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La parábola que tiene en vilo a miles de estudiantes: una semana para decidir si anulan un examen de Selectividad

La parábola que tiene en vilo a miles de estudiantes: una semana para decidir si se anula una prueba de Selectividad en Madrid.

Sofía Pérez Mendoza

Una parábola imposible de resolver mantiene en vilo a miles de estudiantes de Dibujo Técnico en Madrid. Los alumnos se encontraron con un examen de Selectividad –ahora EvAU– que les planteaba dos problemas que nunca se enseñaron en clase. Los ejercicios, según la Asociación de Profesores de Dibujo de Madrid, están fuera del decreto que regula los contenidos de Bachillerato y, por tanto, incluirlos en la prueba no se ajusta a la ley.

Muchos estudiantes afectados ya han registrado reclamaciones en las universidades donde hicieron el examen y las protestas de los profesores por escrito han forzado una reunión de la comisión que organiza la prueba en la Comunidad de Madrid. Pero el encuentro, del que previsiblemente saldrá un informe que puede anular parte o el total del examen, no se producirá hasta la semana que viene. Y coincide con el día que se entregan las calificaciones definitivas.

Los estudiantes y los docentes tienen miedo de que los plazos no les dejen “margen de maniobra” para “cambiar nada”. Hasta entonces, todo está en el aire. “Esperar hasta el 26 para reunirse hace que vaya a ser imposible recurrir. Postergando las actuaciones quedan claramente conculcados dichos derechos e invalidado el principio de igualdad de oportunidades que debiera regir la prueba”, anticipa Marga Garrido, presidenta de la Asociación de Profesores de Dibujo, que reúne a más de 100 docentes de la materia en la Comunidad de Madrid. “Tenemos bastantes chavales que no van a poder entrar en las carreras que querían”, señala.

Uno de esos alumnos es Guillermo Boyero. Quería estudiar Ingeniería Aeronáutica pero se ha quedado a dos décimas de la nota de corte. Tiene un 12,5 sobre 14. Guillermo aprobó el examen raspado: sacó un 5,75. “Me presenté con mucha fe porque lo llevaba muy preparado. Pero cuando llegué al examen vi en cada una de las opciones (A y B) un ejercicio que no me sonaba haberlo hecho antes. Más tarde nos contaron que no estaban en el temario. Así que ya de entrada nos quedamos sin tres puntos. El resto era asequible”, cuenta. Boyero tiene poca esperanza de que su nota cambie: “Nos han dicho que se reúnen el mismo día que sacan las notas. Creo que va a ser una injusticia”.

La Universidad Complutense de Madrid confirma que la reunión de la Comisión se producirá el día 26 y explica que el encuentro estaba previsto antes de la polémica con otro orden del día pero se incluirá el asunto. La decisión sobre esta fecha no depende, en cualquier caso, del centro universitario. El periodo de revisiones es ahora. Después, piensan los alumnos y algunos profesores, será “más difícil retocar las notas”. Pero hasta que no haya una posición conjunta de la Comisión, la decisión sobre el examen está parada.

Lucía Sánchez es una de las profesoras que ha corregido la prueba y admite que no supo resolver uno de los ejercicios la primera vez que lo vio. “Di por hecho que podría dibujar la parábola pero empecé a revisar y no conseguía sacarla. No conocía la propiedad que había que emplear como licenciada de Bellas Artes. Me dio un poco de vergüenza”, reconoce a eldiario.es. Dice que se pasó toda la comida intentando ver la fundamentación del problema con otro profesor de matemáticas.

Los resultados evidencian esta dificultad. En el IES La Senda (Getafe), por ejemplo, solo se presentaron tres alumnos a la prueba de Dibujo. Y los tres han suspendido. “Las notas son bajísimas: un 3, un 3,75 y un 4. Es significativo”, explica María Jesús Herrero, profesora de este centro, en conversación con eldiario.es. Los 1.210 estudiantes que se examinaron en la Universidad Autónoma de la materia no han tenido resultados mejores: la nota media es de 4,11, según datos proporcionados por la Asociación de Profesores de Dibujo. Esta calificación contrasta con el 6,69 de media que obtuvieron los alumnos en Matemáticas o el 6,3 en Biología.

