Tres de cada cuatro españoles ven el consumo de alcohol como un problema en España
Tres de cada cuatro españoles considera que el consumo de alcohol en España constituye un problema, porcentaje que alcanza prácticamente la unanimidad cuando se trata de los más jóvenes. Por ello, el 81,7 por ciento considera que es necesario que las administraciones públicas pongan en marcha medidas que eviten que los menores beban alcohol “ya que su obligación en protegerles”.
Según el estudio inédito del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), sobre 'Los jóvenes ante el alcohol', realizado en febrero de 2007 a 1.500 personas, pese a la polémica que se produjo con la denominada 'Ley del vino' que intentó sacar adelante la ex ministra de Sanidad Elena Salgado la pasada legislatura para la protección de los menores contra el alcohol, los españoles defienden que se tienen que tomar medidas desde las administraciones públicas para atajar lo que consideran un problema evidente. Un 11,7% de los consultados, en cambio, cree que no deben tomarse este tipo de medidas “porque los menores aprenderán por sí mismos”.
En cualquier caso, el 66,1% está a favor de que se sancione a los menores que consuman alcohol en lugares donde esté prohibido, propuesta que apoyan por igual todos los grupos de edad y contra la que, sin embargo, se manifiesta uno de cada cuatro los consultados. Además, también dos de cada tres estarían de acuerdo en que los padres asuman la sanción económica cuando los hijos sean insolventes.
Según este trabajo, tres de cada cuatro españoles (77,9%) reconoce que el consumo de alcohol es un problema en nuestro país, frente a un 14,6% que no lo ve de este modo. Son los jóvenes de 18 a 24 años los más optimistas al respecto, pese a lo cual dos de cada tres (62,7%) admiten el problema, aunque son los consultados de 35 a 44 años los más preocupados, ya que el 81,3% creen que este tipo de consumo es un verdadero problema.
El porcentaje se eleva al 93,7% cuando se pregunta si el alcohol también es un problema entre los menores. En este caso sólo un 4,1% lo niega. Y es que prácticamente la totalidad de los consultados (95,8%) considera que el consumo de alcohol perjudica la salud de los menores, máxime cuando afirman que éstos consumen sobre todo combinados con licores fuertes (28%), por encima de vino con refresco (21,8%) o cerveza (20,9%).
Incluso los que acaban de salir de ese rango de edad (los consultados de entre 18 y 24 años) y que a lo largo de la encuesta se muestran más reticentes a tomar medidas, reconocen en un 94% esta evidencia, que no obstante niega un 5% frente al 2,2% del total de consultados de todas las edades. Sin embargo, sólo un 17% de ellos confirma que es un tema que le afecte personalmente.
VIOLENCIA, FRACASO ESCOLAR Y FUTURA DEPENDENCIA
Concretamente, los españoles consideran que el consumo de alcohol en menores provoca violencia (90,9%), malas relaciones familiares (87,9%), malos rendimientos escolares (86,5%), mal humor y estados anímicos irritables (84,2%), dependencia futura al alcohol (82,6%) y relaciones sexuales poco responsables (78,6%).
Para solucionar lo que consideran un verdadero problema, los consultados abogan, en primer lugar, porque las propias familias ejerzan “un mayor control” sobre los menores (43,7%), seguido de medidas preventivas por parte de las administraciones públicas (20%) y de que los colegios e institutos orienten también sobre los peligros de los efectos del alcohol (18,9%). Los más jóvenes (de 18 a 24 años) abogan por encima de la media (31,1%) por las medidas preventivas públicas y la concienciación en los centros escolares.
Entrando en medidas más concretas, los españoles defenderían que se prohíba a los menores consumir alcohol en la calle y lugares públicos (79,2%), que no se les vendan este tipo de bebidas en las tiendas después de las diez de la noche (66,7%), que se intensifiquen las inspecciones para garantizar el cumplimiento de las normas (78,6%), que se promuevan actividades de ocio alternativas, como conciertos, talleres o deportes (85%), que se prohíba la venta de alcohol en lugares donde se realicen actividades dirigidas a menores (86%) y que se limite la publicidad de estos productos en los tramos de máxima audiencia infantil y juvenil (71,9%).
Respecto a los anuncios de bebidas alcohólicas, siete de cada diez (71,9%) creen que deberían informar sobre los efectos negativos de su consumo para los menores porque esto “contribuiría a concienciar a la sociedad sobre este problema”. No obstante, paradójicamente un tercio (35,1%) no tiene claro que las campañas divulgativas que informan a los menores y sus familiares sobre los efectos del consumo de alcohol contribuyan a concienciar sobre este tema, y sólo un 58% considera que alcanzan los objetivos buscados.
A la hora de admitir el consumo de alcohol propio, tres de cada cuatro consultados (76%) reconoce haber tomado bebidas alcohólicas en los últimos doce meses anteriores a la encuesta. El porcentaje más elevado de este consumo se registra entre los jóvenes de 18 a 24 años, ya que el 90,9 por ciento asegura haber tomado alcohol en ese periodo. El porcentaje se va reduciendo progresivamente hasta el 57,9% de los mayores de 65 años.
Sin embargo, cuando se les pregunta por la frecuencia de consumo son precisamente los mayores de 65 años quienes refieren mayor asiduidad, ya que el 46,7 por ciento asegura hacerlo a diario, frente a sólo un 20,8% de la media de todas las edades y tan sólo el 2,7 por ciento de los jóvenes de 18 a 24 años. Lo más habitual es el consumo de alcohol un día a la semana (26,9%), especialmente entre los más jóvenes (27,1%), seguido del consumo diario (20,8%) y el de varios días a la semana o al mes (15%).
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