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Crisis de vocaciones

Crisis de vocaciones

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Hay jóvenes que optan por una vida muy distinta a la que llevan los chicos de su edad. Ellos deciden seguir la llamada de la fe y prepararse para ser sacerdotes. Son, no obstante una excepción. Si el Seminario de Logroño albergaba hace treinta años a unos 100 jóvenes, hoy son tan sólo seis los seminaristas que viven bajo este techo.

Tres de ellos están en el Seminario Menor. Miguel y Diego, de Logroño, tienen 13 años y cursan 2º ESO, mientras que Ibai es de Lapuebla de la Barca y está en 2º de Bachillerato. Como son pocos, de lunes a viernes se unen al Seminario San José de Burgos, donde, junto con otro seminarista de Palencia, suman 16 chavales entre ESO y Bachillerato. Cada domingo por la tarde van a Burgos y regresan a Logroño después de las clases.

Los seminaristas mayores son otros tres: Alfonso es un arnedano de 36 años que está en el último curso de Teología, mientras que Manuel, de 23 años y nacido en Autol, está en Roma estudiando la Biblia en la Universidad Pontificia de la Gregoriana, preparándose para animar la formación de laicos, sacerdotes y religiosos para los próximos años. Por último Juan José, logroñés de 24 años, ha terminado 5º de Teología en Burgos y realiza su año de pastoral en la parroquia de Alfaro.

EL DÍA A DÍA

Su día a día no dista mucho del de otro joven de su edad. Se levantan a las 7 y las mañanas están dedicadas al estudio, bien de Secundaria o bien en la Facultad. Las tardes están repletas de actividades. Mayores y pequeños comparten dos días a la semana citas deportivas como fútbol, bici o baloncesto. Además de al estudio, la tarde también se estudia a música: piano o guitarra, flauta o percusión. También hay talleres de inglés, teatro y técnicas de estudio. Eso sí, no podía faltar la misa por las mañanas antes de empezar la jornada y la misma a la noche para completar el día.

Dependiendo de las edades, los mayores van a dar catequesis a las parroquias y a participar en algún grupo de Cáritas o de jóvenes. “Uno no tiene la oportunidad de aburrirse entre las paredes de esta inmensa casa”, explica el rector del Seminario, José Antonio Barrios.

LOS JÓVENES, ALEJADOS DE LA IGLESIA

Lo cierto es que no es fácil acercar a los jóvenes a la Iglesia. “Partimos de la base que ya hay una masa no practicante, no atea. Si los padres no han creído o se han alejado de la Iglesia es más difícil que los hijos vengan y nos conozcan. Por eso, hoy más que nunca es necesario que los creyentes tomemos muy en serio nuestra misión de llevar el anuncio del Evangelio a la gente, especialmente a los más necesitados. Cuando se vive el Evangelio en una comunidad es cuando se convence para poder vivirlo, la fe se transmite por envidia. Si a ti te ven feliz, los demás buscan la fórmula para vivir de la misma manera y Cristo nunca defrauda”, detalla Barrios.

El rector también apuesta por aprovechar las nuevas tecnologías para poder conectar con aquellos alejados de la Iglesia. “En un mundo egoísta en el que la gente va a lo suyo, la Iglesia ofrece a los jóvenes un camino de esperanza”.

Y pese a que la vocación ha ido poco a poco decayendo, Barrios se muestra optimista. “Las últimas encuestas dan buenísimos motivos para tener esperanza. Hay una renovación de los seminarios menores que apunta una subida creciente de los ingresos a la E.S.O y Bachiller”. Para animar un poco a los indecisos, el Seminario invita a cualquier chico que quiera a pasar un fin de semana con ellos. El contacto puede hacerse a través de la web ww.riojavocacion.es.

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