante fríos. Después llegó una tercera entrega numerada bastante ambiciosa, a la que sucedió un Black Flag que pese a aportar algo de frescura no nos quitaba de la cabeza la idea de que desde Ubisoft podrían haber apostado por algo mucho más trascendente e interesante que la época pirata. Aunque para gustos, como se suele decir, los colores.

El caso es que ya llevábamos tiempo con la sensación de que Assassin’s Creed no podía sorprendernos. Sí, todos y cada uno de sus juegos son bastante buenos, algunos realmente sobresalientes, completísimos y muy divertidos, pero ninguno se desmarca de forma contundente sobre lo ya visto. Sin embargo, como salido de la nada, aquí llega este Assassin’s Creed: Unity para demostrar que la gallina de los huevos de oro todavía tiene muchísimo que decir, pudiendo llegar a reinventarse a sí misma para convertirse en una de las sorpresas más gratificantes y bienvenidas del E3 2014.

Aquellos que contéis en casa con un buen PC, una PS4 o una Xbox One, ya podéis ir colgando el sombrero de pirata, porque dejamos atrás las aguas del Caribe para embarcarnos en la producción más ambiciosa realizada por la editora francesa en los últimos años, un videojuego exclusivo de compatibles y la nueva generación que busca dar el auténtico salto de gigante que esta veterana saga merece. Nos vamos al París de la Revolución Francesa, un periodo histórico que realmente consigue hacernos soñar.

Marco histórico y argumento: Liberté, égalite, fraternité.

No eran pocos los fans que pedían para esta nueva entrega un marco histórico a la altura, y vaya si lo van a tener gracias a su ambientación a finales del siglo XVIII, uno de los periodos más complejos, delicados y significativos de la historia de la humanidad al suponer un antes y un después entre dos épocas bien diferenciadas. Los ciudadanos comenzaban a tomar conciencia de su poder sobre los gobiernos absolutistas, lo que dio lugar a cruentos enfrentamientos en las calles, represiones violentas por parte de las fuerzas del orden y castigos públicos ejemplares para los miembros de uno y otro bando. Cada calle, cada casa, era un polvorín, un polvorín que explotó para cambiar el mundo.

Aún no sabemos cuál será el papel que jugará la eterna lucha entre los Templarios y los Asesinos en este complejo marco, igual que no se conocen aún demasiados detalles de la parte del juego ambientada en la era contemporánea. Con Black Flag dijeron adiós a Desmond Miles y colocaron al propio jugador como protagonista, algo que según sus responsables volverá a ser el camino a tomar sólo que tratando de lograr una mayor inmersión en el papel para el jugador.

Volviendo al pasado, con lo poco que hemos podido ver en el E3 2014 ya nos queda claro que estamos, más que probablemente, ante el Assassin’s Creed que mejor sepa transportarnos a otra época gracias a una ambientación sólo calificable de soberbia. Después de todo hablamos del título de la franquicia más ambicioso, con más años de desarrollo a sus espaldas y también por ello el más caro, algo que se agradece sabiendo la brutalidad de dinero que genera esta marca para la editora gala.

En las dos demostraciones gameplay que pudimos disfrutar se apreciaba una profundidad y un nivel de detalle nunca antes visto. Probablemente no será el Assassin’s Creed con mayor número de localizaciones ni muchísimo menos, ya que según se rumorea puede que tengamos pocos más sitios que visitar más allá de París y Versalles, pero la capital francesa está siendo recreada con tal mimo que ya de por sí sola impresiona. Hablamos de una urbe completamente abarrotada, extensa tanto en longitud como en profundidad al poder introducirnos en cada callejón e incluso en multitud de casas y viviendas a fin de desbloquear nuevos objetivos o encontrar tesoros.

