Los errores se pagan con la derrota
Dos goles en contra en dos minutos. Un arranque para el olvido. Impensable y nada deseable. Garai hacía, por partida doble, lo que nadie había conseguido en los cinco partidos anteriores. Tocaba ir a remolque después de conceder demasiado ventaja a un rival que acumulaba seis jornadas sin perder (ya son siete). Dentro de ese comienzo inaudito, el Leioa se apuntó a la ruleta rusa porque la UDL gozó de dos oportunidades seguidas para incluso haber empatado la contienda. Primero Morcillo, en su intento de despejar impactó el balón con el poste, mientras que después fue Caneda el que remató de cabeza y era Luariz el que despejaba sobre la línea.
Que el encuentro estaba loco era evidente. Que los ataques se imponían a las defensas, también. Duelo de ida y vuelta en el que Bobadilla salió al rescate de los suyos para reducir distancias al cuarto de hora. Se intuía que los riojanos, con el tanto, estaban más asentados. Dominaban, pero faltaba concretar las aproximaciones. Mientras que los de Jon Ander Lambea podía aumentar la renta con un remate de Eguiluz que se marchó a la cruceta. Del susto reaccionó el conjunto blanquirrojo con una buena contra al filo del descanso que no pudo culminar con acierto Rubén Martínez porque Iturrioz lo evitó.
Nada más reanudarse el choque, mala noticia para los visitantes, ya que César Remón, con molestias, dejaba su sitio a Ander Vitoria, retrasando así la posición de Olaetxea a la medular. Modificación que no alteró las intenciones de unos y otros. El Leioa supo contemporizar, aguantar y buscar sus opciones a la contra, que las tuvo, mientras que la UDL lo intentó, buscó alternativas, pero careció del remate para inquietar a Iturrioz, que salvo un desvío a una falta directa de Ñoño en la recta final, no tuvo que emplearse a fondo.
No así Miguel que evitó que el conjunto local sentenciara el choque. Chirri, en el ecuador de la segunda mitad, tuvo el 3-1, pero el capitán logroñés tocó lo justo para que después el cuero se marchara a la madera. Y después fue Polanco el que, en otra transición ofensiva, estuvo a punto de superar al meta riojano, pero con una buena estirada dio esperanzas a los suyos de poder empatar. Lo más cerca que estuvo el cuadro blanquirrojo fue en un tiro cruzado de Ander Vitoria que se fue fuera.
Intentó apretar en los minutos finales, pero ni con Rayco en el campo ni con Rubén Martínez como lateral, la UDL mejoró sus prestaciones ofensivas en una segunda mitad en la que tuvo la pelota, pero sin profundidad. Es decir, un poco vuelta a las andadas antes de la racha de cinco partidos sin perder (13 de 15 puntos) que se rompió en Sarriena de manera abrupta porque el conjunto logroñés empezó a competir a partir del minuto 3, justo cuando el Leioa ya iba con dos goles de ventaja.
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