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El Gobierno de las segundas oportunidades: el aguirrismo regresa a Madrid con Ayuso

Primer consejo de Gobierno de la presidenta, Isabel Díaz Ayuso.

Fátima Caballero

“Una sociedad democrática tiene que apostar seriamente por la rehabilitación”, aseguró esta semana el nuevo consejero de Justicia, Interior y Víctimas de la Comunidad de Madrid, Enrique López, detenido en 2014 por conducir borracho, sin casco y saltándose semáforos por el centro de Madrid. Aquel comportamiento le costó una condena y su dimisión, como miembro del Tribunal Constitucional, puesto al que accedió gracias al PP. Ahora ha sido recuperado por Isabel Díaz Ayuso para llevar las competencias de seguridad en la región. No es el único. El nuevo Gobierno de Madrid es el de las segunda oportunidades.

Tras el relativo paréntesis que supuso el periodo de Cristina Cifuentes, ha vuelto el aguirrismo al PP de Madrid, que empieza a escribir una nueva etapa. Es un retorno que se inició hace ya un año, con el triunfo al frente del partido de quien fuera presidente de las juventudes del PP en Madrid con Esperanza Aguirre, Pablo Casado. Aquel fue el primer triunfo político en mucho tiempo de una corriente ideológica que también representa el expresidente del Gobierno, José María Aznar y que llevaba en retroceso desde 2004, en que el PP pasó a la oposición en España con un nuevo líder: Mariano Rajoy. El siguiente hito ha sido la presidencia de Isabel Díaz Ayuso, con el peor resultado del PP en Madrid en años y siendo la segunda lista más votada.

“Suelo decir con orgullo que un nuevo equipo de políticos se está abriendo paso en la sociedad española y que tenemos derecho a hacerlo”, pronunció la nueva presidenta durante su discurso de toma de posesión este lunes. Y aunque Ayuso repitió y repitió que su Gobierno representa un tiempo nuevo porque “todo empieza ahora”, su equipo de consejeros –de trece, seis fueron designados por Ciudadanos– tiene mucha hemeroteca a sus espaldas.

Son varios los respresentantes del aguirrismo en el nuevo Ejecutivo regional y a ninguno de ellos parece haberle pesado el currículum: haber formado parte de unos ejecutivos hoy perseguidos judicialmente por su corrupción. Ignacio González y Francisco Granados están en libertad bajo fianza acusados de una larga lista de delitos asociados a la corrupción y vinculados por los tribunales a testaferros con cuentas en paraísos fiscales. Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, al borde de una imputación que ya pide la Fiscalía. Varios otros asesores y consejeros de aquellos gobiernos, que llegaron al poder tras el Tamayazo, también están procesados o cerca de una imputación.

El nuevo consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, lo fue con Aguirre y González de Sanidad y fue el autor de la privatización de los hospitales que embarrancó en la Justicia y que motivó su abandono temporal de la vida pública; el nuevo consejero de Educación, Enrique Ossorio, fue antes viceconsejero y consejero de Economía y Hacienda; María Eugenia Carballedo, al frente de la consejería de Presidencia, fue diputada con Aguirre y viceconsejera con González, y el nuevo titular de Vivienda y Administraciones Locales, David Pérez, ha sido siempre un incondicional de Aguirre duramente enfrentado con Cifuentes, que además tiene un currículum muy polémico como alcalde en Alcorcón.

La segunda oportunidad le ha llegado también a Miguel Ángel Rodríguez (MAR) que ocupa un puesto relevante. El controvertido director de comunicación de Aznar, que en los últimos años había encontrado refugio en publicaciones subvencionadas desde la Comunidad de Madrid por los Gobiernos de Aguirre, regresa a las entretelas del poder, como asesor de la presidenta.

Pero sobre todo el nuevo Gobierno de Madrid es una segunda oportunidad para el aznarismo, que ha bendecido a Díaz Ayuso a través de la fundación FAES. “La nueva presidenta y el conjunto del PP tienen en Madrid razones fundadas para la esperanza”, dijo en una nota la escuela de pensamiento fundada por Aznar.

Una periodista que se hizo política en el PP de Aguirre

Aunque Ayuso trató de desvincularse de las expresidentas Aguirre y Cifuentes al conocerse el informe de Anticorrupción –“mi nexo con ellas es como el de cualquier militante”, aseguró–, la nueva líder regional creció y se hizo política en el PP madrileño y está directamente vinculada a sus predecesoras. La propia Aguirre acudió este lunes a amadrinarla en su toma de posesión y a brindarle “todo el apoyo”, según declaró la expresidenta a su llegada.