Las dos opciones de la prueba de Dibujo –de las que el alumno escoge una– tenían un ejercicio no incluido en el real decreto que desarrolla el currículo de Bachillerato, según los denunciantes. En la B, había que hallar los elementos básicos de una parábola a partir de dos tangentes y sus puntos de tangencia. “Para sacar el ejercicio tenías que conocer una propiedad muy particular de las parábolas, la polaridad, que no se explica en Bachillerato”, profundiza Herrero. El problema valía tres puntos de diez. La opción A planteaba otro ejercicio, valorado en dos puntos, que pedía encontrar los planos tangentes a una esfera. “Exigía conocer muy bien el sistema diédrico”, dice Herrero.

La asignatura que “baja la nota”

Garrido afirma que estos dos problemas no se adaptan a los conocimientos de un estudiante de Bachillerato y asegura, además, que no es la primera vez que pasa. “Este año ha sido un escándalo porque no estaba ni en el currículo, pero es una asignatura que lleva tiempo de desajuste de contenidos”, denuncia. Y pide, junto al resto de docentes denunciantes, que este episodio “sirva para que se haga un análisis más profundo de lo que está sucediendo que explique por qué las notas son tan bajas”. “Cada año se presentan menos alumnos porque les baja la nota. Algunos profes ya desaconsejan, preventivamente, a sus alumnos que se presenten a este examen”, añade.

Lucía Sánchez añade otra perspectiva a lo que consideran un problema: “para evaluar lo que pasa también tenemos que considerar que estos alumnos no han cursado nada relacionado con Geometría desde Primero de la ESO”, dice. Esto responde a los cambios introducidos en el currículo con la Lomce, que reduce las horas de artes plásticas e incrementa las de materias instrumentales, como Lengua.

El diseño de la prueba de acceso a la universidad es un proceso largo que se comparte en una parte con el profesorado: la comisión se reúne anualmente con docentes por materias para debatir sobre los ejercicios. “Nos dijeron que tenemos que buscar alumnos excelentes”, dice Garrido sobre la reunión que mantuvieron este curso, en la que ya advirtieron de la dificultad.

Herrero lo confirma: “Cada año les exponemos nuestras quejas, aunque este ha sido sangrante porque lo que han preguntado no está en el currículo”. Sánchez asegura que se transmitió expresamente al coordinador de Dibujo Técnico, Miguel Ángel Maure. “Creo que van a buscar detalles muy específicos que no tienen que ver con la realidad del aula. Queremos que nuestros chicos y chicas aprendan a pensar de manera lógica deductiva y eso lo comprobé en los folios de borrador, donde la mayoría hizo muchos dibujos con criterio”.

Carlos Anívaro, del colegio Árula, no podrá acceder a una beca por buenas notas. Sacó un 6,5 en el examen porque no pudo resolver el ejercicio de la parábola. “Ya me privó de tres puntos. Hice croquis, repasé definiciones... y nada. No caía en cómo hacerlo porque no me sabía la propiedad”, recuerda. Anívaro quería optar a una ayuda para la que le exigían una nota mínima de 12,5 y se ha quedado a dos décimas, según cuenta. “Me gustaría que admitieran que han preguntado por algo que no estaba en el temario y eliminen el ejercicio”, admite.

Al menos 6.000 estudiantes esperan una resolución sobre su examen. No hay datos oficiales sobre cuántos se presentaron pero es el número que calcula la Asociación si se multiplican los 1.200 de la Autónoma por otras cinco universidades de la región que acogieron exámenes de la EvAU: Complutense, Rey Juan Carlos, Carlos III, Politécnica y Alcalá de Henares. El arco de posibilidades de elección está colgada de un hilo hasta el día 26.

CORRECCIÓN: Una primera versión de este artículo aseguraba que la Universidad Complutense había fijado la fecha de reunión de la Comisión Organizadora de la EvAU, pero es una decisión que no depende de este centro.

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