Primer atentado mortal de ETA en lo que va de año, tras asesinar en diciembre de 2008 a Ignacio Uria
El inspector de Policía Nacional, Eduardo Antonio Puelles García, destinado a la Brigada de Información, y residente en Arrigorriaga, ha sido la primera víctima de ETA en lo que va de año. En total son siete las personas asesinadas por la banda terrorista ETA desde la ruptura del alto el fuego en 2006, tres de ellas por el estallido de coches-bomba mientras que otras cuatro fueron abatidas a tiros.
El empresario Ignacio Uria Mendizabal, de 71 años de edad, fue la anterior víctima que dejó la banda terrorista ETA. Uria, dueño de una de las constructoras de la 'Y' vasca fue tiroteado el pasado 3 de diciembre en Azpeitia a las 13.05 horas de la tarde cuando se dirigía al restaurante Kiruri, al que solía acudir diariamente.
Las obras del tren de alta velocidad son objetivo prioritario de la banda. Los etarras han atentado en repetidas ocasiones contra las constructoras adjudicatarias de las obras, entre ellas dirigida por Uria, 'Altuna y Uría'.
Anteriormente, el brigada del Ejército de Tierra Luis Conde de la Cruz murió el 22 de septiembre del pasado año en la explosión de un coche-bomba en las inmediaciones del Patronato Militar de Santoña (Cantabria). El coche, robado y preparado por los pistoleros en Francia y con unos 100 kilos de explosivos, causó varios heridos.
En ese momento, el brigada, con 27 años de carrera militar a sus espaldas y varias condecoraciones por su labor profesional, pasaba unos días de descanso acompañado de su esposa en la residencia militar del Patronato.
El guardia civil Juan Manuel Piñuel Villalón, de 41 años, se convirtió en la segunda víctima mortal de la organización terrorista en 2008. Murió en la explosión de un coche bomba el 14 de mayo del pasado año.
El ex concejal del PSE-EE en el término guipuzcoano de Arrasate-Mondragón, Isaías Carrasco, de 43 años de edad, perdió la vida después de recibir varios disparos el 7 de marzo de 2008. Fue tiroteado en portal de su casa en presencia de su esposa y de una de sus hijas.
Al finalizar el año 2007, los agentes de la Guardia Civil Fernando Trapero y Raúl Centeno también fueron tiroteados en la localidad francesa de Capbretón. El 1 de diciembre de aquel año, tres etarras les acribillaron a balazos causando la muerte en el acto de Centeno, mientras que Trapero falleció en el hospital cinco días después.
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