El rápido ascenso de la nueva presidenta en el partido tiene el sello de Aguirre. Apenas tres años después de afiliarse al PP, Ayuso logró incluso un puesto muy bien remunerado en un ente público-privado creado por el Gobierno de Aguirre para gestionar los fondos de innovación del Ministerio de Ciencia. Madrid Network escapó al control parlamentario y no presentaba cuentas públicas, pero tenía en nómina a asesores a los que pagaba altos sueldos. Díaz Ayuso era una de ellos y, según El País, recaló en este ente con un salario que superaba los 4.000 euros mensuales.

La huella de Casado (y Aznar)

Isabel Díaz Ayuso, que se forjó con Casado en las juventudes del PP, se convirtió en una de sus grandes apuestas electorales para las elecciones autonómicas. También una de las más arriesgadas. Pero le salió bien al presidente de la formación conservadora y la llegada de Ayuso a la presidencia ha apuntalado a Casado en el poder territorial y en el de su partido, después de haber sido duramente cuestionado tras los resultados de las generales, el peor resultado del PP de su historia.

Madrid se ha convertido para Casado en el máximo coto de poder para el partido, de ahí que la tutela a los pasos de Ayuso haya sido una constante. Los nombramientos en el nuevo gobierno regional tienen el sello del presidente del PP y el más claro es el del consejero de Hacienda, Javier Fernández Lasquetty, hasta ahora su jefe de Gabinete.

Lasquetty ha aterrizado en la Real Casa de Correos con una misión: implantar una política aún más neoliberal en el Gobierno regional. Algunas voces en el partido conservador le confieren otra: la de vigilar de cerca a la presidenta regional de la que Casado, dicen, no se acaba de fiar. El nuevo consejero de Hacienda es un viejo conocido en el PP de Aznar y Aguirre y en la trayectoria de los gobiernos conservadores de Madrid. Lasquetty fue titular de Sanidad con Aguirre y el imputado Ignacio González, cartera de la que dimitió después de que la justicia tumbara su plan ultraliberal para privatizarla.

Ha sido también Casado el que ha rescatado al aguirrista David Pérez y le ha llevado a la primera línea política. El exalcalde de Alcorcón (desde este martes consejero de Vivienda y Administraciones locales) lleva en la Asamblea de Madrid decisiete años, desde 2002. Durante las presidencias de Esperanza Aguirre tanto al frente de la Comunidad de Madrid como del PP se convirtió en uno de sus más fieles escuderos, pero la llegada de Cristina Cifuentes al poder autonómico, con la que protagonizó algún que otro enfrentamiento, le dejó en un segundo plano en el partido. La llegada de Casado a la presidencia del PP le salvó del ostracismo al nombrarle número dos de Ayuso en la lista para presidir el Gobierno autonómico, como una forma de combatir la irrupción de Vox en las encuestas.

Otro de los hombres más próximos hoy a la presidenta Ayuso tiene también la huella del presidente popular: Miguel Ángel Rodríguez (MAR). Casado rescató a Rodríguez, exdirector de comunicación de Aznar, como consultor en la campaña de la madrileña y se ha quedado como asesor de la ya presidenta. Dirigentes del PP situaron a Rodríguez como uno de los principales muñidores del acuerdo de las tres derechas en la Comunidad de Madrid.

MAR fue colaborador del expresidente Aznar durante su mandato en Castilla y León, donde asumió el cargo de portavoz de la Junta de Castilla y León, con 22 años. Después pasó a ser director de Comunicación del PP, con 24 años, entre 1988 y 1996. Con Aznar como presidente del Gobierno fue nombrado secretario de Estado de Comunicación en 1996, cargo desde el que ejerció la portavocía del Gobierno. Adalid del “liberalismo” y defensor a ultranza de las políticas privatizadoras del PP de Madrid, Rodríguez recibió cientos de miles de euros en ingresos por publicidad institucional por parte de los gobiernos madrileños de Esperanza Aguirre e Ignacio González para un proyecto frustrado de televisión que nunca vio la luz.

En mayo de 2013 Rodríguez fue detenido y puesto a disposición judicial después de provocar un accidente con su coche y cuadruplicar la tasa legal de alcoholemia. Pese a este hecho, para MAR ha habido una segunda oportunidad en el PP de Casado y en el Gobierno de Ayuso, al igual que para Enrique López, al que Ignacio González incluyó en sus movimientos para librarse de las investigaciones por corrupción, según se desprende de una grabación policial entre el expresidente madrileño y el exministro del PP Eduardo Zaplana.

Los nuevos consejeros autonómicos representan al PP madrileño de siempre. Las segundas oportunidades han llegado incluso para el tránsfuga Ángel Garrido, hoy consejero de Transportes, antes el presidente que sucedió a Cifuentes tras su dimisión por el fraude de su máster, para el que también ha habido redención.

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