En cada una de sus calles veremos algo llamativo: niños que juegan, mujeres atareadas, guardias que fruncen el ceño, borrachos que se tambalean, pensadores que discuten, locos que balbucean y guillotinas que rebanan cabezas como si fuese lo más normal del mundo. Y esta es la grandeza de Unity, tratar de transmitirnos la cruda realidad de una época sin entrar en juicios de valor, sin moralidades de por medio, siendo uno de los videojuegos más maduros de todos aquellos que se atreven a tocar periodos históricos.

Jugabilidad: Revolucionando la franquicia.

Pero no sólo nos ha cautivado su cuadro argumental y su genial ambientación, si no también sus renovadas mecánicas jugables, algo que la saga ya pedía a gritos desde hace unas cuantas entregas pese a que Black Flag sustituyó en gran medida la tierra por el mar explotando las batallas navales que tan bien habían funcionado en Assassin’s Creed III. Para Unity se han renovado las animaciones presentado especial atención al parkour a fin de que podamos desplazarnos con mucha mayor facilidad por el escenario, así como combatir de una forma más dinámica y efectiva. Dar caza a nuestros enemigos nunca fue tan divertido y espectacular.

Además se han introducido unas mecánicas de sigilo funcionales, algo que la serie pedía a gritos. Ahora podremos por fin escondernos detrás de cualquier elemento como muebles o cajas con tan sólo pulsar uno de los gatillos del mando, para después controlar los movimientos del enemigo y actuar en consecuencia, lo cual abre nuevas vías a aquello ya tan manido de tener que escondernos en los arbustos. También se ha mejorado el sistema de misiones, de forma que podremos almacenarlas en una lista de tareas para realizarlas más tarde en vez de tener que dejarlo todo para centrarnos en una única cosa.

Pero el colofón, algo que los fans llevaban pidiendo desde hace ya años bisiestos, es la tan rumoreada y por fin confirmada inclusión de un modo cooperativo para hasta cuatro jugadores, el cual además será completamente dinámico, bastando con que invitemos a cualquier jugador a unirse a nuestra partida para realizar misiones de forma conjunta. De esta forma no habrá que estar saliendo del modo individual para entrar en el online, si no que tal y como ocurre en cada vez más juegos ambos modos pasarán a formar parte de un todo mucho más grande.

Las posibilidades por lo tanto se ven multiplicadas. Podremos realizar muchísimas misiones en solitario o bien solicitar ayuda dando forma a una Hermandad de Asesinos donde el equilibrio y la combinación de diferentes habilidades será la clave para conseguir el éxito, desenmascarando poco a poco un guion independiente a la aventura en solitario.

Conclusión: Una lección de historia.

En definitiva nos alegra intuir que nos encontramos ante toda una revolución para la saga Assassin’s Creed, algo más que necesario a estas alturas de la vida si sus responsables pretenden dar un auténtico salto a la nueva generación de consolas manteniendo su salud de hierro. Puede que las ventas sigan siendo descomunales hagan lo que hagan, pero las voces críticas hacia el carácter anual de sus entregas resuenan cada vez con más fuerza, y la única forma de acallarlas es demostrando que esta franquicia puede evolucionar hacia algo mucho mayor manteniendo su espíritu.

Sinceramente, hemos flipado con los tráilers, con todo aquello que ayer mismo puso sobre la mesa Ubisoft, y estamos contentos de poder afirmar que además de todas esas nuevas sensaciones vertidas por su nueva ambientación y por su renovada jugabilidad, también contaremos con un apartad gráfico de escándalo, capaz de situar en pantalla a centenares de NPCs cada uno de ellos con vida propia, con una distancia de dibujado asombrosa y un nivel de detalle sin igual tanto en exteriores como en interiores. Ahora queda por ver si Ubisoft no se está marcando otro futuro downgrade gráfico escandaloso como ocurrió con Watch Dogs, puesto que no son pocos los que opinan que PS4 y Xbox One no podrán mover eso sin salir ardiendo, y menos aún a los 1080p que buscan sus responsables. Por el buen nombre de Assassin’s Creed, esperamos que no sea así.

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