Estereotipos, pornografía y manosfera: “La caja de la masculinidad está más viva que nunca”

La doctora y profesora de la UR Andrea Gutiérrez durante su ponencia en la II Jornada Luchando contra la Violencia de Género de Rioja2

Ester Fernández García

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El martes 2 de diciembre, Rioja2 organizó la segunda edición de la jornada Luchando contra la Violencia de Género en el Espacio Lagares de Logroño, un espacio de reflexión en torno a la desigualdad entre hombres y mujeres y la violencia machista, como el mayor exponente de ello. En esta ocasión, la jornada puso el foco en los estereotipos, tratando de desmontar todas esas creencias que se han instaurado en la sociedad.

La jornada se inició con una mesa redonda para conocer dos recursos fundamentales para las víctimas como son la Red de Alojamientos para Mujeres del Gobierno de La Rioja y el Servicio de Urgencias Sociales del Ayuntamiento de Logroño. Después, una mujer contó en primera persona su testimonio como víctima de violencia de género que además rompe también los estereotipos, al ser una mujer con formación que mientras cosechaba éxitos académicos y profesionales, sufrió quince años de maltrato. “Yo no me reconocía como víctima, pero sí reconocía la violencia en otras, pensaba que mi caso no era violencia de género”, explicó.

La jornada concluyó con una ponencia de investigación de Andrea Gutiérrez, sobre el trabajo que está realizando en la Universidad de La Rioja sobre Igualdad. Gutiérrez es doctora en Psicología, con Máster en Estudios Interdisciplinares de Género por la Universidad Autónoma de Madrid y Especialista en Intervención Multidisciplinar en Violencia de Género por la Universidad Pontificia de Salamanca. Actualmente, es profesora permanente laboral en el Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de La Rioja y delegada de la rectora para la Unidad de Igualdad, Diversidad y Bienestar.

Con el título “Crecer en igualdad: desafíos actuales para la infancia y la adolescencia”, presentó las principales conclusiones de las investigaciones que ha desarrollado, desde como han evolucionado los estereotipos de género en los juguetes hasta las adicciones a la pornografía o el fenómeno Not all men. En cuanto al primer asunto, la experta advirtió que no se han superado los estereotipos en los juguetes: “Las portadas de los catálogos son más nneutras, pero en los pasillos de las tiendas sigue habiendo una división que los niños y las niñas identifica”, a lo que añadió como ejemplo sencillo: “Un abuelo sin malas intenciones se va al pasillo rosa para su nieta”.

La caja de la masculinidad sigue mas viva que nunca

La profesora Andrea Gutiérrez también destacó que “la caja de la masculinidad sigue más viva que nunca”. En este sentido, lleno la pantalla de muchas de las acepciones de normas sociales que dictan cómo “debe” comportarse un hombre: dominante, no tener miedo, seguro de sí mismo, competitivo, exitoso, agresivo, protector, fuerte... Según explicó esta experta: “La masculinidad hegemónica está basada en tres negaciones: ser niño, ser mujer y/o ser homosexual”. En este sentido, sobre las nuevas masculinidad, puntualizó que “no son nuevas, se trabaja en ellas desde los 60. Sin embargo, ”¿en qué se ha transformado? Los hombres se pintan las uñas o viste de otro modo. Pero vamos a lo importante: ¿que ha cambiado? Poca cosa, las mujeres soportan pobreza, techo de cristal, corresponsabilidad y carga mental“, aseguró Andrea Gutiérrez en la ponencia.

En la reflexión sobre la sexualización femenina desde la infancia, se apuntó que “con ocho años hay niñas que se proyectaban mucho más delgadas de lo que estaban”. También se aludió a la importancia de los referentes, que en el caso de los niños son futbolistas, “símbolos de habilidades físicas y musculatura”, según describió Gutiérrez y en el caso de las niñas, sus referentes son cantantes y los relacionan con “la imagen corporal”.

Aumento de la violencia sexual y de la edad de víctimas y agresores

Otra de las investigaciones que presentó la doctora Andrea Gutiérrez alude al impacto de la pornografía y su relación con la violencia sexual. “La pornografía tiene implicación individual pero también social”, apuntó. Así mismo, entre varios datos que ofreció en la ponencia al respecto, 7 de cada 10 hombres lo consumen al menos una vez por semana (menos en el caso de las mujeres), el 13,1% dicen consumirlo todos los días, pero solo el 2,7% piensan que es posible que sean adictos. “La mayoría de los hombres lo normalizan”.

Otro estudio estadístico realizado con alumnado de la UR de entre 18 y 25 años alude a “esas otras violencias”, en referencia a actos de acoso o abuso en una discoteca o un autobús. “Las mujeres lo silenciamos en mayor medida, pero 6 de 10 lo han sufrido, son violencias muy presentes en el día a día”. En este momento, la experta rompió otro estereotipo: el de las violaciones por desconocidos en callejones oscuros convertido en un miedo interiorizado para las mujeres y explicó con datos que en la mayoría de los actos de violencia, el agresor es conocido de la víctima.

Para acabar este bloque, la doctora se refirió a nuevas violencias y formas de vulneración de derechos como el grooming, por el que un adulto se gana la confianza de un menor por internet para luego involucrarle en una actividad sexual. O el sexting no consentido, que consiste envío y recepción de mensajes, fotos o vídeos de contenido sexual explícito sin permiso a través de dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, tabletas u ordenadores.

¿Por qué no hay campañas para animar a los chicos que se dediquen a carreras de cuidados?

Otro bloque de la ponencia se refirió a la educación, el campo al que actualmente se dedica Andrea Gutiérrez. Tras señalar la evolución en la incorporación de las chicas a las carreras STEM, “aunque levemente”, Gutiérrez reclamó que “no basta con animarles a que estudien, sino que les permitan quedarse”, en alusión a las dificultades de las carreras científicas por ejemplo si se quedan embarazas. Así mismo, se preguntó: “¿Por qué no hay campañas para animar a los chicos que se dediquen a carreras de cuidados: enfermería, trabajo social, educación infantil?”. Para esta experta, es fundamental que “más hombres sean profesores de infantil porque serán los referentes de los niños”.

Para acabar, evidenció la preocupación por espacios como la manosfera, androcentrismo o el Not all men y advirtió de la resistencia a la que se enfrenta con jóvenes varones para hablar de feminismo. “¿Qué hacemos mal para llegar a nuestros adolescentes?”, se preguntó. En este sentido, la ponencia de Andrea Gutiérrez terminó con esta interesante reflexión: “Recuerdo una charla acerca de la violencia contra las mujeres a la que fui en #Notallmen. El ponente hizo una pregunta que decía así: ‘Los chicos de la sala, ¿podríais levantar la mano si aseguraríais que entendéis qué significa No es no?’. Todos los chicos levantaron la mano. Después lanzó la siguiente pregunta: ‘Las chicas de la sala, ¿podéis levantar la mano si alguna vez habéis tenido alguna experiencia incómoda con algún chico que no ha entendido el significado de No es no?’. Varias de ellas levantaron la mano. A mí no me salen las cuentas. Si ninguno de nosotros es, entonces, ¿quién es?”.

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